La eritrofobia, o el miedo a sonrojarse, es una fobia relativamente compleja de superar. El rubor es una respuesta fisiológica a, entre otras cosas, la ansiedad.
La persona que se ruboriza reacciona negativamente, y se siente avergonzada por ello. Quien lo sufre teme el sonrojo, pues ruborizarse no está bajo su control, y ésta a su vez temerá que vuelva a suceder. Esto hace que la eritrofobia sea una de las pocas fobias que se retroalimentan: cuanto más te avergüenzas de que suceda, más probable es que el sonrojo sea mayor.
Irónicamente, el síntoma más fuerte del miedo de la ruborización es generalmente mayor sonrojamiento. Como la persona percibe que está perdiendo el control de la situación, es probable que aún se sonroje más. Además, puede sentir los síntomas de fobia comunes como:
- Temblores
- Sudoración
- Aumento del ritmo cardíaco
- Dificultad para respirar
- Balbucear con las palabras o resultar imposible seguir una conversación
- Con el tiempo, puede puede empezar a evitar ciertas situaciones sociales o, en casos extremos, evitar salir de casa en absoluto. También puede desarrollar fobias sociales adicionales, como el miedo escénico o el miedo a comer delante de los demás, debido al temor de que esas actividades podrían desencadenar una reacción sonrojándose.
Causas
El sonrojamiento se lee como un signo emocional en muchas culturas. Puede significar la vergüenza o el interés romántico.
En otras ocasiones, la ruborización excesiva ocurre sin una razón subyacente clara. Es posible que haya razones médicas para ruborizarse en exceso. Lo que se sabe es que hay un fallo en el sistema nervioso simpático que controla la reacción, y por lo tanto el rubor no se limita a las circunstancias en las que normalmente podría ocurrir.
A veces, el exceso de rubor se asocia con sudoración excesiva o hiperhidrosis.
Para algunas personas, entonces se producirá eritrofobia. Son incapaces de controlar el rubor, y se preocupan qué pensarán los otros de ellos.
Tratamiento
El tratamiento depende de la gravedad y la complejidad de la fobia. En última instancia, el miedo no es en realidad de la propia respuesta rubor, sino de las reacciones que se perciben que los demás podrían tener a su rubor.
Psicoterapia
Mediante terapia, como por ejemplo la terapia cognitivo-conductual, se puede tratar la fobia enseñando nuevos patrones de pensamiento y comportamientos que ayudan a disminuir la vergüenza o el miedo a ésta.
Medicamentos
Existen tácticas para controlar el rubor. Éstas pueden incluir la administración de medicamentos de una variedad de tipos como por ejemplo antidepresivos o bloqueadores beta.
Cirugía
Algunos pacientes optan por una cirugía, llamada simpatectomía transtorácica endoscópica, que corta la respuesta nerviosa simpática que controla el rubor.
La cirugía no es necesariamente una cura completa y no tiene consecuencias negativas. Por otra parte, esto no significa eritrofobia se termine. Incluso si la respuesta de rubor se corta o se reduce, la persona aún puede tener miedo a sonrojarse. Por esta razón, la terapia conductual que trabaja sobre el control de la fobia es también de gran utilidad.
Foto: Mujer apenada Shutterstock
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