Las pesadillas se consideran, de manera general, como un mal sueño que produce ansiedad, miedo, angustia y hasta terror. Se generan a partir de la infancia, antes de los 10 años, pero dependiendo de sus causas, pueden manifestarse durante toda la vida.
En entrevista con la doctora Margarita Reyes Zúniga, especialista de la Clínica del Sueño del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), las pesadillas son una forma que tiene nuestro cerebro (parasomnia) de hacer frente a las tensiones y temores de la vida cotidiana, causadas por diversos factores (psicoemocionales) que afectan el sistema nervioso.
De acuerdo con la psiquiatra especialista en trastornos del sueño, las pesadillas se presentan en la etapa del sueño de movimiento ocular rápido y generan mayor tensión, alta frecuencia cardiaca y respiratoria, así como sudores nocturnos. Sus principales causas son:
1. Estrés. De manera particular las desencadenan eventos que detonan el estrés postraumático debido a fuertes o significativas experiencias, pero también el estrés laboral suele ser una de sus causas.
2. Trastorno de ansiedad generalizada. La ansiedad y angustia causadas sobre todo por las presiones diarias o determinadas fobias, pueden causarlas.
3. Apnea del sueño. Una de las manifestaciones de este trastorno pueden ser las pesadillas, por lo que el tratamiento del mismo ayuda a erradicarlas cuando son derivadas.
4. Depresión. Uno de los síntomas de esta enfermedad, cuando se presentan de manera crónica o aguda, puede provocar las pesadillas, en ocasiones como un reflejo del subconsciente.
5. Indigestión. Una sobrecarga del trabajo digestivo pueden desencadenarlas.
Cuando las pesadillas son frecuentes (hasta 3 veces a la semana) y se viven de forma vívida hasta fragmentar el sueño y descanso de una persona, se debe buscar ayuda profesional para determinar sus causas y el mejor tratamiento.
Asimismo, la también integrante de la Academia Mexicana de la Medicina del Dormir, aconseja que en caso de padecerlas, se deben buscar algunas terapias de relajación, dejar de trabajar o tener actividad física al menos dos horas antes de dormir, así como moderar el consumo de alimentos y alcohol previo al descanso.
Con información de: Radiomundial | Foto: Pesadilla / Shutterstock
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