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10 palabras extrañas cuyo significado quizás no conocías

10 palabras extrañas cuyo significado quizás no conocías

Un idioma lleno de sorpresas: palabras raras que te harán amar aún más el español

¿Alguna vez te has topado con una palabra que te deja pensando: “¿de verdad eso existe?”? El español, tan rico y diverso, está lleno de términos que suenan a magia, ciencia ficción o pura poesía. Hoy te traigo diez palabras extrañas, fascinantes y poco comunes que, además de sonar genial, tienen historias y significados que te van a sorprender. Prepárate para ampliar tu vocabulario y, quién sabe, impresionar en la próxima conversación.

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SERENDIPIA: El arte de encontrar lo que no buscabas

Serendipia es una de esas palabras que parecen sacadas de un cuento de hadas, pero que tienen mucho que ver con la vida real. Se refiere a un hallazgo o descubrimiento afortunado que ocurre de manera accidental, cuando en realidad estabas buscando otra cosa. Imagina encontrar el amor de tu vida mientras buscas las llaves perdidas, o descubrir una canción increíble navegando por internet sin rumbo fijo. Eso es una serendipia.

La palabra viene del inglés “serendipity”, que a su vez proviene de “Serendip”, el antiguo nombre persa de Sri Lanka. En la historia, la serendipia ha sido clave en descubrimientos científicos, invenciones y hasta en la literatura, cuando un autor imagina algo que luego resulta ser cierto. En resumen: ¡la vida está llena de serendipias, solo hay que saber verlas!

EPIFANÍA: Cuando la revelación te golpea de repente

Epifanía suena a algo místico y, en parte, lo es. Originalmente, se refiere a una manifestación o revelación divina, ese momento en el que una deidad se muestra o revela una verdad importante. En el mundo cristiano, la Epifanía es la fiesta que celebra la llegada de los Reyes Magos al niño Jesús, considerada la primera manifestación de su divinidad ante los no judíos.

Pero en la vida cotidiana, tener una epifanía es experimentar un momento de claridad absoluta, una revelación inesperada que te cambia la perspectiva. Es ese “¡ajá!” que a veces llega en la ducha, en el metro o justo antes de dormir. ¿Te ha pasado? Entonces ya sabes lo que es una epifanía.

ETÉREO: Belleza que parece de otro mundo

Etéreo es un adjetivo que se usa para describir algo tan sutil, ligero o delicado que parece no pertenecer a este mundo. Puede referirse a una sustancia química (del éter), pero en la poesía y el lenguaje cotidiano, se usa para hablar de aquello que es casi intangible: una voz etérea, una belleza etérea, una atmósfera etérea.

Es la palabra perfecta para describir esas experiencias, personas o cosas que parecen flotar, que no se pueden atrapar ni definir con facilidad. Si alguna vez sentiste que algo era tan bello o tan irreal que parecía de otro planeta, eso era etéreo.

INEFABLE: Cuando las palabras no alcanzan

Inefable es uno de esos términos que, irónicamente, describen lo que no se puede describir. Se refiere a algo tan increíble, tan profundo o tan impactante que no puede ser expresado con palabras. Puede aplicarse a una emoción, una experiencia, un paisaje o incluso a lo divino.

El origen de la palabra viene del latín “ineffabilis”, que significa “lo que no puede ser dicho”. Es la palabra que buscas cuando todo lo que sientes o ves te deja sin habla, porque ninguna frase le hace justicia.

LOGOFILIA: Amor por las palabras

Logofilia es la fascinación o amor por las palabras. Si eres de los que disfruta descubrir términos nuevos, jugar con el lenguaje o coleccionar frases bonitas, probablemente eres un logófilo o logófila. El término viene del griego “logos” (palabra) y “filia” (amor, inclinación afectiva).

No es una palabra muy común, pero define a la perfección a quienes sienten una atracción especial por el lenguaje. Así que, si te emocionas con los diccionarios o te pierdes en la etimología de los términos, ¡bienvenido al club de los logófilos!

PERENNE: Lo que nunca muere

Perenne es un adjetivo que se usa para describir aquello que dura para siempre o durante mucho tiempo. En botánica, una planta perenne es la que vive más de dos años, a diferencia de las anuales o bienales. Pero el término también se aplica a cualquier cosa que parece no tener fin: un amor perenne, una fuente perenne de inspiración.

La raíz de la palabra viene del latín “per” (por) y “annus” (año). Así que, si algo es perenne, puedes estar seguro de que no se va a esfumar fácilmente.

CANTINFLEAR: Hablar mucho y no decir nada

Cantinflear es un verbo que nació gracias al genial actor mexicano Cantinflas, famoso por sus monólogos llenos de palabras, vueltas y revueltas, pero que al final no decían nada concreto. Cantinflear es hablar o actuar de forma disparatada, incongruente y sin decir nada con sustancia. Es muy usado en México y Cuba, pero ha cruzado fronteras gracias al cine y al humor latinoamericano.

Si alguna vez escuchaste a alguien hablar mucho y no entenderle nada, ya sabes: estaba cantinfleando.

PETRICOR: El aroma de la tierra mojada

Petricor es una de esas palabras que suenan tan poéticas como su significado. Se refiere al olor que se produce cuando la lluvia cae sobre suelos secos, ese inconfundible aroma a tierra mojada que muchos amamos. El término viene del inglés “petrichor”, a su vez formado por las palabras griegas “petros” (piedra) e “ichor” (la sangre de los dioses en la mitología griega).

El petricor es una mezcla de aceites vegetales y una sustancia llamada geosmina, producida por bacterias del suelo, que se libera en el aire con la lluvia. Es un olor que evoca recuerdos, calma y una sensación de conexión con la naturaleza.

¿Por qué deberíamos usar más estas palabras?

El español es un idioma vivo, en constante evolución, y cada palabra nueva o poco común es una ventana a nuevas formas de ver y sentir el mundo. Usar términos como serendipia, epifanía o petricor no solo enriquece nuestro vocabulario, sino que nos ayuda a expresar matices y sensaciones que, de otra manera, quedarían en el tintero.

¿Te animas a incorporar alguna de estas palabras en tu día a día? Tal vez, la próxima vez que sientas algo inefable, recuerdes que hay una palabra perfecta para eso. O cuando la vida te sorprenda con una serendipia, sonrías sabiendo que acabas de vivir un momento digno de ser contado.

Porque las palabras no solo se dicen: se viven, se sienten y, a veces, nos cambian para siempre.

Foto: Letras / Shutterstock

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