¿Es posible encontrar en un solo lugar a casi todos los distintos biomas del mundo? Esa especie de Edén existe… ¡Y son las Islas Galápagos! Un archipiélago que concentra a cualquier cantidad de especies endémicas de animales, fauna y fauna; ubicada en la costa oeste de Ecuador… ¡Conoce su historia!
En 1973, las Islas Galápagos pasaron a ser una provincia más de Ecuador y, en 1978, la UNESCO proclamó al territorio Patrimonio Natural de la Humanidad. Detrás de todos estos títulos y reconocimientos mundiales, el archipiélago tiene una historia fascinante y una composición que atrae a miles de turistas al año y es ese sitio al que, según los que han presenciado su majestuosidad, tienes que ir antes de morir.
Debido a la intensa actividad tectónica del planeta, la primera formación de isla habría tenido lugar hace unos cinco millones de años. Con el tiempo, la roca derivada de la función volcánica ha expandido el archipiélago nuevas rocas, islotes y más islas. No por azar el biólogo Charles Darwin decidió, en el siglo XIX, viajar a esta isla a estudiar una especie de aves para formar, en un futuro, la teoría de la evolución y la selección natural. A partir de ese momento, al territorio se le dio el nombre de “Islas Encantadas”, por la espesa niebla que cubre algunas partes y por la cantidad de biodiversidad que tienen las islas.
Las Islas Encantadas fueron descubiertas de casualidad, cuando el obispo Tomás de Berlanga se desvió en su rumbo a Perú para cumplir unos mandados del rey Carlos V, en 1535. Posteriormente, pasaron por allí piratas que usaban el espacio como escondite en la época de la Monarquía hispánica; próceres que organizaban expediciones y científicos en busca de animales.
Actividad volcánica, animales, flora y fauna
El Volcán Wolf (llamada así en honor al geólogo Theodore Wolf) se ubica en la llamada Isla Isabella, una de las formaciones más jóvenes de todo Galápagos. Tiene 1.707 metros de prominencia y tiene una forma parecida a un plato de sopa invertido. Debido a su altitud, representa un importante relieve topográfico. Lleva dicho nombre en honor al geólogo Theodore Wolf y tiene una fuerte actividad volcánica que no afecta los asentamientos humanos. A parte de la lava que expulsa, formada por basalto y riolita, en la superficie de la isla se encuentran residuos del volcán como tubos de lava, fumarolas, piedra pómez y campos de azufre.
Como las islas poseen regiones áridas y húmedas, las distintas vegetaciones crecen de acuerdo a la altitud. La mayor cantidad de flora puede considerarse tropical, porque crece mayormente en espacios semiáridos. Es por eso que se pueden encontrar desde cactus gigantes, bosques húmedos hasta helechos arbóreos y musgos.
Uno de los mayores atractivos del archipiélago son las tortugas gigantes, cuya longitud puede llegar hasta los 130 centímetros de largo, que se encuentran en peligro de extinción. Existe además una especie de iguanas únicas, que dependen del medio marino para sobrevivir y pueden detener su corazón cuando nadan sin riesgo de morir. Asimismo, hay otra gran variedad de animales endémicos: unas 360 especies de peces, muchos mamíferos (entre los que destacan los delfines, ballenas y leones marinos) y alrededor de 60 especies aves (entre los que se encuentran los denominados Pinzones de Darwin y los pingüinos bobos).
Los animales conviven naturalmente con los humanos, por lo que es muy común que los turistas se acerquen y ellos no sientan miedo o rechazo.
Islas, islotes y gestión del turismo
La actividad volcánica ha aumentado la cantidad de formaciones rocosas de la isla, contando con 107 islotes y rocas, 13 islas volcánicas y 6 islas más pequeñas; siendo las más jóvenes Isabela y Fernandina, que todavía se encuentran en formación. Todo el archipiélago tiene una extensión de 907 kilómetros, extendidos por todo el oeste de la costa ecuatoriana.
Para poder viajar a las islas, se debe ir acompañado de un grupo de expertos. Solo hay 70 lugares autorizados para visitar y los curiosos solo andan en soledad en espacios recreacionales permitidos, porque, de lo contrario, los guían siempre permanecen al lado de los visitantes. A pesar del turismo controlado, la migración hacia las cuatro islas habitables (San Cristóbal, Santa Cruz, Florena e Isabela) es inevitable. Sin embargo, la mayoría de los residentes reconoce el compromiso de respetar en lo posible los espacios de la isla, sin perturbar directamente la naturaleza.
El archipiélago no solo tiene varios de los biomas principales de la naturaleza (espacios desérticos, costas y bosques), sino que los animales que habitan en ella han encontrado maneras de vivir libremente, casi sin perjudicar a otras especies. Esa concentración de ambientes y la gran cantidad de especies animales endémicas hacen del territorio una especie de paraíso, prácticamente único en el mundo.
La UNESCO ha protegido a los ambientes de la isla a través de distintas reservas.
Y a ti… ¿Te dieron ganas de visitar las preciosas Islas Encantadas?
Con información de: Aeropuerto Ecológico de Islas Galápagos / Wikipedia / National Geographic / Youtube / Imagen: Shutterstock
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