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Amistades peculiares: Marie Bonaparte, la sobrina nieta de Napoleón, y Sigmund Freud

Amistades peculiares: Marie Bonaparte, la sobrina nieta de Napoleón, y Sigmund Freud

Marie Bonaparte nació en una acaudalada familia francesa ligada a la realeza y no es para menos teniendo en cuenta que era descendiente de Napoleón, pero también fue una estupenda psicoanalista y colega de Sigmund Freud, tanto así que incluso le salvó la vida…

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Marie Bonaparte nació en 1882 y desde muy joven Marie Bonaparte se dio cuenta de que era diferente y adelantada para su época. La joven princesa no estaba de acuerdo con el rol sumiso de la mujer en sociedad; Marie quería estudiar y ser una profesional por si sola pero también quería gozar de una sexualidad plena y abierta: ¿quién diría que podría juntar ambas ambiciones a la vez?

Retrato más famoso de Marie Bonaparte – Imagen: Wikimedia.-

En un momento de su vida, su padre le pidió que dejara los estudios porque podrían sabotear sus exámenes para humillarla, debido a que tenía el apellido Bonaparte. Ella furiosa maldijo ese legado y además maldijo su género, porque alegaba que si fuese hombre no le habrían pedido abandonar el ámbito académico; sin embargo, por el contrario, el brillante futuro laboral de Marie no se detuvo ahí.

Volviendo a lo sexual, Marie fue víctima de un matrimonio arreglado con Jorge de Grecia y Dinamarca, y es aquí donde la princesa se da cuenta de que padecía de “frigidez”, nombre que se le da al padecimiento o disfunción sexual donde la persona no siente deseo sexual o es casi nulo. ¿Cómo lo descubre? Pues cuenta Marie en sus memorias que ella podía llegar fácilmente al orgasmo con la masturbación, pero que era incapaz de sentir placer al momento de la penetración.

Marie Bonaparte junto a su esposo el príncipe Jorge de Grecia y Dinamarca – Imagen: Wikimedia.-

Es debido a esto que Marie comienza a investigar sobre el orgasmo y placer femenino, hasta el punto que viaja hasta Egipto para entrevistarse con mujeres cuyo clítoris fue mutilado, pero también analizó de cerca, con el microscopio, este misterioso órgano del cuerpo femenino. Estos estudios le permitieron desarrollar la hipótesis de que, mientras más corto fuera el espacio entre la vagina y el clítoris, más propensa estaría la mujer a sentir placer; sin embargo, años después se retractó, a través de un libro en 1950, para decir que la anatomía no estaba relacionada y que se trataba de algo psicológico…

Aunque sus investigaciones fueron relevantes y totalmente pioneras en el área, su propio padecimiento continuaba siendo un dilema, pero afortunadamente coincidió en vida con Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis…

Marie Bonaparte y su amistad con Sigmund Freud

Sigmund Freud (1856-1939) – Imagen: Wikmedia.-

A pesar de su complicada historia con el placer sexual propio, Marie tenía varios amantes fuera del matrimonio, entre los que se encontraba Rudolph Loewenstein, quien era discípulo de Sigmund, y le recomienda a ella a contactarlo. Es aquí cuando Marie comienza a apoyar al psicoanalista de manera financiera, pero también se convierte en una fiel discípula de sus conceptos, hasta el punto que decide convertirse ella misma en psicoanalista. Incluso, se convirtió en una de los 12 miembros fundadores de la Sociedad Psicoanalítica de París.

Ahora Marie Bonaparte era toda una exponente de una de las ramas más complicadas del estudio de la psique, y como lógicamente también era una mujer rica, nunca dudó en usar su fortuna para apoyar a la ciencia financiando operaciones antropológicas de Géza Róheim y apoyando con dinero a James Strachey para traducir las obras de Sigmund Freud.

Sin embargo, la princesa tuvo que hacer otra cosa muy importante para la historia del psicoanálisis: salvar al médico judeoalemán de los nazis…

Después de la anexión de Austria por la Alemania nazi, Sigmund Freud, por ser judío, fue considerado enemigo del Estado y sus libros eran quemados públicamente. Sus hijos habían sido llevados a declarar o incluso detenidos por la Gestapo, así que el médico, quien inicialmente se rehusaba a huir, se vio forzado a hacerlo.

Aquí es cuando su devota discípula y colega Marie Bonaparte, junto con Ernest Jones (otro psicoanalista relevante de la época) ayudan a Sigmund Freud a salir del Tercer Reich y refugiarse en Londres.

Aunque está demás explicar por qué la vida del científico judío corría peligro durante el Gobierno nazi, la historia recuerda que todas sus hermanas fueron asesinadas en los campos de concentración, así que efectivamente Marie Bonaparte le salvó la vida al psiquiatra más famoso de la historia.

Además, a pesar de que Sigmund le había sugerido que se deshiciera de eso, Marie cuidó la correspondencia que mantenían él y el médico y psicólogo Wilhelm Fliess, algo que sería muy relevante para el psicoanálisis.

En cuanto a Marie, murió de leucemia en 1952, pero nunca dejó de ejercer su profesión.

Marie Bonaparte junto a Sigmund Freud  – Imagen: Pinterest.-

El legado creado a raíz de los estudios y empeños de Marie Bonaparte resaltan por sí solos más allá de su apellido, tanto así que no solo logró salvarle la vida al padre del psicoanálisis, sino que se convirtió en uno de los más grandes exponentes de esta práctica.

Con información de BBC / La Vanguardia / Wikipedia

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