Por Daniel Colombo / Cuando se trata de trabajar, no todo el mundo se va a llevar bien todo el tiempo. El conflicto es casi inevitable en algún momento. Y aunque esto puede ser una idea que asuste, no tiene por qué ser algo que no se pueda manejar.
De hecho, cuando se lo gestiona adecuadamente, el conflicto puede acabar siendo algo bueno. Incentiva a la gente a pensar de forma crítica y a tener en cuenta múltiples aspectos de una situación, en lugar de limitarse a seguir su primer instinto, querer huir de la disidencia, o permanecer neutral.
Vista de esta forma, la resolución de conflictos puede fortalecer las relaciones y conducir a mejores resultados a largo plazo. Así que en lugar de pensar en el conflicto como algo negativo y destructivo, se lo puede enfocar como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje, además de resolver cuestiones pendientes de la mejor forma posible.
- El Método Thomas-Kilmann: sencillo, claro y al punto
El método Thomas-Kilmann fue creado por Kenneth Thomas y Ralph Kilmann para ayudar a generar varias opciones en situaciones de conflicto. En realidad, hay muchos artículos en Internet que declaran erróneamente que Thomas Kilmann fue el creador; sin embargo, los autores son los dos, y se utiliza para medir tu comportamiento en situaciones de conflicto.
Básicamente evalúa el grado de tu forma de proceder de acuerdo con dos ejes principales: cooperación frente a competencia y estructura frente a flexibilidad.
En situaciones de conflicto, cada persona tiene la opción de responder de cinco maneras distintas, que son identificadas en este método.
Aunque probablemente te sientas más familiarizado con otras técnicas, todo el mundo, en algún momento, seguro que has empleado algunas de las partes que incluye este modelo.
Lo que hace este método es unificarlas en un sentido beneficioso porque te anima a ser consciente de las distintas estrategias y a gestionar tu comportamiento de forma consciente.
- Los dos ejes del modelo
El instrumento Thomas-Kilmann se basa el cruzar dos ejes básicos: la asertividad y la cooperación.
Asertividad (en algunas traducciones figura como “Afirmación”): Es el énfasis, enfoque y determinación que le das a tus necesidades. Incluso la terquedad, por ejemplo, puede considerarse en este campo. Este énfasis puede ser alto o bajo.
Cooperación: La cooperación es el énfasis que le das a lo que los demás necesitan en el conflicto; y puede ser con una actitud de tu parte cooperativa o no cooperativa.
Sobre las dos dimensiones de la afirmación y cooperación, aparecen 5 técnicas, como olas llaman los autores, para detectar cuál es la modalidad que aplicas más frecuentemente para resolver conflictos.
1 – Competir:
Se orienta hacia el poder. Lo que haces aquí es que en muchas situaciones pondrás tus necesidades encima de las de los demás. Es el comportamiento, a veces reactivo y no contributivo, donde defenderás tus derechos, postura, y querrás ganar a toda costa haciendo prevalecer tu posición.
2 – Complacer:
Este método está en el eje contrario a competir. Aquí sucede que le das prioridad a las necesidades de los demás, y dejas de lado las tuyas, por lo que puede ser interpretado como generosidad o altruismo de tu parte; o bien, búsqueda de aprobación por cualquier motivo, y hasta cierto afán de caer bien. Incluso puedes usar estos recursos como parte de la estrategia.
3 – Evadir:
Quieres escapar del conflicto, y finges que no existe. Quieres negarlo, aunque sabes que existe. El actuar de esta forma produce que quizás no quieras resolverlo, o dejar a otros que lo hagan. Puede ser útil si el conflicto es menor, pero en situaciones mayores generalmente se pierde tiempo, se pagan precios más altos y no se asume la responsabilidad que te toca.
4 – Colaborar:
El concepto conocido como “Win-win” (Ganar-Ganar) consiste en que no cederás para ganar en algunos aspectos, sino que se buscará transformar la situación en algo positivo y lo más balanceada posible para ambas partes.
Actualmente se habla de la evolución del Ganar-Ganar hacia un “Win-win-win”, donde se considera el impacto en las terceras partes que quizás no estaban contempladas en el conflicto entre sólo dos partes.
5 – Comprometerse:
Cuando aparece esta técnica, se considera que ambas partes ceden algo y ganan algo a la vez. Se sabe que ninguna se llevará el 100% de lo que anhelaba, y que se regulará la situación a un compromiso mutuo de resolver el conflicto con la mayor equidad posible.
Como puedes observar, las técnicas de Thomas-Kilmann sirve para tomar más conciencia de tus diferentes maneras para gestionar conflictos. No se trata de resignar lo que consideras justo, sino de hallar un equilibrio entre tus necesidades y las de los demás.
Imagen portada: Shutterstock
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