El calor asfixiante del verano qatarí es un dolor de cabeza para la Copa del Mundo de 2022. La FIFA ha sugerido que el campeonato se celebre durante los meses de invierno, algo que de momento parece improbable. La solución, por tanto, estará en la correcta ventilación de los estadios -aún por construir- que llevarán el mejor fútbol del mundo a Qatar.
Saud Ghani, jefe del departamento de Mecánica e Ingeniería Industrial de la Universidad de Qatar, defiende que la mejor solución sería la utilización de una nube artificial capaz de tapar los rayos del sol. Para ello construiría un dirigible compacto -muy liviano- relleno de helio, recubierto de fibra de carbono y capaz de desplazarse en el aire por control remoto. La energía solar movería los cuatro propulsores colocados en las esquinas del aparato, que todavía es solo una idea.
La solución, aunque parece ingeniosa, no convence a los expertos. Francisco Javier Neila González, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y especializado en arquitectura bioclimática, apunta algunos problemas prácticos. «Las cámaras de televisión y los propios deportistas tendrían problemas para adaptarse a los cambios de luminosidad si el escudo no tapa por completo el estadio», apunta Neila, al tiempo que recuerda otras soluciones más tradicionales en estadios modernos como las cubiertas retráctiles. O incluso ayudas indirectas para sofocar el calor, como la que suponen los dirigibles que sobrevuelan los estadios con mensajes publicitarios.
Problemas prácticos
En palabras del autor qatarí, la intención del proyecto es prescindir de las complicadas instalaciones de aire acondicionado que necesitarán los estadios para enfrentarse a los 50 grados de temperatura del verano en Qatar. Su idea, sin embargo, podría alterar los partidos si el aparato generase con sus motores corrientes de aire capaces de alterar la trayectoria del balón. Para los aficionados el problema se centraría en el ruido, que podría ser molesto en partidos de más de hora y media.
«Es una buena idea pero quizás tenga otros usos más prácticos. Siempre es bueno investigar», apunta Neila González, que no sabe «qué puede aportar» este moderno dirigible respecto a construcciones fijas ya presentes en los estadios modernos. La idea tampoco parece ser del gusto de Jesús Hernández, director de Arquitectura del Estudio Lamela, que ha desarrollado algunos proyectos en el ámbito deportivo. «Parece una elucubración de alguien con mucho dinero», apunta el arquitecto.
Desde el Estudio Lamela, premiado por su reciente trabajo en la construcción de un sofisticado estadio en Cracovia (Polonia), se apuesta por otras soluciones más eficientes y tradicionales. «Parece un invento de tebeo para epatar», sentencia Hernández sobre la idea de crear una nube artificial para los estadios de fútbol. Sin embargo, no descarta que la idea pueda tener otros usos y ayudar en otros proyectos futuros. «Las soluciones innovadoras siempre son positivas, aportan al progreso», asegura Hernández. La nube, de momento, no está en el aire.
24/03/2011
www.abc.es
--
--