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Edith Wharton: La rebelde que conquistó la alta sociedad con su pluma

Edith Wharton: La rebelde que conquistó la alta sociedad con su pluma

Desde los salones de la alta sociedad neoyorquina hasta los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial, Edith Wharton desafió las expectativas de su tiempo y transformó la literatura para siempre.

Una vida entre corsés y plumas: ¿quién fue Edith Wharton?

Imagina crecer en un mundo donde las reglas sociales son más rígidas que el acero, donde cada movimiento está dictado por un manual invisible de etiqueta. Ahora imagina romper esas cadenas y convertirte en una de las escritoras más influyentes de tu tiempo. Así fue la vida de Edith Wharton. Nacida como Edith Newbold Jones el 24 de enero de 1862 en Nueva York, esta autora no solo desafió las expectativas de su clase social, sino que también redefinió el papel de la mujer en la literatura.

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Wharton, conocida por obras como La edad de la inocencia, La casa de la alegría y Ethan Frome, fue mucho más que una novelista. Fue una pionera: la primera mujer en ganar el Premio Pulitzer de Ficción en 1921 y una figura clave en el movimiento literario del realismo. Pero su historia no se limita a las páginas de sus libros; su vida misma es digna de una novela.

De Nueva York a París: los inicios de una rebelde literaria

Edith nació en el seno de una familia adinerada, tan exclusiva que dio origen a la frase «Keeping up with the Joneses». Sin embargo, detrás del lujo y las mansiones, había un mundo lleno de restricciones. Desde joven, Edith mostró un talento excepcional para la escritura, pero su madre, Lucretia Stevens Rhinelander Jones, no apoyaba estas inclinaciones artísticas. De hecho, cuando Edith escribió su primer cuento a los 11 años, su madre lo desestimó con frialdad.

A pesar de estos obstáculos, Edith persistió. Su educación fue autodidacta y cosmopolita; vivió en Europa durante varios años y dominaba cinco idiomas. Este bagaje cultural enriqueció su obra, dándole una perspectiva única sobre las normas sociales y las tensiones entre tradición y modernidad.

El matrimonio como jaula dorada

En 1885, Edith se casó con Edward «Teddy» Wharton, un hombre adinerado pero emocionalmente inestable. Aunque el matrimonio le proporcionó estabilidad financiera, fue una relación marcada por la insatisfacción y el desencanto. Este periodo oscuro influyó profundamente en su escritura, especialmente en novelas como La casa de la alegría, donde retrata con agudeza las trampas del matrimonio y las expectativas sociales impuestas a las mujeres.

Finalmente, Edith se divorció en 1913, un acto escandaloso para su época que demostró su valentía al romper con las convenciones.

El estallido creativo: obras maestras y premios

Wharton no publicó su primera novela hasta los 40 años, pero una vez que comenzó, no se detuvo. En 1920, su obra La edad de la inocencia le valió el Premio Pulitzer, convirtiéndola en la primera mujer en recibir este galardón. La novela es un retrato nostálgico pero crítico de la alta sociedad neoyorquina del siglo XIX.

Entre sus otras obras destacadas se encuentran:

  • Ethan Frome (1911): Una historia sombría sobre el sacrificio y el deseo reprimido.
  • Verano (1917): Una exploración audaz de la sexualidad femenina.
  • La casa de la alegría (1905): Una crítica mordaz al materialismo y las hipocresías sociales.

Además, escribió más de 85 cuentos cortos y libros sobre diseño interior, viajes y crítica literaria.

Más allá de los libros: activismo y legado

Durante la Primera Guerra Mundial, Wharton vivió en Francia y dedicó gran parte de su tiempo a labores humanitarias. Fundó refugios para refugiados y organizó talleres para mujeres desempleadas. Por sus esfuerzos, recibió la Legión de Honor francesa.

Su hogar en Lenox, Massachusetts—conocido como The Mount—es ahora un centro cultural que celebra su legado intelectual y artístico.

Curiosidades sobre Edith Wharton

  1. Casi muere a los 9 años: Contrajo fiebre tifoidea durante un viaje a Alemania.
  2. Era supersticiosa: Tenía tanto miedo a los fantasmas que dormía con una luz encendida.
  3. Una diseñadora talentosa: Su libro The Decoration of Houses (1897) revolucionó el diseño interior.
  4. Amistades literarias: Fue amiga cercana del escritor Henry James.
  5. Una viajera incansable: Vivió en Francia durante gran parte de su vida adulta y era políglota.

¿Por qué sigue siendo relevante hoy?

Edith Wharton no solo escribió sobre su tiempo; escribió sobre temas universales que siguen resonando hoy: amor prohibido, hipocresía social y el eterno conflicto entre el deber y el deseo. En un mundo donde todavía luchamos contra normas restrictivas e injusticias sociales, sus obras ofrecen una mirada incisiva y profundamente humana.

Además, su valentía al desafiar las expectativas sociales sigue siendo inspiradora para escritores y lectores por igual. Como dijo una vez: «El arte es un escape… pero no un escape del mundo real; es un escape hacia él.»

La inmortalidad literaria

Edith Wharton falleció el 11 de agosto de 1937 a los 75 años en su residencia francesa, Le Pavillon Colombe, ubicada en Saint-Brice-sous-Forêt, cerca de París. Tras haber sufrido un ataque al corazón en junio de ese mismo año, su salud se deterioró rápidamente, culminando en un derrame cerebral que le arrebató la vida. En sus últimos momentos estuvo acompañada por su amiga cercana, Mrs. Royall Tyler. Wharton fue enterrada en el Cementerio de Gonards, en Versalles, en la sección protestante americana, con honores que reflejaban su estatus como una figura destacada de la cultura y las letras. Su funeral incluyó la interpretación del himno «O Paradise», un tributo conmovedor a una mujer que vivió intensamente y dejó un legado literario inmortal

Mucho más que una escritora; Edith Wharton fue una cronista implacable de su tiempo y una visionaria que anticipó debates culturales que aún nos afectan hoy. Si nunca has leído sus obras, este es el momento perfecto para descubrirlas. Porque detrás de cada página hay una mujer que se atrevió a desafiar las reglas… ¡y ganó!

Frases de Edith Wharton

«Hay dos maneras de difundir la luz: ser la vela o el espejo que la refleja».

«Cuidado con la monotonía: es la madre de todos los pecados capitales».

«La única manera de no pensar en el dinero es tener mucho dinero».

«No sé si debería interesarme por un hombre que me hiciera la vida fácil; debería querer a alguien que la hiciera interesant».

«El silencio puede adoptar matices tan diversos como el habla».

«El aire de las ideas es el único aire que vale la pena respirar».

«El hábito es necesario; es el hábito de tener hábitos, el de convertir un camino en un surco, contra lo que hay que luchar incesantemente si se quiere seguir vivo».

«En cualquier tema verdaderamente bueno, uno sólo tiene que indagar lo suficiente para llegar a las lágrimas».

«Si dejáramos de intentar ser felices lo pasaríamos bastante bien».

«Al fin y al cabo, uno conoce tan bien sus puntos débiles que resulta bastante desconcertante que los críticos los pasen por alto e inventen otros».

Con información de: WIKIPEDIA / BRITANNICA / EDITHWARTON / NEWYORKER / LITHUB / THENATION

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