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‘Cabeza de Medusa’ - Caravaggio y el horror de la mirada

‘Cabeza de Medusa’ – Caravaggio y el horror de la mirada

‘Cabeza de Medusa’ es una pintura del artista italiano Michelangelo Merisi da Caravaggio, pintado en óleo sobre lienzo adherido a un escudo de madera, en el año 1597. La obra recrea a la figura mitológica de Medusa, decapitada por Perseo.

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El mito de Medusa

De acuerdo con la mitología griega, Medusa era una de las tres Gorgonas, hijas monstruosas de los dioses marinos Forcis y Ceto.

Consistía en una figura tan horrorosa y extravagante, que incluso contaba con el poder de petrificar con su mirada a cualquiera que tuviese la osadía de contemplarla. Sirviéndose de su escudo como espejo, el semidiós Perseo cortó su cabeza, para así salvar a Andrómeda y concebir a Pegaso.

Medusa, un tema recurrente en la Florencia barroca

Considerada una de las obras más emblemáticas del pintor Michelangelo Merisi da Caravaggio, y en general, del barroco italiano, Cabeza de Medusa es una obra elaborada en 1597, en el marco de uno de los períodos pictóricos más fascinantes de la historia del arte.

El tema de la Medusa correspondía a una parte fundamental de la tradición iconográfica florentina, y particularmente de los Médicis, quienes la consideraban una alegoría al poder.

Asimismo, se trataba de un motivo frecuente en los escudos de los guerreros, razón por la cual Caravaggio reprodujo el escudo de Atenea en un lienzo montado sobre un escudo, elaborado a base de madera de álamo.

Con Mario Minniti fungiendo como modelo, Caravaggio capta el instante en que la espada de Perseo separa la cabeza del cuerpo de Medusa, quien, por medio de una expresión horrorizada, permanece en un gesto de grito eterno al ver su propia monstruosidad reflejada en el espejo del semidiós.

Una cabeza recién cortada, aún chorreando sangre y latiendo de vida. Indudablemente, el icónico estilo de Caravaggio.

El horror de la mirada

‘Testa di Medusa’ de Caravaggio (1597) – Imagen: Wikipedia.-

Más allá del interesante abordaje de una escena mitológica, lo verdaderamente fascinante en la pintura de Caravaggio, radica en la capacidad del pintor para crear la ilusión de que, a pesar de la distancia, la monstruosidad de la Medusa no se encuentra tan lejos del espectador. Por medio de una ilusión óptica creada a partir del uso de sombras y luces -típico del barroco italiano-, Caravaggio hace que resulte difícil sustraerse de un impacto ante la proximidad de la cabeza recién cortada.

Para ello, el artista italiano se enfocó en que, para efectos narrativos, la sangre goteara más allá de los bordes del escudo, y por las sombras que proyectan las serpientes que hacían vida en lugar de su cabello.

En este sentido, el artista hace que el escudo convexo luzca cóncavo, y en consecuencia, el personaje mitológico casi pretenda salir del marco.

Con información de: Historia-Arte! / Museums Florence / Grandes maestros de la pintura (2006). Editorial Sol 90.

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