Por Daniel Colombo / El secreto para tener éxito no es estar rodeado de gente de éxito. Es entender por qué eso es importante y convertirlo en parte de tu vida diaria.
Rodearse de personas con suceso es la clave del éxito, pero no porque ellas te vayan a hacer triunfar, sino que el proceso tiene que ver exclusivamente contigo y con tu mentalidad.
Cuando te rodeas de gente que alcanza lo que se propone, ese factor que tanta gente anhela se convierte en parte de tu vida diaria. Se convierte en una segunda naturaleza para ti, y ya no tienes que pensar en ello. Esto significa que se transforma en un instinto natural.
¿Y por qué depende de tu mentalidad? Porque estar en un entorno de personas exitosas implica que moldearás tu modelo interno de acuerdo con parámetros que te alejen de la carencia, y, con el tiempo, empezarás a vivir las situaciones desde la perspectiva del éxito, la prosperidad y la abundancia.
Estos factores no se circunscriben exclusivamente a lo económico, porque mucha gente asocia el éxito con el dinero. Fíjate qué curioso: hay muchas personas multimillonarias que son pobres de salud, de amigos y de proyectos que los hagan mejores seres humanos. Así como hay gente que no es adinerada, y sí son prósperos en cada aspecto que conforman su propio significado de éxito. Por lo tanto, es una medida muy personal.
Una de las mejores formas de lograr tenerlo en cualquier forma que quieras, incluso las que en este instante no logras visualizar como posibles para ti, es rodearte de las personas adecuadas que ayuden a despejar el camino en esa visión interna que ya tienes y que quieres construir con toda tu fuerza.
El factor instintivo del éxito
Hay una atracción natural, intuitiva y primitiva de que lo semejante atrae lo semejante. No necesitas tener creencias metafísicas para darte cuenta de que esto es real: basta con que observes cuáles son, hoy, los resultados de tu vida.
Si estás viviendo en carencia y con mentalidad pobre, lo cual no te permite salir de tu realidad actual, es factible que, instintivamente, estés rodeándote de personas similares.
En cambio, si estás avanzando con determinación en tus proyectos, metas y objetivos con esfuerzo y dedicación diaria, seguramente están apareciendo algunos signos de personas de éxito alrededor: alguien que facilita un contacto, alguien que te recomienda, e incluso quienes empiezan a querer hablar contigo para ver en qué proyecto estás.
No se trata de magia: funciona porque tú te estás moviendo en ese sentido en vez de la restricción y la carencia. Esto tiene que ver, exactamente, con las creencias.
La mente está programada desde que nacemos de una manera determinada. Si en tu primera infancia y hasta los seis o siete años has crecido en entornos que te alientan, que confían en tu potencial y se alegran de tus logros, tendrás muchas más probabilidades de éxito que aquella gente que ha nacido en entornos restrictivos, negativos, envidiosos y pesimistas respecto a la prosperidad en todas sus formas.
Se le llaman creencias limitantes o posibilitantes, según el resultado que obtengas en tu vida.
Parte del proceso del éxito se relaciona con moldear tus cadenas de creencias, que las puedes usar para aferrarte al pasado y rechazar la idea de abundancia y prosperidad, quedándote amarrado a lo que no te funciona; o bien, como una vela bien firme que permitirá navegar hacia el horizonte que te propongas para que consigas el éxito que quieres, y que no se destruirá ante el primer temporal que venga.
Los 7 secretos para tener más éxito rodeándote de personas exitosas
Si quieres vivir codo a codo con lo que defines “éxito” para ti en cualquier aspecto de tu vida -y recuerda que puede ser, por ejemplo, en el ámbito de tu salud, relaciones, felicidad, paz interior y claro, el dinero – te pregunto: ¿Estás poniendo en práctica las lecciones correctas?
Aquí tienes los cinco secretos revelados acerca de un tema que genera controversia: por qué rodearte de gente de éxito puede hacer que tú también lo consigas:
1 – Encuentra a tu mentor
Hay una frase del escritor y conferenciante Jim Rohn que dice: «Somos el promedio de las cinco personas con las que pasamos más tiempo».
Si quieres tener éxito, la clave es empezar a rodearte del espíritu del éxito, que no tiene límites. Esto no significa de ninguna manera que el querer llegar a ese objetivo que tienes en mente, te convertirá en alguien arrogante y con soberbia. Déjame decirte que esto es, justamente, lo que por siglos han querido incrustar en nuestra mente las personas que no quieren que triunfes, y algunas religiones a través de la culpa y del concepto del bien y del mal.
Para aprender sobre cómo deshacerte de las creencias que te limitan el primer secreto es que encuentres a alguien que se defina como una persona exitosa, y que tú la veas como tal. Pasa todo el día con ella, pídele una entrevista, sigue su carrera, lee sus redes sociales y reportajes, nútrete de sus experiencias. Incluso empieza a tomar algunos rasgos que ves que te servirían desde tu posición actual, y “haz como si”, como si ya estuvieses viviendo algo de aquello que quieres lograr. Esta técnica se llama “modelado” según la Programación Neuro Lingüística, disciplina que se dedica a estudiar los procesos de comunicación humanos con su entorno. También lo postula la teoría de la psicología social.
Tener un mentor o mentora te ayudará enormemente, porque es la persona que entiende muy bien la dinámica del éxito y el paso que tú estás dando en ese proceso. Para esto deberás despojarte de tu ego y colocarte humildemente en la posición de aprendiz.
En mi caso, desde la infancia, cuando empecé a trabajar a los ocho años generando mi propio dinero, vengo aprendiendo algo nuevo cada día al aceptar consejos de personas que ya consiguieron lo que yo aspiro, aplicándolo en mi propia vida. También “modelo” a algunas más que me parecen coherentes entre lo que dicen y hacen.
2 – No esperes a que el éxito venga a ti
El éxito no viene a ti. Hay que salir a buscarlo. No existe eso de “Si tiene que ser, será”, porque es una frase que entrega el poder a lo externo y no a tu enorme potencial interior. Las cosas pueden ser si tú te animas a actuar en consecuencia, sin apego a los resultados. Pero primero estás tú accionando; si no accionas, no sucede nada.
Las personas de éxito crean las oportunidades para que el éxito las encuentre. Puedes lograrlo al estar siempre buscando las mejores formas de mejorarte como ser humano, y mejorar también tu negocio o actividad a través de innovar, aprender, escuchar, y adelantarte a lo que el mercado en el que te mueves necesita.
Pondré un ejemplo que nada tiene que ver con los negocios, para que veas que este principio funciona exactamente igual en la vida personal: se ha comprobado que muchas parejas que no podían tener hijos recién lograron conseguirlo tras haberse rodeado durante mucho tiempo de personas en una situación parecida; es decir, que tuvieron hijos y lo consiguieron.
Esto significa que tu mente subconsciente es la que influye directamente con sus emociones y pensamientos, en lo que luego realizarás en lo concreto a través de tu mente consciente.
3 – Mejora aprendiendo de los demás
Cuando te rodeas de personas con éxito es más fácil aprender de ellas, simplemente porque las tienes cerca.
Por eso si tu entorno está integrado todos los días con personas que hacen algo igual o parecido a lo que tú quieres hacer, te darán consejos y te facilitarán la mejora. No necesitas ser un maestro de algo antes de rodearte de gente de éxito.
Y aquí viene la pregunta que generalmente me hacen cuando comparto estas técnicas en seminarios, coaching con ejecutivos de empresas:
- ¿No? ¿Y por qué me darían consejos si quizás sea un enemigo potencial para sus intereses?
- Déjame decirte que esta pregunta es la que se hacen las personas con mentalidad de pobreza, porque, en un enorme porcentaje, a quienes tienen éxito les encanta compartirlo y explicar cómo lo hicieron, ya que este punto se convierte en una fuente inagotable de abundancia para los demás, y, claro, para sí. Es así como adquieren un sentido más trascendente que va más allá de los logros, y el compartir sus estrategias les ayuda a hacerlo palpable. Imagina que es como abrir un grifo que sigue trayendo agua, por más sequía que haya.
4 – El éxito no es algo con lo que se nace. Es una mentalidad.
Vuelvo al concepto de la mentalidad de éxito, porque muchas personas creen que quizás sea más fácil si naciste en cuna de oro. Desde mi experiencia, es una verdad a medias, ya que conozco decenas de casos de familias millonarias cuyos herederos han dilapidado la fortuna y quedaron en la ruina. En cambio, otros han sabido trabajarla con este esquema de fuente inagotable, y la han multiplicado.
Es una cuestión de mentalidad, porque ni bien empieces a rodearte de personas exitosas, rápidamente adoptarás un modelo mental parecido en ese aspecto, y lo emularás.
Por ejemplo, las personas de este tipo siempre están pensando en nuevas oportunidades para probar algo nuevo. Saben que cada día se puede mejorar y jamás dejan de intentarlo. No hay nada que no harían para alcanzar sus objetivos si eso les ayudara a llegar más rápido.
Te invito a que hables con personas de éxito y les preguntes cómo hacen para ver las cosas de forma diferente, cómo afrontan los problemas o qué consejo se dan a sí mismos cuando se enfrentan a la adversidad. Aprenderás que el éxito está en la actitud y la mentalidad de una persona.
5 – Escuchar y aprender
Hay gente tan soberbia que dice que quiere tener éxito, pero no está dispuesta a aprender de los que saben realmente de qué se trata llegar allí. Los puedes ver todos los días en las redes sociales, ofreciéndote cursos para que tú te hagas millonario, y cuando escarbas mínimamente en sus vidas, te das cuenta de que viven exactamente de forma opuesta.
Por eso la mejor manera de aprender de alguien es escuchar. A la gente exitosa le encanta compartir su historia de vida, y para que se produzca el aprendizaje (y no quedarte sólo en el ‘oír’ lo que dicen) necesitas disponerte a escuchar.
Si no lo haces de esta forma te perderás del valioso tesoro que estarán dispuestos a entregarte desde su experiencia.
Por eso, por ejemplo, ir a un curso donde te enseñan principios de abundancia y no practicar, es tirar la plata por los aires. Y te aseguro que es lo que hace la mayoría de la gente: no valoran la experiencia de quienes tienen la sensibilidad y disposición para ayudarte. No lo aprecian, y es así como después están llorando por los rincones, victimizándose y diciéndose “¡Pobre de mí! ¡Qué mala suerte tengo!”.
Recuerda entonces que escuchar no significa sólo oír lo que otros tienen que decir; significa absorber lo que están diciendo para que puedas entender completamente su significado y aplicarlo en tu propia vida, de inmediato, paso a paso.
6 – Construye tu red
Nadie llega al éxito en soledad. Siempre hay alguna persona que te ha inspirado, ha sido un referente para ti, y te ha dado los consejos apropiados para que avances.
Por eso, el primer secreto es construir tu red. Una red se compone de personas que te ayuden en el camino, a través de que, de alguna forma, logres que tú seas importante para ellas, que te apoyen y que se preocupen por ti. Y que tú seas consecuente en lo que te entregan como beneficio.
Esto implica que, de vez en cuando, te llamen la atención por tus errores o te adviertan de los pasos en falso que puedas estar dando. También significa tener a alguien que te aconseje cuando estés confundido.
Un consejo sincero para ti: La próxima vez que alguien te diga que tiene éxito, o te encuentres con alguien así en cualquier lugar, pídele su número de teléfono o e-mail y ofrécele el tuyo. Demuéstrales un interés genuino: no manipules ni te aproveches de esos contactos, porque son tan valiosos que al primer indicio en el que perciban de que quieres usarlos, dejarás de tener respuesta de su parte, y pasarás al lugar de “personas olvidables.”
7 – Aprende a hablar el lenguaje del éxito
Para el final he guardado la clave del millón: tu modelo de lenguaje con el que hablas, te expresas y piensas en el interior de tu mente, define absolutamente tu potencial de tener éxito.
Para quienes dudan de su efecto real en los resultados de tu día a día, te invito a hacer una lista de todas las palabras que te frenan en tu camino al éxito. Luego, agrega en otra lista las palabras que sí te acercan. Te asombrará ver de tu puño y letra tantas expresiones restrictivas, mientras que, de la boca para afuera, dices que estás intentando ser alguien de éxito en algo.
El asunto es que intentar no funciona, porque de lo único que se trata es de hacerlo. No de intentarlo.
Hay una extensa lista de creencias que limitan el éxito de las personas a partir de su vocabulario de pobreza.
Usar términos como: Pero, No sé, No es para mí, Soy pobre, Mi vida es un desastre, La vida es un asco, El dinero es malo, Es que…, Necesito…, Voy a tratar, Vale la pena, En la lucha, Poco a poco, Ojalá, Vamos a ver, Hay que probar suerte, Algún día, Imposible, Eso es para los ricos, Jamás llegaré a eso, Las buenas oportunidades son para los otros, No tengo suerte, No hay nada que hacer, Esto no funcionará, Soy un desastre, Todos están equivocados, Yo siempre tengo razón, Así es la vida, o Más vale bueno conocido que malo por conocer, te alejan instantáneamente del éxito que quieres lograr.
En la misma línea negativa están las actitudes de criticar, los chismes, la negatividad, el pesimismo, el ver la vida desde el lado del sufrimiento y las restricciones, hablar de cuánto te “cuesta” todo en vez del “valor” de eso mismo, y el considerar que eres poca cosa.
Aprende a hablar y a pensar en forma constructiva con el éxito que quieres tener. Por ejemplo, usa verbos de acción y frases que te ayuden a lograrlo: Por ahora no lo sé y estoy estudiando al respecto, Me lo merezco, Me gustan los cambios, El dinero me ayuda a conseguir cosas que quiero, Aprendo de todos y de todo, Cuanto más me muevo mejor resultado tengo, y Sí, puedo, te van a abrir las puertas más rápidamente.
En línea positiva con el éxito están la actitud de tener proactividad, motivación, auto liderar tu vida, tomar decisiones, atreverse a lo nuevo, aceptar los cambios, fracasar y levantarte, esforzarte, y confiar en ti.
Para terminar este punto, no temas hablar de tus éxitos una vez que lo consigas. No lo hagas hasta no obtenerlo. Luego, sí. ¿Por qué habrías de ocultar tus logros si a ti te pone tan feliz? Esta es otra creencia cultural limitante, donde se nos ha inculcado que no digamos nada por envidia o por lo que la gente pueda decir de ti. No se necesita tener soberbia para expresar tu conquista: sólo deja que sea el propio éxito el que hable por ti.
Recuerda que, hagas lo que hagas, la gente siempre va a hablar de ti, y, sobre todo, de las personas exitosas. Así que amígate con el hecho de no estar pendiente de lo que digan los demás, porque si ese es tu foco, les estás prestando algo muy importante: tu atención.
No se trata de menospreciar o de alejarte de afectos genuinos -los que, si de verdad te quieren, se alegrarán y celebrarán contigo-, sino de tomarlo en directa proporción a de quien viene.
El alcanzar el éxito requiere de máximo enfoque, dedicación y determinación, basada en la confianza total de que sí lo lograrás.
Por eso, si vas a recibir orientación, dale lugar a los consejos de personas que realmente sean ejemplos vivientes de lo que dicen y hacen. Esa congruencia personal y laboral es la que los distingue de los impostores que sólo envidian los logros ajenos, y se dedican a criticar y observar, sin hacer nada constructivo, ni mucho menos reconocer el esfuerzo que implica alcanzar tus metas.
Eleva tu vara. Siempre hacia la cima.
Y no permitas bajar de escalón en tu camino al éxito por el qué dirán los demás.
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