Por Daniel Colombo / ¿Te cuesta aceptar que las cosas son como son? Puede que seas uno de los millones de personas que luchan por aceptar que es lo que es, y que hay cosas que no podrás cambiar, por más que quisieras, sencillamente porque no dependen de ti. ¿Pero cómo puedes hacerlo?
La aceptación es crucial para gestionar tus emociones y mantener los pies en la tierra en situaciones difíciles. No se puede negar que el cambio requiere un nivel de aceptación, y que las situaciones desafiantes generalmente no coinciden con las expectativas que teníamos.
No se trata de aceptar mansamente todo lo que te sucede, sino que hay un punto en el que seguir oponiendo resistencia interior frente a lo que tú no tienes ningún tipo de forma de influir, implica para ti un desgaste completamente innecesario.
El psiquiatra Carl Jung afirmó que “Lo que aceptas, te transforma; lo que niegas, te somete”, que significa que todo aquello a lo que te resistes, genera una fuerza de oposición más fuerte aún que daña tu mente, tus emociones, tu espíritu y tu físico.
- Cómo aceptar que todo cambia permanentemente
Sin lugar a duda, todos vamos a experimentar cambios en nuestras vidas, ya sean buenos o malos. El truco está en aprender a aceptar ese cambio y no dejar que se apodere de ti, porque en cuanto lo haces empiezas a sufrir.
Observa esta idea: la gran mayoría de la raza humana tiende a agregarle dosis extras de padecimiento a cuestiones que podrían superar más sencillamente. Esto suele suceder debido a una cierta exageración y desborde emocional que no logran controlar -mejor dicho, gestionar, ya que las emociones no se controlan, aunque sí se pueden gestionar-.
En el mundo del arte de la actuación, a esto se le llama “sobre actuar”; en el comportamiento humano sería sobre implicarse en algo sobre lo que no tienes ninguna posibilidad de cambiar, o bien, crear excesivas dosis de preocupación mental que te pueden llegar a paralizar del miedo.
Ese desborde que se produce recurrentemente puede tener orígenes diversos, aunque uno de los más frecuentes es que las personas se aferran a las expectativas de los “debería ser a mi manera” porque tienen un modelo mental poco flexible para ser permeables a los cambios y transformaciones.
- 5 maneras prácticas de aceptar que las cosas son como son
Cuando ya no tienes ningún poder de cambiar algo, porque apenas podemos cambiar lo que nos compete (¡y a veces, ni siquiera eso!) es necesario aplicar otro tipo de estrategias para aceptar que las cosas son como son.
Queda claro que, si dependieran de ti, supuestamente ya podrías haber establecido algún plan de acción y actuado, ¿verdad?
Aquí tienes cinco consejos prácticos y concretos que te ayudarán a aceptar que las cosas son como son:
1 – Saber cuándo dejar ir
Si te cuesta aceptar y preocuparte por el cambio, ha llegado el momento de dar un paso atrás y preguntarte cuándo es el momento de dejar ir ese ruido mental preocupante que no te deja avanzar. Por el contrario: te estanca.
Para algunos la respuesta puede ser evidente. Por ejemplo, si llevas años sufriendo por una enfermedad que no mejora y tiene mal pronóstico, puede que sea el momento de aceptar que las cosas son como son y actuar desde esa perspectiva. Esto no significa que te abandonarás “a la buena”, sino que concentrarás todo tu esfuerzo y recursos en lo que sí puedes hacer o influir, es decir, en lo que esté a tu alcance, haciendo siempre el máximo lo mejor posible.
Si estás luchando con la aceptación en otras áreas de tu vida, como un divorcio o la pérdida del trabajo, considera cuáles serán tus opciones si no aceptas la situación. ¿Quieres vivir en la miseria durante años? ¿Te parece sano sufrir eternamente por esas situaciones?
Aceptar que las cosas son como son no será fácil al principio, y quedarte empantanado de por vida tampoco hará que las cosas mejoren. Entonces, considera dejar ir. Soltar hará que tu vida mejore a largo plazo.
2 – Decir «gracias»
Una forma de aceptar que las cosas son como son es decir «gracias». Parece sencillo, y es algo realmente poderoso que te invito a practicar en todo momento.
La cultura tradicional hawaiana del Ho’oponopono lo predica: dí gracias a todo, lo bueno y lo malo que ocurre, todo el día. Según esa corriente de desarrollo personal, esta es una forma efectiva de resetear la mente subconsciente cuando está demasiado cargada de pesadumbre, quejas y pensamientos catastróficos. Ese espacio de la mente es donde se anidan las emociones y los sentimientos; de allí que tiene tanto poder al definir lo que harás a través de la mente consciente -es decir, los resultados concretos que generas a través de tus pensamientos e ideas-
Nuestra sociedad se ha acostumbrado tanto a ser siempre crítica y a referirse a lo que no nos gusta, que olvidamos cómo dar las gracias por las cosas buenas de nuestra vida.
¿Qué es lo que puedes agradecer ahora mismo? Ya sea tu salud o tu familia, o estar accediendo a este material gracias a la electricidad y a la tecnología: siempre hay algo.
El tomar unos segundos para reconocer los aspectos positivos te ayudará a dejar de lado las otras cosas y a encontrar la aceptación. Así lograrás un balance en el que no verás tu vida teñida de sólo aquello no contributivo, sino que lo compensarás en parte con lo positivo, que siempre está presente, por desapercibido que pase en ti.
3 – Haz lo que puedas, donde puedas
En esta experiencia humana no existe la perfección, así que ya puedes ir despidiéndote de tu afán de que todo sea perfecto. A lo sumo puedes aspirar a la excelencia, que es un escalón superior en calidad acerca de algo.
Es una realidad que algunas cosas están fuera de tu control y que no puedes cambiarlas. En estos casos, sólo haz lo mejor que puedas, donde puedas, con los recursos de que dispongas. Entonces, hazlo.
Por ejemplo, si estás luchando contra una relación tóxica y abusiva con tu superior en el trabajo, no va a ser fácil acabar con ella. Aunque lo que sí puedes elegir es mantenerte a salvo y no participar en los comportamientos negativos que se derivan de esta relación; buscar mejorarla en tanto sea factible, e incluso, proponerte un plan para cambiar de empleo.
Recuerda que aceptar que las cosas son como son te ayudará a tener el valor de hacer cambios para mejorar. No es resignación: es un cambio de enfoque donde liberas la energía del control que tenías antes, como cuando quieres que las cosas respondan a tu expectativa, y ese nuevo espacio mental subconsciente permite que se abran posibilidades y alternativas.
4 – Pide ayuda cuando la necesites
Una buena manera de aprender a aceptar que las cosas son como son es pidiendo ayuda cuando la necesitas. Todos necesitamos a veces apoyo y ánimo.
Si nos abrimos a pedir podemos gestionar mejor nuestras emociones, por ejemplo cuando experimentamos cambios vitales estresantes.
Es natural querer pedir orientación a otra persona, aunque mucha gente no lo hace porque le parece que es un rasgo de debilidad.
Toma consciencia de que pedir ayuda no significa que no seas fuerte o capaz: significa que te has dado cuenta de que no estás solo en este viaje.
No tienes que pasar por un momento difícil en completa soledad, sino que puedes contar con otras personas que te escuchen, aconsejen y hagan menos cruento el tránsito ante lo que no logras aceptar que es inevitable y que no depende de ti.
5 – No te preocupes por las cosas pequeñas: céntrate en tus puntos fuertes
Puede ser tentador centrarse en las cosas pequeñas y perderse en ellas. ¿Por qué es fácil? Porque es distractivo.
Conozco muchas personas -incluidos mis clientes de coaching empresarial- a las que les pasa que la mente se queda dando vueltas en un bucle negativo, que, definitivamente, no les permite avanzar.
Te sugiero recordar que siempre hay un panorama más amplio, porque no vemos el mundo como es, sino como somos nosotros. Céntrate en lo que es importante y no te preocupes por las cosas pequeñas, ya que al hacerlo de esta forma te sentirás con menos carga en tu mochila mental subconsciente, y más liberación para tomar decisiones meditadas con calma.
Entonces, cuando llegues al estado de calma, es importante que te centres en tus puntos fuertes, tus habilidades poderosas y de superación.
¿Te preguntas si tú tienes esa fortaleza? Mira, la mayoría de la gente se victimiza y se olvida de la propia grandeza que ya poseen, sólo que estaba dormida. Y cuando hayas trabajado internamente el aceptar que las cosas son como son a partir de la mirada empoderadora, vas a poder experimentar cualquier cambio como una oportunidad.
Por ejemplo, muchas personas logran saltar del sufrimiento al bienestar y optimismo utilizando esa emoción ‘negativa’ inicial como una palanca para el cambio como una forma de crecer y mejorar. Pregúntate: ¿En qué me destaco? ¿Cuáles son mis puntos fuertes?
Ahora, ya mismo es un buen momento para hacer un inventario de esas cosas y centrarte en ellas. Observa cómo, al centrarte en tu fortaleza en lugar de tu debilidad, te va a resultar más fácil aceptar que las cosas son como son porque no te estás haciendo foco en lo malo que te sucede o en lo que te haría infeliz. En este punto, sugiero que revises tus creencias y tendencias condicionantes, ya que percibirás cómo vas transformando tu modelo mental inflexible hacia otro dónde la aceptación de lo inevitable permite que te transformes.
Si quieres empezar a aceptar que las cosas son como son, pruébalo. Por favor, no creas nada de lo que aquí comparto: experiméntalo y verifícalo durante al menos cuatro semanas seguidas, todos los días. En lo personal, a mí me ha funcionado, y ojalá que te sirva.
Así fue como aprendí que hay muchas veces que no es posible cambiar las circunstancias, pero cuanto mejor elijas la actitud para afrontarlas, mejor preparación tienes para afrontar lo que la vida te depare.
Porque, como afirmó Buda: “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”. Y esto depende exclusivamente de la elección que tú hagas.
Imagen de portada: Shutterstock
--
--