Por Pónganse a Leer | “La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”, esta frase famosísima del cómico mexicano Roberto Gómez Bolaños (Chespirito).
En este episodio de Pónganse a Leer vamos a hablar de uno de los autores estadounidenses más célebres, Edgar Allan Poe, y nos vamos a acercar a su obra literaria, desde tres cuentos en los que la venganza es el eje central, el elemento que detona la acción. Hoy tenemos apología de la venganza con Edgar Allan Poe.
La vida literaria de Edgar Allan
Edgar Poe, nació el 19 de enero de 1809 en la ciudad de Boston, en los Estados Unidos, pronto, cuando tenía 2 años de edad, perdió a sus padres, que eran actores de teatro itinerantes. Entonces el pequeño Edgar, termina en la casa de un acaudalado hombre de negocios de Richmond, que se llamaba John Allan, que lo educó y de quien tomaría el apellido Allan.
Entre 1815 y 1820, se traslada con su familia adoptiva al Reino Unido. En junio de 1820, regresa a los Estados Unidos, estudia en la Universidad de Virginia, de la que fue expulsado por jugador y bebedor. Trabajó en uno de los negocios del señor Allan, pero por la misma razón de expulsión de la universidad, lo perdió, de manera que se va para Boston y ahí es donde empieza a publicar sus primeras letras, que sería un libro llamado “Tamerlane and Other Poems”, o en español Tamerlán y otros poemas, en 1827.
En esa misma época se alistó en el ejército, pero nuevamente fue expulsado, de la Academia Militar de West Point, por negligencia en el cumplimiento del deber. Aquello debió hacerle encontrar a las musas, porque en 1829 apareció su segundo libro de poemas, Al Aaraaf.
Unos años después, en 1831 publica su tercer libro, Poems by Edgar Allan Poe, en 1832, se va a Baltimore, donde se casa con su prima Virginia Clemm, que era 14 años menos que él.
En esta época, consigue trabajo en el periódico Southern Baltimore Messenger, empieza publicar algunas narraciones y algunos poemas. Es nombrado director del periódico, y lo convierte en el más importante periódico del sur de los Estados Unidos, gracias a esta labor, es llamado para colaborar con revistas de Filadelfia y Nueva York.
En estos años, destaca por su labor como crítico literario, en donde demuestra ser carácter incisivo, que llega a ser escandaloso.
En 1840 publica en Filadelfia sus “Cuentos de lo grotesco y lo arabesco”; y luego vendría un éxito extraordinario; en 1843, publica “El escarabajo de oro”; le seguiría en 1945 el poemario “El cuervo y otros poemas”, con esta obra alcanza una reputación literaria, que conservaría hasta la muerte.
Dos años después, en 1847, muere su esposa, después de sufrir una larga enfermedad, él llegaría a escribir también que esa enfermedad de Virginia, convirtió su matrimonio en una experiencia amarga; se sumerge nuevamente en el alcoholismo y le suma ahora el consumo de drogas, según los comentarios de Rufus Wilmot Griswold, un editor, poeta, y crítico literario, que odiaba a Poe, y después de su muerte, lo tachó de adicto al alcohol y a los estupefacientes, pero parece que todo esto, fue invento de su malsana envidia.
En 1849, Edgar se compromete en matrimonio con Sarah Elmira Royster, y sus amigos, dirían que estaba entusiasmado y feliz con el futuro matrimonio. Pero un día, Poe desapareció y le perdieron el rastro. El 3 de octubre de 1849, encontraron a Poe en las calles de Baltimore en estado de delirio. Tenemos a un Edgar muy angustiado, y necesitado de ayuda inmediata, entonces su amigo James E. Snodgrass, se lo lleva al Washington College Hospital, y ahí muere, el domingo 7 de octubre de 1849, a las cinco de la madrugada.
En los días que estuvo recluido en el hospital, Poe no fue capaz de explicar cómo había llegado a esa situación tan calamitosa en la que lo encontraron, tampoco pudo explicar, por qué llevaba ropas que no eran suyas.
Sus últimas palabras fueron: «¡Que Dios ayude a mi pobre alma!». Como los informes médicos y el certificado de defunción de Poe se perdieron, para explicar la muerte del autor, los periódicos de la época dijeron que su muerte se debió a una «congestión» o a una «inflamación» cerebral. Que era la forma con la que se solía encubrir en aquellos años, los fallecimientos por causas vergonzosas, como el alcoholismo.
Estilo de su obra
Edgar Allan Poe, es conocido y reconocido a nivel mundial como el padre y el principal precursor del cuento moderno, fue uno de los principales escritores de obras de terror y de ciencia ficción. Y su influencia gótica, es notable en los autores posteriores, basta recordar el episodio 23 de pónganse a leer dedicado a Horacio Quiroga, donde mencionábamos la admiración del escritor uruguayo, Poe está considerado como uno de los más importantes representantes de la literatura universal.
Y esa importancia, se la debemos a su estilo, muy particular. El estilo literario de Poe fue revolucionario, algunos críticos lo catalogan como un tipo de romanticismo oscuro, en donde abundaban los poemas y los relatos de corta duración, las novelas, y los ensayos.
Su estilo marcó una importante diferencia en el cuento, al punto que se le considera hoy como el “maestro del cuento corto” que, para el momento, eran considerados como una expresión inferior del campo literario.
En sus obras, encontramos mucho misterio, mucha muerte, todo enmarcado en una atmósfera macabra que provoca ansiedad y hasta terror, en el lector.
En su obra, los personajes, parece que siempre tienen miedo, están en constantemente aterrada. También odian a alguien y se mueven por ese odio. Los personajes de Poe, están obsesionados por el autocontrol, que parece que no son capaces de practicar.
Apología de la venganza en tres cuentos de Poe
Un tema recurrente en la obra de Poe, es la venganza, y de ahí esa frase archi conocida de Roberto Gómez Bolaños, Chespirito.
La venganza es según el portal web Definición de: “una reprimenda que se ejerce sobre una persona o un grupo de ellas por una acción que es percibida como mala o dañina. El sujeto que se siente afectado decide vengarse y concreta una especie de reparación por el daño. La venganza supone una compensación por el agravio recibido”.
La venganza es una acción humana absolutamente, y de ahí que sea tan interesante para los autores, no solo Edgar Allan Poe ha puesto la venganza en la primera línea de sus relatos, si hacemos un ejercicio cortito, recordaremos por ejemplo: “El Conde de Montecristo” de Dumas, o “Hamlet” de Shakespeare, por mencionar algunos, pero aquí vamos a observar la venganza desde la pluma del maestro del cuento, en tres de sus cuentos.
El corazón delator
“El corazón delator” nos lleva a un apartamento, donde viven un viejito que parece que tiene cataratas, porque el autor nos revela que tiene un ojo nublado y azulado, como si fuera un ojo de buitre, y un hombre más joven que según el autor es un tipo como muy avispado y dice que no se le escapa nada.
A nuestro protagonista, el anciano le daba ansiedad, desconfía de él, y después de espiarlo por siete días, el octavo día, entra al cuarto del anciano y lo mata, el cuento no dice como, aquí el lector deja volar su imaginación. Entonces el criminal, como no sabe qué hacer con el cuerpo, procede a descuartizarlo, y esconde los restos bajo la tarima del suelo.
Los vecinos llaman a la policía y dicen que escucharon un grito desgarrador en el apartamento, la policía llega, el asesino los hace pasar a la habitación donde está el cuerpo por partes del anciano y mientras lo interrogan, el asesino dice que él fue el que grito por una pesadilla. De repente empieza a escuchar un sonido que va creciendo.
El sonido del corazón del anciano muerto que clama venganza.
Aquí la venganza, es sutil, se presenta como una venganza divina, como un resarcimiento que viene de lo alto, que azota la conciencia del victimario y le lleva al castigo.
Los críticos han clasificado este cuento de Poe, como una obra de la narrativa gótica, y salto a nosotros en enero de 1843, cuando se publicó en el periódico literario The Pioneer, aunque luego Poe lo republicó en su periódico el Broadway Journal, en agosto de 1845.
Hop-frog
Hop-Frog, es uno de los cuentos más curiosos de Poe. Hop-Frog, era el bufón de la corte, de un rey cruel. Hop-Frog, era enano, en otras épocas, era común que los reyes tuvieran enanos en sus cortes, basta ver el famoso cuadro de Velásquez “Las meninas”.
En el cuento, se nos narra, que el rey abusaba de él, porque también era lisiado y lo tenían por tonto. Hop-Frog no toleraba el alcohol, pero lo hacían beber para que se volviera loco, tiene que aguantar todo tipo de vejámenes junto a otra amiga Trippeta suya que era enana también y la tenía en la corte.
Un día, el rey obliga a Hop-Frog a consumir alcohol, Trippetta le ruega al rey que se detenga, pero el rey la empuja y le arroja una copa de vino a la cara frente a siete ministros, que eran iguales de crueles como el rey.
Aquel acto de violencia hace que Hop-Frog rechine los dientes. Es en ese momento, cuando empieza a planificar su venganza, porque los ministros le piden consejo para realizar una broma, y Hop-Frog, recomienda organizar una mascarada. Sugiriendo, que el rey y los ministros, se disfracen de orangutanes encadenados. Hop-Frog, prepara los disfraces con camisas y pantalones ajustados empapados de alquitrán y cubiertos de lino, los encadenan y los llevan al gran salón donde asustan a la concurrencia. La gente corre hacia las puertas para escapar, pero el rey había insistido en que las puertas estuvieran cerradas; las llaves se quedan con Hop-Frog.
En medio del caos, Hop-Frog coloca una cadena desde el techo y la une a la cadena alrededor de los hombres disfrazados, la cadena los levanta a través de una polea por encima de la multitud.
Hop-Frog les dice a los invitados, que todo es una broma, y que si se acercan podrán ver quiénes son los orangutanes, en ese momento, Hop-Frog rechina los dientes nuevamente y acerca una antorcha a la cara de los hombres. Que ya sabemos que tenían unos trajes inflamables.
Edgar Allan Poe, escribió este cuento hacia el final de su vida, por lo que algunos estudiosos han dicho que puede ser autobiográfico; situando al bufón Hop-Frog como Poe.
Hop-Frog, fue publicado en la edición de marzo de 1849 del periódico The Flag of Our Union.
La historia, puede que tenga su inspiración en un hecho real, ocurrido en la corte del rey Carlos VI de Francia, que, por sugerencia de un escudero, el rey y otros miembros del séquito real, se vistieron de sátiros con ropas hechas de brea y lino, como las del rey y los ministros en el cuento. En la historia de la corte francesa, cuatro hombres murieron abrasados por el fuego, pero el rey se salvó.
El barril de amontillado
“El barril de amontillado”, nos hace reflexionar sobre las veces que hemos sido crueles con la gente y les hemos humillado.
En este cuento nos vamos a Italia, en pleno carnaval, aquí Montresor busca a Fortunato para vengarse de él por una pasada humillación.
Montresor se tropieza como por casualidad con Fortunato en la calle, se muestra simpático y afable y aprovechando que el tal Fortunato era un bebedor empedernido, lo invita a su casa para que pruebe un vino amontillado del que acaba de recibir un barril. Se van los dos al palazzo de Montresor, este hace que Fortunato baje las escaleras y desciendan a las catacumbas del palacio, al llegar a la cripta, Montresor lo invita a en ella.
Una vez logra meter al hombre a la cripta, le pasa una cadena por la cintura, y lo amarra al muro. Fortunato, como está bajo los efectos del alcohol, piensa que el amigo le está jugando una broma. Montresor, empieza entonces a levantar un muro, y Fortunato entiende que no es un chiste, que lo va encerrar ahí.
El cuento fue publicado en 1846, y aun hoy sigue generando en los lectores sentimientos encontrados cuando se lee. Uno se mete en esas catacumbas con Montresor y Fortunato, uno entiende las causas de uno, pero no le justifica, uno siente asfixia como el otro y se arrepiente de las veces que maltrato a otros.
Poe es un autor que hay que leer, no importa la edad que se tenga, si alguien pasados los 50 años aun no lo ha leído, que suerte tiene, esta por descubrir un autor y unos textos formidables que le alimentaran el alma.
La biografía de Edgar Allan Poe, “el nocturno americano” de Juan Alberto Conde, es un texto bien escrito y con información valiosa y contrastada para acercarse a la figura del escritor.
Nos vamos, yo renuevo la esperanza de haberles picado la curiosidad con este hombre y estos cuentos que son oro molido, pero antes de irnos, les recuero la consigna, ya la saben ustedes, pónganse a leer.
Imagen portada: Shutterstock
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