Jack London fue un escritor estadounidense que combina en su obra el más profundo realismo con los sentimientos humanitarios y el pesimismo.
John Griffith London nació en San Francisco, el 12 de enero de 1876, hijo de un astrólogo ambulante, al que no conoció, y de una espiritista. Completó sus estudios de bachillerato mientras realizaba diversos trabajos.
En 1897 y 1898 viajó a Alaska, empujado por la corriente de la fiebre del oro. Antes había sido marino, pescador, e incluso contrabandista. De regreso a San Francisco comenzó a relatar sus experiencias.
En 1900 publicó una colección de relatos titulada El hijo del lobo que le proporcionó un gran éxito popular. Publicó más de 50 libros que le supusieron grandes ingresos pero que dilapidó en viajes y alcohol.
Jack London fue corresponsal de guerra y vivió dos matrimonios tormentosos. Se suicidó a la edad de 40 años. De ideas socialistas y siempre del lado de los trabajadores, London fue militante comunista e incluso agitador político. Pero, autodidacta como era, las lecturas del filósofo alemán Nietzsche le llevaron a formular que el individuo debe alzarse frente a las masas y las adversidades.
Esta contradicción individualidad-colectividad está presente en su obra. Su tesis general es la de que el ser humano no es bueno por naturaleza, y sólo los fuertes consiguen alzarse en la vida que es dura; estos seres serán los que pongan los cimientos para una sociedad más justa.
Muchos de los relatos de Jack London, entre los que destaca su obra maestra, La llamada de la selva (1903), hablan de la vuelta de un ser civilizado a su estado primitivo, y la lucha por la supervivencia. Su estilo, brutal, vivo y apasionante, le hizo enormemente famoso fuera de su país. Sus novelas se han traducido a numerosas lenguas.
Entre sus principales obras cabe mencionar Los de abajo (1903), sobre la vida de los pobres en Londres; El lobo de mar (1904), una novela basada en sus experiencias como cazador de focas; Colmillo blanco (1906) un libro pesimista sobre la crueldad, la hegemonía de los más fuertes y la lucha por la libertad. John Barleycorn (1913), un relato autobiográfico sobre su batalla personal contra el alcoholismo, y El vagabundo de las estrellas (1915), una serie de historias relacionadas entre sí sobre el tema de la reencarnación.
Jack London falleció el 22 de noviembre de 1916 en California, EEUU.
Algunas de las mejores frases de Jack London
“Riqueza significa influencia.”
“Todo lo que quería era un lugar tranquilo en el campo, donde escribir y pasear.”
“Las palabras de la canción salvaje eran ciertas. Él era el cobarde; ya no le restaba más que huir, correr.”
“¡Preferiría ser cenizas que polvo! Preferiría que mi chispa se queme en una brillante hoguera a que sea extinguida por seca desintegración. Preferiría ser un espléndido meteoro, cada átomo en mi en magnífico resplandor, que un soñoliento y permanente planeta.”
“Tirarle el hueso al perro no es caridad. Caridad es compartir el hueso con el perro cuando se está tan hambriento como él.”
“La función del ser humano es vivir, no existir. No voy a gastar mis días tratando de prolongarlos, voy a aprovechar mi tiempo.”
“(…) Sin duda, en los comienzos del mundo estaba escrito este final, para él, tan fino y sensible, con los nervios a flor de piel, que era un soñador, un poeta, un artista.”
“Escribo sin más propósito que para añadir algo mío a la belleza.”
“No vivo de lo que el mundo piensa de mí, sino de lo que yo pienso de mí mismo.”
“No se puede esperar a la inspiración, hay que ir a buscarla.”
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