Hay nombres que trascienden el deporte. Hay jugadores que se convierten en leyenda. Y después está Diego Armando Maradona, un hombre que nació en uno de los barrios más pobres de Argentina y terminó siendo venerado como un dios en Nápoles, Italia. Su historia no es solo la de un futbolista excepcional; es la crónica de un genio rebelde, contradictorio y profundamente humano que marcó a generaciones enteras.
La verdad es que hablar de Maradona sin emocionarse resulta casi imposible. Porque Diego no fue simplemente un jugador con talento increíble. Fue un símbolo de resistencia, era un artista desafiando la física, un rebelde contra el sistema y, a veces, un héroe trágico. Diego Armando Maradona encarnó la pasión argentina como nadie más, mezclando la gloria absoluta con las caídas más humanas.
Los primeros años: de Villa Fiorito al estrellato
El 30 de octubre de 1960, en el Hospital Evita de Lanús, provincia de Buenos Aires, llegó al mundo un niño que cambiaría la historia del fútbol para siempre. Diego Armando Maradona creció en Villa Fiorito, un asentamiento humilde donde las calles de tierra y las casas precarias eran el paisaje cotidiano. Lejos del glamour que vendría después, el pequeño Diego pateaba pelotas improvisadas con trapos y sueños enormes.
Y es que desde muy temprano quedó claro que ese chico flacucho tenía algo especial. A los 15 años, cuando la mayoría de los adolescentes apenas empiezan a descubrir quiénes son, Maradona debutó profesionalmente con Argentinos Juniors el 20 de octubre de 1976. Faltaban apenas diez días para cumplir 16 años. El rival fue Talleres de Córdoba, y aunque su equipo perdió 1-0, nadie olvidaría la aparición de ese pibe con gambeta endiablada.
Cuatro meses después, el 27 de febrero de 1977, la selección argentina lo convocó para enfrentar a Hungría en La Bombonera. Entró en el segundo tiempo por Leopoldo Luque y, con solo 16 años, comenzó a escribir su historia con la camiseta albiceleste. El mundo todavía no lo sabía, pero estaba presenciando el nacimiento de una leyenda.
Barcelona: gloria, conflicto y una pelea que nadie olvida
Tras brillar en Argentinos Juniors y luego en Boca Juniors, Maradona llegó al FC Barcelona en 1982 con la etiqueta del fichaje más caro del mundo. La presión era inmensa. Las expectativas, descomunales. Y Diego, fiel a su estilo, respondió con goles, asistencias y momentos de puro genio futbolístico.
Pero su paso por el club catalán no estuvo exento de controversias. En la final de la Copa del Rey del 5 de mayo de 1984, Barcelona enfrentó al Athletic Club de Bilbao en el Santiago Bernabéu. El partido terminó en una batalla campal que ha quedado grabada en la memoria del fútbol español. Maradona, provocado durante todo el encuentro, explotó. Las imágenes de aquella pelea todavía circulan por internet como testimonio de un Diego que jamás se dejó amedrentar por nadie.
A pesar de todo, conquistó la Copa del Rey en 1983, la Copa de la Liga y la Supercopa de España ese mismo año. Su talento era indiscutible, pero Barcelona no fue su lugar en el mundo. Ese sitio lo encontraría más al sur, en una ciudad volcánica que lo esperaba sin saberlo.
Nápoles: donde Diego se convirtió en D10S
En 1984, Maradona fichó por el Napoli, un club que jamás había ganado el Scudetto y que languidecía en la parte baja de la tabla italiana. Nadie imaginaba lo que vendría. En siete temporadas, Diego transformó a un equipo modesto en campeón de Italia, en campeón de Europa, en un símbolo de orgullo para todo el sur italiano.
Los números hablan por sí solos: dos Scudettos (1986-87 y 1989-90), una Copa de la UEFA (1988-89), una Copa Italia y una Supercopa de Italia. Pero las estadísticas no capturan lo que realmente significó Maradona para Nápoles. En esa ciudad, Diego no era un futbolista. Era una deidad. Lo comparaban con San Gennaro, el santo patrono local. Y la verdad es que para muchos napolitanos, no había diferencia entre uno y otro.
Hasta el día de hoy, los murales de Maradona adornan las calles de Nápoles. Su rostro aparece en altares improvisados, en camisetas, en tatuajes. Cuando murió en 2020, la ciudad entera lloró como si hubiera perdido a un familiar. Porque en cierto modo, así fue.
México 86: el mundial que inmortalizó a Diego
Si hay un momento que define la carrera de Maradona, ese es el Mundial de México 1986. Argentina llegaba con la presión de haber sido eliminada en la primera ronda cuatro años antes en España. Diego tenía 25 años y estaba en la plenitud de su talento. Lo que hizo en ese torneo todavía parece irreal.
El 22 de junio de 1986, en los cuartos de final contra Inglaterra, Maradona protagonizó los dos goles más famosos de la historia del fútbol. Primero, «La Mano de Dios«: un gol con la mano izquierda que el árbitro tunecino Ali Bin Nasser validó ante la furia inglesa. Maradona siempre mantuvo que fue «un poco con la cabeza de Maradona y un poco con la mano de Dios».
Cuatro minutos después, llegó el «Gol del Siglo». Diego tomó la pelota en su propio campo, eludió a cinco jugadores ingleses y al arquero Peter Shilton antes de empujarla a la red. Sesenta metros de gambeta perfecta. Once segundos que cambiaron la historia. La narración de Víctor Hugo Morales —»¡Barrilete cósmico! ¿De qué planeta viniste?»— se convirtió en parte del folklore argentino.
Argentina ganó ese Mundial. Y Maradona, con el trofeo en sus manos, alcanzó la inmortalidad deportiva.
Los años difíciles y el regreso a Argentina
La década de los noventa trajo sombras sobre la vida de Diego. En 1991 dio positivo por cocaína y fue suspendido por la FIFA durante 15 meses. Regresó para el Mundial de Estados Unidos 1994, donde protagonizó momentos de magia pura —como aquel gol contra Grecia el 21 de junio de 1994— antes de ser nuevamente expulsado del torneo por dar positivo en un control antidoping.
Maradona volvió a Argentina, a Boca Juniors, el club de sus amores. El 25 de octubre de 1997, en el Monumental de River Plate, jugó su último partido como profesional. El Superclásico terminó 2-1 a favor de River. Diego se retiró con la camiseta azul y oro que siempre amó.
Las batallas fuera de la cancha
La vida de Maradona después del retiro fue una montaña rusa de crisis y reinvenciones. En abril de 2004, sufrió una crisis cardíaca severa que casi le cuesta la vida. Viajó a Cuba para someterse a un tratamiento de rehabilitación que duraría varios años. Fidel Castro se convirtió en un amigo cercano, y Diego encontró en La Habana un refugio para sanar sus heridas.
En 2005, reinventándose una vez más, condujo su propio programa de televisión: «La Noche del 10». El show se emitió por Canal 13 de Argentina y tuvo invitados de la talla de Pelé, con quien mantuvo una rivalidad amistosa durante décadas. El programa mostró otra faceta de Maradona: carismático, divertido, capaz de llenar la pantalla con su sola presencia.
Ese mismo año, algo insólito ocurrió: Diego fue invitado a dar una conferencia en la prestigiosa Universidad de Oxford. El genio del potrero de Villa Fiorito, el pibe que nunca terminó la secundaria, cautivando a estudiantes de una de las instituciones académicas más importantes del mundo. La escena resume perfectamente quién era Maradona: un hombre que rompía todas las barreras.
El técnico y sus últimos años
En 2008, la AFA nombró a Maradona director técnico de la selección argentina. La decisión generó polémica, pero Diego clasificó al equipo para el Mundial de Sudáfrica 2010. La aventura terminó con una dolorosa goleada 4-0 ante Alemania en cuartos de final, y Maradona dejó el cargo.
Siguió dirigiendo en el extranjero. Entre 2011 y 2012 estuvo al frente del Al Wasl de Emiratos Árabes Unidos, una experiencia que no alcanzó los resultados esperados. Más tarde dirigió otros equipos, incluyendo a Gimnasia y Esgrima La Plata en Argentina, donde estaba trabajando cuando la muerte lo sorprendió.
Su vida familiar fue compleja. Tuvo cinco hijos reconocidos oficialmente y varios más que surgieron con el paso de los años. Su nieto Benjamín, hijo de Gianinna Maradona y el futbolista Sergio «Kun» Agüero, se convirtió en uno de sus grandes amores en la última etapa de su vida.
El legado eterno
Diego Armando Maradona falleció el 25 de noviembre de 2020 en su residencia del barrio San Andrés, en Tigre, provincia de Buenos Aires. Tenía 60 años. La causa de muerte fue una insuficiencia cardíaca aguda que provocó un edema agudo de pulmón. Solo tres semanas antes había sido operado de un hematoma subdural en el cerebro.
El mundo del fútbol se detuvo. Desde Nápoles hasta Buenos Aires, desde Londres hasta Ciudad de México, millones lloraron la partida de un genio irrepetible. En Argentina, tres días de duelo nacional permitieron que cientos de miles de personas se despidieran de Diego en la Casa Rosada.
Existe una «Iglesia Maradoniana» que celebra su cumpleaños como navidad. Sus seguidores lo llaman «D10S», fusionando su dorsal con la divinidad. Y aunque suene exagerado, para quienes lo vieron jugar, para quienes sintieron la emoción de sus goles, no hay exageración posible.
Maradona publicó su autobiografía «Yo soy el Diego» en el año 2000. El título lo dice todo. Él era Diego. Único. Irrepetible. Con todas sus contradicciones, sus errores, sus momentos de gloria y sus abismos personales. Un ser humano extraordinario que transformó el fútbol en arte.
20 Datos curiosos sobre Diego Armando Maradona
- Nació el 30 de octubre de 1960 en Lanús, Buenos Aires, en el Hospital Evita. Sus padres eran Don Diego y Doña Dalma, trabajadores de clase obrera.
- Creció en Villa Fiorito, uno de los asentamientos más pobres del conurbano bonaerense, donde jugaba fútbol con pelotas improvisadas en calles de tierra.
- Debutó profesionalmente el 20 de octubre de 1976 con Argentinos Juniors a los 15 años y 351 días, marcando el inicio de su ascenso meteórico.
- Su debut con la selección argentina fue el 27 de febrero de 1977 contra Hungría en La Bombonera, a los 16 años y 120 días, bajo la dirección de César Luis Menotti.
- Ganó tres títulos en 1983 con Barcelona: Copa del Rey, Copa de la Liga y Supercopa de España, en su primer año completo en Europa.
- La pelea en la final de la Copa del Rey 1984 contra el Athletic Club de Bilbao en el Santiago Bernabéu se conoce como «La Batalla del Bernabéu», una de las más violentas del fútbol español.
- Con Napoli conquistó dos Scudettos (1986-87 y 1989-90), una Copa de la UEFA (1988-89), Copa Italia y Supercopa de Italia, transformando al club en campeón de Italia y Europa.
- En Nápoles es venerado como un santo, comparado con San Gennaro, el patrono de la ciudad. Existen altares callejeros y murales en su honor por toda la ciudad.
- El 22 de junio de 1986 anotó dos goles históricos contra Inglaterra: «La Mano de Dios» (minuto 51) y el «Gol del Siglo» (minuto 56), ganando el cuarto de final del Mundial México 86.
- Su último gol con la selección fue el 21 de junio de 1994 contra Grecia en el Mundial de Estados Unidos, aunque jugó un partido más antes de ser expulsado por doping.
- Jugó su último partido profesional el 25 de octubre de 1997, un Superclásico entre Boca Juniors y River Plate en el Monumental, vistiendo la camiseta azul y oro.
- En abril de 2004 sufrió una crisis cardíaca severa que casi le cuesta la vida, tras lo cual viajó a Cuba para un largo proceso de rehabilitación dirigido por Fidel Castro.
- Condujo el programa «La Noche del 10» en Canal 13 de Argentina en 2005, donde entrevistó a figuras como Pelé, mostrando su carisma televisivo.
- Fue invitado a dar una conferencia en la Universidad de Oxford en 1995, donde cautivó a los estudiantes con su historia personal y su visión del fútbol como arte.
- Publicó su autobiografía «Yo soy el Diego» en el año 2000, donde relató sin filtros su vida, sus excesos, sus luchas personales y sus triunfos.
- Fue director técnico de la selección argentina entre 2008 y 2010, clasificándola al Mundial de Sudáfrica 2010, aunque fue eliminada en cuartos de final (0-4 ante Alemania).
- Dirigió al Al Wasl de Emiratos Árabes Unidos entre 2011 y 2012, una experiencia que no resultó exitosa y duró apenas un año antes de su destitución.
- Su nieto Benjamín Agüero Maradona, hijo de Gianinna Maradona y el futbolista Sergio «Kun» Agüero, fue una de sus grandes alegrías en sus últimos años de vida.
- Existe la «Iglesia Maradoniana», una congregación no oficial que celebra su cumpleaños (30 de octubre) como Navidad y lo llama «D10S», fusionando su dorsal 10 con «Dios».
- Falleció el 25 de noviembre de 2020 a los 60 años en Tigre, Argentina, por una insuficiencia cardíaca aguda que provocó un edema agudo de pulmón, dejando un legado imperecedero en el fútbol mundial.
Diego Armando Maradona no fue perfecto. Cometió errores, enfrentó demonios y vivió al límite. Pero su legado trasciende cualquier estadística o controversia. Fue, es y será el símbolo de que los sueños más grandes pueden nacer en los lugares más humildes. Y eso, en el fondo, es lo que hace que su historia siga emocionando a millones.
Con información de: Wikipedia / FIFA / Britannica / ESPN / Documental Ho visto Maradona (He visto a Maradona) / Yo soy el Diego (Autobiografía de Diego Armando Maradona) | Foto: Wikimedia
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