Los eventos estresantes pueden tener un impacto casi inmediato en la salud y el bienestar de los niños, según un nuevo estudio.
Las investigaciones previas han mostrado que los eventos estresantes en la infancia aumentan el riesgo de sufrir problemas de salud en la edad adulta, pero este estudio muestra que estas consecuencias podrían producirse mucho antes.
Los investigadores de la Universidad de Florida analizaron los datos de casi 96,000 niños en Estados Unidos que participaron en la Encuesta nacional de salud infantil. La encuesta recogió información sobre la salud de los niños y las situaciones estresantes que habían afrontado, como el divorcio de sus padres, la violencia doméstica o en el vecindario, ser pobre, tener un progenitor con problemas de salud mental, la exposición al abuso de drogas y tener un progenitor en prisión.
Los niños que experimentaron 3 o más eventos estresantes tenían 6 veces más probabilidades de tener problemas físicos o mentales o un trastorno del aprendizaje que los que no pasaron por experiencias estresantes, hallaron los investigadores.
«Los niños que tienen el mayor número de experiencias adversas cuentan con las probabilidades más altas de tener múltiples trastornos. No se trata de un solo problema de salud; se trata de un montón de problemas de salud a la vez», afirmó en un comunicado de prensa de la Universidad de Florida la autora del estudio, Melissa Bright, coordinadora de investigación en el Instituto de Políticas de Salud Infantil de la universidad.
Bright presentó su hallazgo esta semana en la reunión anual de la Sociedad Americana de Psicosomática (American Psychosomatic Society), en San Francisco.
El estrés crónico puede desencadenar cambios en los sistemas neuroendocrino e inmunológico en desarrollo de un niño que lleven a un control deficiente de la respuesta al estrés y a una capacidad reducida de resistencia a la enfermedad, comentaron los investigadores.
Si este es el caso, quizá sería posible detectar estos cambios de forma temprana y tratarlos, para reducir el riesgo de problemas de salud, sugirió Bright.
«También es posible que tener un hijo con múltiples afecciones de salud ponga a las familias en una situación económica y emocional muy difícil, y que les haga más susceptibles a experiencias adversas, como, por ejemplo, a que los cuidadores sufran enfermedades mentales y al divorcio», dijo Bright. «En la actualidad estamos recogiendo datos para un nuevo estudio en que planeamos examinar esta posibilidad».
Las investigaciones presentadas en reuniones médicas se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.
Fuente: HealthDay, traducido por Hispanicare
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