Conocido como el «Sínodo del Terror» o el «Concilio Cadavérico», este fue un juicio eclesiástico póstumo que se le realizó al papa Formoso, el cual fue acusado de perjurio y de haber accedido al papado ilegalmente. Este famoso acontecimiento fue promovido por el papa Esteban VI, quien mandó a desenterrar el cadáver de aquel que ocupó la silla de San Pedro.
En la Antigua Roma, entre los años 872 y 965, el papado no solo se encargó de predicar la palabra de Dios, sino que participó en las violentas luchas de poder entre las familias dirigentes de la ciudad, y las disputas por el control de la península itálica, entre los emperadores alemanes -quienes en el siglo IX se proclamaron protectores de la Iglesia- y los señores de Italia.
Sin embargo, existían nuevas dinastías italianas en alza, que aspiraban a establecer la independencia de Italia…
Formoso, obispo excomulgado de Porto
Bajo el mandato del papa Nicolás I, Formoso fue declarado obispo de Porto -diócesis situada en la desembocadura del Tíber- en el año 866, desarrollando una importante labor evangelizadora en la actual Bulgaria.
Pero, en el año 877 Formoso fue excomulgado y expulsado de su diócesis por el entonces papa Juan VIII, debido a que este decidió apoyar la coronación de Arnulfo de Carintia, un bastardo de la dinastía carolingia con aspiraciones a imponerse como rey de Italia…
Formoso y los Spoleto…
Luego de su excomulgación, Formoso decidió huir de Roma, encontrando refugio con los Spoleto, permaneciendo con ellos varios años en el norte de Lombardía…
En el año 883, el nuevo papa Marino I, decidió levantarle la excomulgación y lo restituyó en su antigua sede de Porto… Luego de dos pontífices que siguieron tras la muerte de Marino I, Formoso fue escogido de manera unánime como nuevo papa de Roma, en el año 891.
Ningún papa ha vuelto a llevar el nombre de Formoso. El cardenal Pietro Barbo lo intentó, pero fue disuadido – Papa Formoso en el libro ‘Vidas y tiempos de los papas’ de Chevalier Artaud de Montor.-
En 892, Guido III de Spoleto, el coronado emperador de Roma, presionó al nuevo papa para que validara la sucesión en favor de su hijo Lamberto de Spoleto… A Formoso no le quedó otra opción más que reconocer al hijo de Guido, como sucesor del imperio…
No obstante, el papa Formoso no estaba convencido del mandato del nuevo rey de Italia, por lo que empezó a enviar invitaciones en secreto a Arnulfo de Carintia, para que acudiera a su auxilio…
Muerte de Formoso y coronación del nuevo rey de Italia
Ya para el año 896, Guido de Spoleto había muerto y su hijo Lamberto ascendió al trono, pero las tropas de Arnulfo lograron expulsar a los Spoleto de Roma.
A horas de ser secuestrado por seguidores de los Spoleto, Formoso fue liberado y a los pocos días logró coronar a Arnulfo de Carintia como nuevo emperador de Roma.
Días después de la coronación, el papa Formoso fallece -presuntamente envenenado- a los 80 años de edad.
La venganza de los Spoleto
Tras la muerte de Formoso, su sucesor fue Bonifacio VI, el cual murió a los quince días… Posteriormente el obispo de Anagui, Esteban VI fue escogido como nuevo pontífice de Roma…
Arnulfo de Carintia, enfermó y se vio obligado a abandonar Italia, es entonces cuando Lamberto retoma el poder de Roma y convence al nuevo pontífice para que condenara los actos de Formoso, quien no había apoyado a la familia Spoleto en sus reivindicaciones políticas.
El papa Esteban VI ordenó -bajo las instrucciones de Lamberto de Spoleto y su madre Ageltruda- la extracción del cadáver de Formoso de la sepultura y así someterlo a juicio por sus pecados…
Nueve meses después de la muerte de Formoso, el cuerpo de este antiguo papa fue sacado de su tumba para ser enjuiciado en un concilio, hoy en día conocido como «Concilio Cadavérico» o «Sínodo del Terror».
El cadáver del papa enjuiciado…
En este sínodo estuvieron presentes cardenales, obispos y diversos dignatarios eclesiásticos… En el trono estaba “sentado” el cadáver de Formoso con sus ornamentos papales “escuchando” sus acusaciones… En el Concilio romano de 898 aparece descrito:
“Un hedor terrible emanaba de los restos cadavéricos. A pesar de todo ello, se le llevó ante el Tribunal, revestido de sus ornamentos sagrados, con la mitra papal sobre la cabeza casi esqueletizada donde en las vacías cuencas pululaban los gusanos destructores, los trabajadores de la muerte”.-
La principal acusación fue el abandonar el obispado en la diócesis de Porto, para ocupar la de Roma, lo cual era paradójicamente lo mismo que había hecho el propio pontífice Esteban VI -quien presidía el “juicio”-, siendo obispo de Anagni.
Aun cuando el cadáver tenía un abogado como representante, fue encontrado culpable, invalidando su elección como papa y se invalidaron todos sus actos y ordenaciones realizados durante su papado.
Posterior al juicio le despojaron de las vestiduras papales y le cortaron los tres dedos con los que los papas impartían sus bendiciones. Tras arrastrar el cadáver por las calles de Roma, fue quemado y arrojado al Tíber ante una multitud vociferante.
Se dice que una crecida del Tíber arrastró el cadáver de Formoso cerca de una orilla y fue encontrado por un pescador, el cual le dio cristiana sepultura… Años más tarde los restos del papa Formoso fueron depositados en el Vaticano, donde yacen hasta el día de hoy.
Con información de: ABC | National Geographic
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