El Ballet de Giselle es considerada la obra maestra absoluta del teatro de la danza del Romanticismo. Fue estrenada en 1841 en la Ópera de París constituyéndose en pieza pura y fundamental de la danza clásica, tanto por el tratamiento de los ideales románticos como por el empleo de la más refinada técnica teatral del siglo XIX.
El Ballet Giselle constituye una de las más puras joyas del ballet romántico. Está compuesto por dos actos, con música de Adolphe Adam, coreografía de Jules Perrot y Jean Coralli y libreto de Théophile Gautier y Jules-Henri Vernoy, basado en la obra De l’Allemagne (1835) de Heinrich Heine. La variación de Giselle del primer acto no es original de Adam, fue incorporada posteriormente y se cree que su autor fue Leon Minkus.
Primer acto
En los valles cercanos al Rin vive Giselle, una campesina de gran belleza y extremada inocencia. Giselle desea ante todo bailar, pero es reprimida constantemente por Berther, su madre, quien teme, debido a su frágil y quebradiza salud, que Giselle muera doncella antes de su boda, convirtiéndose así para la eternidad en una Willi, (espíritus nocturnos del bosque que matan a los hombres que están en él después de la media noche).
Albrecht, duque de Silesia, corteja a Giselle haciéndose pasar por Loys un apuesto aldeano llegado a la vendimia, mientras Hilarión, el guardabosque que está profundamente enamorado de Giselle, sospecha de la identidad y del engaño del forastero.
La corte del príncipe de Courtland, regresando de una cacería, hace un alto en el camino en la casa de Giselle para comer y beber, Bathilde la hija del príncipe y prometida de Albrecht se impresiona por el encanto de Giselle y se hacen confidencias sobre sus amoríos sin saber ninguna de las dos que ambas aman al mismo hombre.
En el pueblo se celebra la fiesta de la vendimia y los jóvenes del pueblo eligen a la reina, honor que recae en Giselle, quien con permiso de su madre baila para todos. Hilarión entre tanto descubre la verdadera identidad de Albrecht, y aprovecha la presencia de la corte y de su prometida Batidle para desenmascararle.
Giselle es sorprendida por el engaño y su inocencia se ve rota por la traición, haciéndola caer en una desesperación que la arrastrará hacia la locura y la muerte.
Segundo acto
Hilarión acude al bosque para visitar la tumba de su amada y es sorprendido por la media noche y con ella la llegada de las Willis. Myrtha,, su reina, es la encargada de hacer la llamada a las Willis para iniciar así, una noche más, el ritual de la venganza, siendo Hilarión su primera víctima.
Al oír pasos las Willis desaparecen, es Albrecht que se acerca, siente tanto arrepentimiento que se ha adentrado en el bosque buscando la tumba de Giselle y suplicar su perdón.
Giselle se hace visible conmovida por su arrepentimiento e intenta prevenirle para que se marche del bosque, pero ya es tarde y la implacable Myrtha ordena a las Willis atraer a Albrecht hasta su presencia donde haciéndole bailar conseguirán quitarle la vida.
La fuerza del amor que Giselle siente en su interior será la salvación de Albrecht, dándole su aliento y haciéndole resistir vivo hasta la llegada del alba. Con el amanecer las Willis desaparecen, y así Giselle tiene que despedirse de su amado para siempre, Albrecht trata inútilmente de retenerla pero ella tiene que seguir su triste destino envuelta en esa maldición provocada por el engaño y la traición del hombre.
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