Te contamos cómo las civilizaciones del pasado entendían los eclipses con sus mitos y supersticiones. También abordamos algunas curiosidades del presente que quizás no conoces…
Los eclipses solares, suceden cuando la Luna cubre casi perfectamente al Sol, un hecho que ha fascinado a los seres humanos desde las primeras civilizaciones. Algunos de los registros históricos más antiguos, escritos en tabletas de arcilla en Babilonia hace unos 2.500 años, muestran datos que revelan las observaciones de eclipses. Los astrónomos de la época interpretaron los acontecimientos como presagios del desastre, mientras que en el folklore se asumían los eclipses como la lucha por la supremacía entre el Sol y monstruos celestiales.
Una coincidencia celestial
Si el Sol fuera apenas un poco más grande o la Luna estuviera un poco más lejos, los eclipses solares totales nunca podrían ocurrir. En este sentido, este fenómeno celestial que ha cambiado la historia de la Humanidad, y nuestra perspectiva del Universo, se erige como una coincidencia espectacular que no ha dejado indiferentes a los astrónomos por años.
Cada 18 meses, la Luna, el Sol y la Tierra están perfectamente alineados, así la Luna proyecta una sombra sobre la Tierra. Solo una pequeña porción de nuestro planeta cae dentro del centro de esa sombra (el camino de la totalidad), mientras que en otros lugares se verá un eclipse solar parcial. Cada dos a cinco años, en promedio, los habitantes de la Tierra podrán disfrutar con un eclipse solar parcial en el que la Luna, el Sol y la Tierra no están exactamente alineados.
¿Por qué el camino de la totalidad se mueve de oeste a este?
Aquellos que creen en las teorías de los terraplanistas (grupos que repudian el consenso científico y que apoya creencias acientíficas o pseudocientíficas), se pudieran preguntar por qué en un eclipse el camino de la totalidad se mueve de oeste a este y no “lógicamente” al revés tomando en cuenta por donde sale el Sol (este) y por donde se pone (oeste). La respuesta tiene que ver con la forma en que la Luna orbita alrededor de la Tierra. Esta avanza alrededor de nuestro planeta de oeste a este (si se mira desde arriba, se vería a nuestro satélite moviéndose hacia la izquierda alrededor de nosotros). Durante el eclipse solar, la sombra de la Luna, llamada la umbra, sigue el camino de la Luna.
Aunque podemos entender que la mayoría de los individuos de una sociedad puede aceptar las cosas sin cuestionar; los grupos terraplanistas toman esta pasividad para poder desafiar lo que está establecido. Así como sucedió con tantas otras teorías, no es cuestionable darle otra vuelta a la tuerca en cuanto a lo que se nos ha enseñado; pero, por ejemplo; ir en contra de las fotos tomadas a la Tierra desde los satélites, considerándolas el producto de una gran conspiración internacional para engañar a la Humanidad, puede llegar a ser incluso más disparatado cuando entendemos la lógica de la formación de un eclipse. ¿O esto también es una obra del hombre, que en su ingenio creó una cuchara gigante para tapar al sol y así ganar dinero?
Para los hombres y mujeres de ciencia, este eclipse fue también una oportunidad para duplicar uno de los experimentos más famosos del siglo XX, realizado por el astrofísico Arthur Eddington, en un intento de demostrar que la luz podría ser doblada por la gravedad, un principio central en la teoría general de la relatividad de Albert Einstein.
¿Cómo veían los antiguos un eclipse?
En la antigüedad, a través del arte rupestre, se aprecia la celebración de este tipo de eventos astronómicos, hay datos de la representación de un eclipse solar total en 1097 d. C, con una eyección de masa coronal (las serpentinas de plasma lanzadas desde el sol) grabada en una roca en el Cañón del Chaco, Nuevo México. Otros vieron el extraño oscurecimiento de los cielos como presagios inspirando las supersticiones.
En todo el mundo, las antiguas culturas y religiones intentaron explicar los eclipses solares y lunares. Muchas de esas historias involucraron desde dioses, demonios a otras criaturas que según la época, rondaban por el cielo amenazando con devorar el sol o la luna. En este sentido, la gente oraba, hacía ofrendas, sacrificios o lanzaba cosas al cielo para hacer frente a estas vicisitudes.
En la actualidad, con este eclipse, en muchos lugares de los Estados Unidos -donde se pudo ver en todo su esplendor- se organizaron festivales y diversas celebraciones para rendir tributo al fenómeno, cada una con sus particularidades que van desde lo lúdico hasta la búsqueda de iluminación. Los científicos pueden predecir cuándo y dónde ocurrirán estos eventos cósmicos, y los observadores del cielo podrán apreciar su magnificencia en vez de temer a profecías que traerían calamidades; lo que es positivo demostrando cómo la Humanidad ha cambiado a través de los siglos.
Sin embargo, están presentes muchas supersticiones de los tiempos antiguos, que no han desaparecido por completo. De acuerdo a E.C. Krupp, director del Observatorio Griffith en Los Ángeles; experto en aspectos culturales de la astronomía como el folclore del eclipse y la superstición. De acuerdo a sus declaraciones, aunque la mayoría de la gente hoy en día tiene acceso a información basada en la ciencia de los eclipses, la desinformación, los mitos y las supersticiones continúan rodeando estos eventos celestiales.
El eclipse y los mitos
Algunas supersticiones de la antigüedad abarcan relatos como espíritus de los muertos transformados en jaguares que atacaban a la luna, dejándola ensangrentada en el cielo; creencias de la cultura qom en territorios de Argentina, Bolivia y Paraguay. Así lo explica Krupp en su libro «Más allá del Horizonte Azul: Mitos y leyendas del sol, de la luna, de las estrellas y de los planetas”. Cuando los qom vieron que la luna se ponía roja, gritaban para hacer ladrar a sus perros al cielo para asustar a los jaguares y detener la matanza.
Como este relato, existe una gran variedad de mitos en el mundo y cuentos populares que intentan explicar la ocurrencia de los eclipses solares y lunares. Según Krupp, estas historias antiguas tienden a tener algunas cosas en común. A menudo involucran comer o morder, abordando a los fenómenos desde las malas energías o la llegada de malas noticias:
«Hay ciertamente una respuesta uniforme -y por eso me refiero a todo el mundo- que la mayoría de la gente. Casi siempre se pensó que los eclipses del sol o la luna eran problemas».
«La naturaleza del problema tenía que ver con el hecho de que la fundación de su mundo parecía estar en riesgo durante un eclipse. Las personas que viven en el mundo moderno podrían no pensar por qué los eclipses serían tan profundamente aterradores».
«Cosas como el amanecer y el atardecer, el ciclo lunar y el cambio de estaciones dieron orden al mundo, rastrearon el paso del tiempo y, de muchas maneras, determinaron la capacidad de las personas para sobrevivir».
E.C. Krupp
Tomando en cuenta lo dicho por Krupp; al ser interrumpido el ritmo natural de estos pueblos, evidentemente estos acontecimientos eran tomados como algo muy preocupante. Las personas que mantenían estas creencias sobre los eclipses también llevaban a cabo rituales que incluían gritos o lamentos en el cielo durante un eclipse, que culminaban con flechas al cielo para perseguir a las bestias, o haciendo ofrendas a las criaturas responsables de estos eventos; así el mito y el ritual eran piezas fundamentales para la interpretación en función de darle al mundo su forma.
En el pasaje del libro de Krupp, que relata la vida de un sacerdote que compartió con los aztecas, se asumían a los eclipses desde el miedo causado “tumulto y el desorden”. El acontecimiento provocaba en todos inquietud y extrema preocupación. En esos momentos se llegaba a sacrificar a personas, con el fundamento de:
«Si el eclipse del sol está completo, será oscuro para siempre… Los demonios de las tinieblas vendrán y comerán a los hombres».
E.C Krupp | «Más allá del Horizonte Azul: Mitos Y leyendas del sol, de la luna, de las estrellas y de los planetas”
El miedo a los eclipses no terminó con el amanecer de la era científica. Sin embargo, no dejan de ser inquietantes al ser, según palabras de Krupp «una inversión extraordinaria de lo que debería ser”. Específicamente, el día que se convierte en noche. Son eventos tan seductores que muchas veces los observadores olvidan por completo tomar una fotografía o ejecutar un experimento científico. Los observadores de las nubes que han presenciado los eclipses solares totales pueden entender por qué la gente a lo largo de la historia, e incluso en la era moderna, ha sentido que estos eventos celestiales eran una señal de otro mundo.
El eclipse, guerra y Apocalipsis
Los eclipses han tenido tanta influencia en las civilizaciones, que podemos hacer referencia a un emperador romano que presenció un eclipse solar total en el año 840 a.C. En su libro «Eclipse americano» (Liveright, 2017), el periodista David Baron informó que el emperador estaba «tan enervado» por el suceso que dejó de comer y murió de hambre, lo que provocó una terrible guerra civil.
En este mismo libro, según los informes de Baron; se hace referencia a otro eclipse durante la guerra. En el siglo VI a. C., una batalla en Asia Menor entre los medos y los lidios se detuvo cuando un eclipse total oscureció el cielo. Después del evento, los soldados estaban ansiosos de hacer la paz, creyendo que el eclipse era una señal para que la lucha acabara.
Los eclipses solares totales continuaron teniendo efectos tan dramáticos sobre las personas al menos hasta el siglo XIX. En su libro, Baron relató el profundo impacto que este eclipse tuvo en la astronomía del siglo XIX, debido en gran parte a las observaciones del eclipse llevado a cabo por un joven Thomas Edison, y los científicos James Craig Watson y Maria Mitchell. A pesar de la extensa cobertura de las noticias y al hecho que los astrónomos podían predecir cuándo sucedería un eclipse y dónde sería visible, algunas de las personas que atestiguaron el acontecimiento juraron que era una muestra de los tiempos del Apocalipsis; incluso un hombre llamado Ephraim Miller en lugar de quedarse a ver los horrores que se pensaba que se avecinaban, se quitó la vida, justo después de asesinar a su hijo con un hacha.
«La forma en que funcionan las creencias, es raro que alguien suba de repente la sombra y el misterio del eclipse y todo el mundo cambie de opinión. Hay un espectro de entendimiento en toda cultura».
E.C. Krupp | “Eclipses solares y reyes de Tailandia: una historia curiosa”
El Mahabharata
Krupp explica que en todo lo que ha escuchado acerca de los eclipses en distintas culturas no hay nada tan elaborado, colorido y entretenido como lo que se lee en el texto hindú conocido como el Mahabharata. En resumen, un grupo de dioses desea crear un elixir de inmortalidad, por lo que se debe preparar a unos demonios para ayudarles batir el océano cósmico (utilizando una montaña como un palo para batir). La ambrosía eventualmente emerge como cuajada en la leche. Este proceso también conduce a la creación de la Luna y el Sol, entre otras cosas. Los dioses prometen compartir el elixir con los demonios, pero cuando la tarea está terminada, el dios Vishnu se disfraza de mujer, encantando a los demonios y robándoles su porción del elixir.
El demonio Rahu se mete en el campamento de los dioses y se las arregla para robar un trago del elixir, pero el Sol y la Luna lo ven y tocan el silbato en él. Vishnu corta la cabeza de Rahu, pero debido a que el demonio es inmortal, esto no lo mata. Queda enojado con el Sol y la Luna por la traición, así que persigue los dos objetos a través del cielo. Entonces, de vez en cuando, se acerca a uno de sus traidores y se lo traga, pero como no es más que una cabeza cortada, el Sol o la Luna se deslizan hacia atrás a través de su desconectado cuello. De esta forma, el demonio continúa su búsqueda indefinidamente.
Este mito no desapareció cuando las personas que practicaban el hinduismo aprendieron sobre la ciencia de los cuerpos planetarios. Según Krupp; cuando los astrónomos descifraron la geometría orbital de estos tres cuerpos, la historia fue adaptada, pero no fue abolida. En particular, el demonio Rahu se asoció con lo que se conoce como nodos de eclipse.
La astronomía hindú adoptó modelos geométricos y matemáticos de los movimientos de los cuerpos celestes, mientras la astronomía occidental procedente de Grecia y el Mediterráneo se dirigía hacia el este hasta regiones como la India moderna. El demonio Rahu se asoció con los dos nodos, y eventualmente un nodo se asoció con Rahu mientras que el otro se asoció con el demonio Katu, que es en realidad la cola de Rahu. Los nodos son invisibles, al igual que los demonios; los nodos cambian de posición en el cielo, como los demonios se representan. Mediante el seguimiento del movimiento de los nodos, los astrónomos podrían eventualmente predecir cuándo y dónde ocurrirían los eclipses.
Mitos modernos
En 1963, un eclipse total del sol era visible en Alaska y en algunas partes de Maine, mientras que un eclipse parcial era visible en la mayor parte de Norteamérica. Ese año, Charles Schultz produjo una edición temática del eclipse de su famosa «Peanuts» cómic. Allí, el personaje de Linus afirma:
«No hay un método seguro para mirar directamente a un eclipse, y es especialmente peligroso cuando se trata de un eclipse total».
La declaración es enteramente falsa. Uno puede mirar directamente a un eclipse con la ayuda de gafas de visión solar, y cuando la luna cubre completamente el disco solar (un eclipse total), los observadores del cielo deben quitar completamente su protección ocular y ver el evento con sus ojos desnudos. El columnista de Space.com y experto en el cielo nocturno Joe Rao dijo que lamenta profundamente que este mito del eclipse haya sido difundido por Schultz; tanto que Rao escribió un libro para niños para ayudar a disiparlo.
Sin embargo, la falsa creencia persiste. Muchas personas tienen un temor general con que mirar un eclipse solar total puede ser peor que mirar el sol directamente. Krupp dijo que en la sociedad moderna, muchas personas tienen reservas acerca de mirar el sol eclipsado sin protección para los ojos, porque se ha puesto mucho énfasis en no mirar directamente al sol en ningún otro momento porque podía causar ceguera u otro daño ocular permanente.
El miedo a los eclipses no ha desaparecido completamente en la era moderna. Incluso existe una creencia persistente con que los eclipses pueden causar defectos de nacimiento en fetos no nacidos o abortos espontáneos en mujeres embarazadas. Krupp dijo que hay evidencia clara de que esta creencia surgió en el centro de México en el momento en que los colonos europeos llegaron allí; pero la idea no es exclusiva de ese país.
A lo largo de las décadas, el observatorio ha recibido múltiples llamadas de personas que quieren saber si esta creencia es verdadera, para que puedan protegerse a sí mismos o a las mujeres con embarazos. Para ser claros, no hay evidencia que los eclipses dañen a las mujeres embarazadas o a sus fetos.
Con información de Playbuzz | livescience | bbc | nasa | space
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