La Organización Mundial de la Salud lo explica así: «El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo. Ocasiona cada año 10 millones de defunciones. Aproximadamente, una de cada seis defunciones en el mundo se debe a esta enfermedad». Hablar del cáncer no es para nada agradable, pero es de suma importancia entender por qué surge y así informar para mejores prevenciones y diagnósticos. Quédate hasta el final para que conozcas todo lo que necesitas saber sobre el cáncer.
Células con división descontrolada
Se puede decir que el cáncer es un conjunto de enfermedades relacionadas. En todos los tipos de cáncer se percibe un patrón: una división descontrolada de células que se diseminan a otros tejidos.
A ver, ¿qué es lo que sucede en condiciones normales? Las células del cuerpo humano crecen y se dividen para dar formación a nuevas células, según el organismo las necesite. Asimismo, mueren cuando se dañan o envejecen, para que así células nuevas las reemplacen. Se trata de una especie de ciclo cotidiano en el organismo.
Sin embargo, hay casos en los que esta funcionalidad no se mantiene correctamente. Por consiguiente, células viejas o dañadas sobreviven cuando deberían morir y células nuevas se forman cuando no existe la necesidad. El resultado de todo esto es una división sin ningún tipo de interrupción, para que se formen masas conocidas como tumores.
Tumores malignos y benignos
Los tumores cancerosos son malignos, por lo que pueden extenderse a tejidos cercanos. Incluso, algunas células cancerosas pueden desprenderse y trasladarse a zonas distantes del cuerpo, ya que se mueven a través del sistema circulatorio o linfático.
A diferencia de los mencionados, los tumores benignos no se extienden a los tejidos cercanos y no los invaden.
¿Pero a qué se debe todo esto?
Seguro que te estás haciendo esta pregunta, ya que este descontrol celular debe tener un por qué (y lo tiene).
El cáncer resulta por cambios en los genes, aquellos que controlan la manera en que funcionan nuestras células. Estos cambios genéticos pueden deberse a varios factores, como una predisposición genética (antecedentes familiares) o el ambiente (rayos ultravioleta del sol, tabaco, etc.).
Los cambios genéticos del cáncer tienden a afectar a dos tipos de genes:
- Proto-oncogenes: dedicados al crecimiento y división celular normal. Cuando son afectados, se permite que haya una proliferación de células cuando no debería.
- Genes supresores de tumores: también se dedican al control del crecimiento y división celular. Lo particular de ellos es que son capaces de inducir a una muerte celular programada (apoptosis) si no se puede corregir un error que se presente en medio del ciclo celular (el ciclo celular es ese proceso por el que pasa una célula cada vez que se divide). Por lo tanto, te podrás imaginar lo que sucede si estos genes supresores de tumores se ven afectados.
Algunas diferencias entre células cancerosas y células normales
Una célula cancerosa es capaz de evadir aquellos mensajes en los que le dicen que deje de dividirse o que termine en una muerte celular programada; esto no sucede en una célula normal. Asimismo, una célula cancerosa puede inducir a que células normales cercanas formen vasos sanguíneos, capaces de suministrar nutrientes y oxígeno necesarios para el crecimiento de los tumores. Además, una célula cancerosa puede evadir al sistema inmunitario, el cual se encarga de eliminar del organismo aquellas células anormales o dañadas.
Es algo así como pensar que las células cancerosas son esas «mala influencia» del grupo, capaces de armar un desequilibrio, de esconderse de la seguridad del organismo y de aprovecharse de otras células; con tal de sobrevivir.
La diseminación
Un cáncer metastático se conoce como aquel que se ha diseminado, desde el lugar donde inició hacia otras partes del cuerpo. De tal modo, ese proceso de diseminación del cáncer se conoce como metástasis. Al observar a través del microscopio, se puede notar que las células del cáncer metastático tienen en general el mismo aspecto que las células del cáncer original.
Algunas categorías de cánceres
1. Carcinoma
Es el tipo más común de cáncer. Se presenta en las células epiteliales, que son aquellas que cubren las superficies internas y externas del cuerpo. En otras palabras, un epitelio se ubica en la epidermis (capa exterior de la piel), en el intestino delgado, en el colon, en la vejiga, en el esófago, etc.
2. Sarcoma
Es un tipo de cáncer que se forma en huesos, músculos, tejido adiposo (graso), vasos linfáticos, etc. Acá, por ejemplo, entra el osteosarcoma, el cáncer de hueso más común.
3. Melanoma
El melanoma es un cáncer enfocado a los melanocitos. ¿Y qué son los melanocitos? Los melanocitos son aquellos que producen la melanina, es decir, ese pigmento que le da color a la piel.
4. Linfoma
Es un cáncer que empieza en los linfocitos, los cuales son glóbulos blancos que forman parte del sistema inmunitario. Por ende, los linfocitos se acumulan en ganglios y vasos linfáticos, así como en otros órganos del cuerpo.
5. Leucemia
Está relacionada con aquellos tejidos que forman la sangre en el organismo. Algo particular en la leucemia es que no se forman tumores sólidos, sino que se detectan glóbulos blancos anormales, los cuales se acumulan en la sangre y en la médula ósea y desplazan a los glóbulos blancos normales.
Recordemos que los glóbulos blancos son parte de ese sistema de defensa de nuestro cuerpo (el sistema inmunitario) y que ayudan a combatir infecciones y otras enfermedades.
Los tratamientos disponibles
Un especialista va a indicar un tratamiento para el cáncer con base en el tipo y en cuánto se ha propagado. Los más comunes son los siguientes:
- Cirugía: con el objetivo de extirpar el tejido con células cancerosas.
- Radioterapia: se usan rayos de alta energía (parecidos a los rayos X) con el propósito de matar a las células cancerosas.
- Quimioterapia: por medio de medicamentos especiales, se busca matar a las células cancerosas. Lo particular de la quimioterapia es que no solo ataca a las células cancerosas, sino también a otras células que proliferan (no cancerosas) en el organismo.
Se puede prevenir
La Organización Mundial de la Salud también aclara lo siguiente: «Entre el 30% y el 50% de los cánceres se pueden evitar». Estamos hablando de tomar en cuenta la reducción de aquellos factores que pueden motivar a la aparición de un cáncer, por lo que hay que:
- Realizar actividad física de forma regular.
- Consumir una dieta saludable con inclusión de frutas y verduras.
- Evitar el consumo de tabaco.
- Cuidarnos de la radiación ultravioleta (exposición al sol).
- Mantener un peso corporal saludable.
Entre otros factores más, por supuesto. Algo curioso es que, según la Organización Mundial de la Salud, cerca del 13% de los casos de cáncer diagnosticados en 2018 en el mundo se atribuyeron a infecciones (virus de la hepatitis B y de la hepatitis C, Helicobacter pylori, etc.)
La prevención también abarca la detección temprana de un cáncer, ya que esto significaría una posibilidad mayor de recuperación.
Con información de: Instituto Nacional del Cáncer | TED-Ed | CDC | Organización Mundial de la Salud / Imagen de portada: Shutterstock
--
--