En exclusiva con Javiera Balmaceda, Head of International Originals para Latinoamérica, Canadá y Australia en Amazon MGM Studios, desentrañamos Belén: la película que revive el drama de una joven tucumana encarcelada por un aborto espontáneo y la abogada que arriesgó todo por su libertad. Ambientada en un contexto de criminalización de la pobreza y el cuerpo femenino, esta película argentina demuestra que las historias latinoamericanas pueden emocionar y cuestionar al mundo entero, transformando una tragedia local en un llamado global por justicia y equidad.
Un caso que no fue aislado: la criminalización de la pobreza
Belén no es un nombre ficticio, sino el de una joven de Tucumán que pasó más de dos años en prisión por perder un embarazo de manera natural. Javiera lo resume sin filtros: “Hubo varios casos de la misma situación que mujeres pobres condenadas por aborto espontáneo… prefiero decirlo en inglés: miscarriage”. Ella misma confiesa con emoción: “I’ve miscarried es algo que no me puedo imaginar que alguien pueda penalizar a una mujer por eso que nos pasa a muchas”. En menos de dos meses, el lema “Todos somos Belén” movilizó a cientos de miles en Argentina, Europa, África y Latinoamérica, coincidiendo con el estallido de Las Tesis y su himno antipatriarcal. Una injusticia local se convirtió en símbolo global de resistencia feminista, destacando cómo la pobreza agrava la estigmatización del cuerpo femenino y cómo el sistema judicial falla sistemáticamente a las más vulnerables.
Dolores Fonzi: la directora-actriz que ya gritaba “Libertad para Belén”
El match perfecto llegó con Dolores Fonzi, quien no solo dirige sino que protagoniza la cinta como la intrépida abogada. Javiera recuerda con entusiasmo: “Le habíamos dado luz verde a Blondie, su ópera prima. Cuando Leticia Cristi nos pitchó Somos Belén, insistimos: Dolores tenía que estar”. Dolores ya había ganado un premio y gritado “¡Libertad para Belén!” en el escenario, demostrando su compromiso real con la causa. Trájose a su amiga Laura Paredes para el rol de Bárbara y coescribieron el guion, formando un equipo casi íntegramente femenino que rodó en Tucumán y Buenos Aires con casting 100 % local. Camila Plaate, quien interpreta a Belén y ganó como mejor actriz de reparto en San Sebastián, es tucumana; la actriz que hace de su mamá también lo es, y la hermana en pantalla es su hermana real. “Eso le da profundidad y trasciende: ya no es solo una historia tucumana, es global”, asegura Javiera, enfatizando cómo estos detalles auténticos elevan la narrativa.
¿Qué hace única a Belén en Prime Video?
En un catálogo de muchos contrastes, Belén brilla por su crudeza cotidiana y su enfoque directo en la justicia y el empoderamiento. En nuestra conversación Javiera evita lo obvio y va al grano: “La injusticia le pasa a Belén por ser mujer y ser pobre… es impresionante que pasó esa cantidad de tiempo en la cárcel por perder el embarazo”. Trata un aborto espontáneo como algo universal que afecta a muchas mujeres, fomentando conversaciones profundas sobre derechos reproductivos. Su selección como representante oficial de Argentina para el Oscar y los Goya añade un orgullo inmenso. “Estaba super asustada… es un año de mucha competencia, pero Belén está metida entre las grandes”, admite con modestia. Esta unicidad radica en convertir un tema cotidiano y doloroso en un espejo de desigualdades globales, invitando a reflexionar sobre cómo la pobreza y el género se entrelazan para perpetuar injusticias.
El mensaje que Javiera quiere que te lleves
Belén es un llamado a la acción que trasciende la pantalla. Javiera subrayó el compromiso de Amazon MGM Studios con historias latinoamericanas de calidad mundial: “Que valen ser vistas y escuchadas por el mundo, que no nos quedamos cortos”. Y a nivel personal, enfatizó con pasión: “No podemos bajar los brazos. Hay que seguir luchando por los derechos de las mujeres y de nuestra salud”. El estreno en Prime Video el 14 de noviembre busca trascender Latinoamérica, atrayendo a públicos internacionales. “Que sea algo más grande que Latinoamérica… que el público de todo el mundo vea esta película porque es sobre justicia”, deseó Javiera, recordándonos que temas como la solidaridad feminista y la equidad reproductiva resuenan en contextos como el de Estados Unidos, donde debates similares siguen vigentes.
Feedback real: lágrimas, debates y maridos “gringos” conmovidos
Las reacciones al ver Belén han sido puramente auténticas y emocionales. En el Miami Film Festival, todos terminaron llorando: los hijos varones de Javiera, su marido, e incluso una amiga que llevó a su esposo estadounidense, quien confesó “casi me hiciste llorar”. “Al día siguiente recibí textos: ‘seguimos hablando, seguimos discutiendo’”, compartió Javiera. Madres con hijas adolescentes agradecieron la excusa perfecta para abrir temas profundos sobre derechos y desigualdad, generando conversaciones que perduran más allá de la proyección. Estas respuestas confirman cómo Belén no solo es arte, sino que cataliza diálogos familiares y sociales sobre la criminalización del cuerpo femenino y la necesidad de solidaridad colectiva.
La escena que te dejará sin aliento (sin spoiler)
Javiera se emociona al recordarla y la describe así: “El discurso final de Dolores… con tanta inteligencia, tanta tranquilidad, dando todos los hechos mientras se oye el ruido de la calle y las mujeres. Me sigo emocionando”. Esta secuencia captura la esencia de la resiliencia femenina ante sistemas hostiles. Es un cierre que deja al público con lágrimas y reflexiones, equilibrando emoción cruda con inteligencia narrativa. Y para equilibrar el drama, el guion añade humor en la relación entre Soledad y Bárbara, que es “auténtica y muy divertida”, ofreciendo alivio necesario en medio de la tensión de la trama.
Del libro a la pantalla: lo que se quedó fuera (y por qué)
Basada en Somos Belén de Ana Correa, con prólogo de Margaret Atwood en la edición inglesa, la película condensa la historia para maximizar el impacto. Detalles como la relación con el novio de Belén, el abogado previo o aspectos familiares ampliados quedaron fuera. “Fue decisión correcta para traer una película impactante”, justifica Javiera, recomendando encarecidamente el libro para quienes quieran profundizar en los matices reales. Esta adaptación inteligente mantiene el foco en la injusticia central –ser mujer y en situación de pobreza en un sistema sesgado– mientras invita a explorar la fuente original para una visión más completa.
Lección de producción: confiar ciegamente en el talento
Javiera cierra con una lección valiosa para futuras producciones: “No hay una verdad en cómo contar mejor… hay que confiar casi ciegamente y dejar que los creativos guíen”. En un mundo dominado por métricas y abandonos en el minuto tres, Belén demuestra que la pasión y la visión femenina generan cambio social real. Confiar en equipos como el de Dolores Fonzi y Leticia Cristi, con su sensibilidad y colaboración natural, es clave para crear cine que no solo impacte, sino que transforme perspectivas sobre justicia y equidad.
Belén es denuncia, espejo y motor de cambio. Disponible desde el 14 de noviembre en Prime Video, es una película que invita a todos a reflexionar.
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