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Horrores Humanos: Ted Bundy, un Psicópata Americano (Parte II)

Horrores Humanos: Ted Bundy, un Psicópata Americano (Parte II)

El 23 de febrero de 1976 comienza el juicio contra Ted Bundy por secuestro agravado. El acusado llega a la sala confiado y dueño de si mismo pensando que no había suficiente evidencia en contra suya. No previó el impacto que tuvo la declaración de Carol DaRonch a quien el fiscal pide identificar al hombre que la atacó.

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Horrores Humanos: Ted Bundy, un Psicópata Americano (Parte I)
Horrores Humanos: Ted Bundy, un Psicópata Americano (Parte II)

Sin dudarlo un segundo señala directamente a Bundy a la vez que estalla en llanto.

El jurado al voltear para ver la reacción de Bundy lo miran clavando una helada e impasible mirada a la testigo. En su defensa diría que ni siquiera conocía a la chica, pero tampoco tenía alguna coartada del día de los hechos.

Al juez le tomó el fin de semana revisar a fondo el caso y el acusado fue sentenciado el 30 de junio a una cadena de 15 años con posibilidad de libertad condicional. En la prisión se le efectuaron las pruebas psicológicas que el juez había ordenado y los doctores determinaron que Bundy ni estaba psicótico, sexualmente desviado, ni dependiente de drogas y alcohol o que sufriera de algún daño cerebral. Pero si tenía una fuerte dependencia a las mujeres y tenía un gran temor de ‘ser humillado en sus relaciones con ellas’…

Estando preso en Utah, se preparaban mas procesos contra Bundy, sus problemas legales apenas comenzaban.

Las pruebas periciales al VW sedan de Bundy habían tomado un poco de tiempo pero las muestras de cabello tomadas coincidían con las de Melissa Smith y de Caryn Campbell y exámenes posteriores revelaron que las marcas de las lesiones craneales podían haber sido causadas por la palanca hallada un año antes en el carro de Bundy. Entonces la policía de Colorado levanta el cargo de asesinato el 22 de Octubre de 1976. En Abril de 1977 Bundy es trasladado a la cárcel del condado Garfield para encarar este nuevo proceso. Durante los preparativos del juicio Bundy decide defenderse asimismo ante la supuesta incapacidad de sus abogados a quienes despide. Con tanto trabajo ante si, se le permite visitar la biblioteca de la corte de Aspen.

Nadie imaginaba que la verdadera estrategia era intentar escapar.

Aprovechando el hecho de que no entraba a la biblioteca esposado o encadenado en una de las frecuentes visitas al lugar, Bundy logra escapar por una ventana pero al caer se lastimó un tobillo, lo que le impidió salir victorioso. La policía estableció un rápido cerco en la ciudad y se emprendió una búsqueda masiva inclusive empleando perros olfateadores.

Mientras tanto Ted vivía de robar aquí y allá la comida que necesitaba y pasaba el tiempo en los campamentos durmiendo inclusive en la cabañas abandonadas.

Se dio cuenta de que no podía permanecer en Aspen por siempre, así que robó un automóvil, pero fue capturado de nuevo cuando la policía lo identificó.

De ahí en adelante las visitas a la biblioteca las hacía esposado de manos y pies, lo que no evitó que siete meses después intentara escapar otra vez.

El 30 de diciembre trepó al techo de una de las secciones de la cárcel de ahí logró acceder a otra parte del techo que desembocaba en el closet de un departamento vacío del penal.

Esperó hasta saber que nadie estaba y salió por la puerta delantera de uno de los departamentos de los custodios. Nadie se dio cuenta de la ausencia de Bundy hasta la mañana siguiente, 15 horas después de los hechos. Para ese momento ya iba camino a Chicago con destino a Florida.

Para enero de 1978 ya estaba instalado en un departamento de Tallahassee, lugar cercano a la Universidad Estatal de Florida. Disfrutando de nuevo la libertad y sabiéndose joven, inteligente y poderoso, Bundy desarrolló esa vena por robar que tan bien le iba. Empleaba su tiempo entre sus diarios paseos al campus, donde inclusive entraba a algunas clases como si fuera un alumno más y veía la televisión que había robado de algún otro lado. De hecho todo su mobiliario era producto de los robos, igual que la comida que compraba usando tarjetas de crédito robadas. Todo marchaba de maravilla excepto por el hecho de que deseaba compañía y claro, saciar sus impulsos homicidas.

El 14 de enero el edificio de la fraternidad Chi Omega estaba semivacío pues la mayoría de las ocupantes estaban de fiesta o en salones de baile aprovechando que esa noche no había toque de queda. No era extraño que las muchachas llegaran incluso a temprana hora de la mañana siguiente.

A las 3 a.m. el novio de Nita Neary la dejaba a la puerta de la fraternidad y la chica notó que la puerta esta abierta, siendo que ellas tenían cuidado de siempre dejar cerrada la entrada. Tan pronto entró al edificio escuchó actividad y pasos de alguien corriendo en el piso de arriba, inmediatamente el sonido se acercaba a las escaleras. Alcanzó a esconderse y observa bajar y salir del edificio a un hombre que lleva una gorra tejida color azul, y en el brazo lo que parecía una carpeta envuelta en un trapo.

Atinó a pensar que alguien había asaltado la fraternidad así que buscó a su compañera de habitación Nancy y sin saber que hacer fueron en busca de la encargada del edificio, pero no tardaron en toparse otra compañera llamada Karen quien tambaleaba por el pasillo herida y cubierta de sangre en la cabeza.

Pronto descubrieron otra muchacha mas, gravemente herida. Aquella noche Bundy efectuó uno de sus ataques más terribles por la saña y número de víctimas: la policía encontró el cadáver de Lisa Levy a quien golpeó en la cabeza, violó y que casi de una mordida le desprende un pezón del pecho. A la postre el ataque a Lisa Levy resultaría de crucial importancia en el destino de Bundy. Además insertó en su vagina una lata de spray para pelo. Margaret Bowman falleció por estrangulamiento, igualmente atacada mientras dormía. Los análisis forenses indicaron que no fue atacada sexualmente como Lisa Levy. Pero los golpes a su cabeza fueron tan brutales que parte de la masa encefálica estaba expuesta cuando fue hallado el cuerpo. Ninguna de las dos mujeres pudieron pelear por su vida, el ataque fue veloz y contundente.

Las demás victimas no pudieron aportar ningún dato sobre el atacante, únicamente la señorita Neary fue capaz de proporcionar los mayores datos. Bundy no había terminado aún su noche, no lejos de la fraternidad atacaría a una chica más, afortunadamente los vecinos escucharon ruidos extraños y telefonearon al departamento de la mujer; esta acción heroica le pudo salvar la vida a la chica que inmediatamente fue asistida por la policía quienes la encontraron sentada en su cama, semi inconciente tras la golpiza recibida.

A pesar de que la policía pudo recabar suficiente evidencia de este último ataque como fueron cabellos de una mascara que Bundy soltó en el lugar, semen y muestras de sangre la realidad era que el criminal les era desconocido. En el estado de Florida no sabían nada de Ted Bundy.

La última víctima de Ted Bundy fue la adolescente Kimberly Leach que fue secuestrada el 9 de febrero de 1978 en Lake City. El único testigo del acontecimiento fue una amiga suya de nombre Priscila quien la vio subirse a la camioneta de un señor, pero no pudo aportar mayores datos del color o tipo de camioneta.

El cuerpo de la niña fue hallado 8 semanas mas tarde en Florida, dado el avanzado estado de descomposición del mismo no dio ninguna pista significativa sobre el atacante. Días antes del secuestro de Kimberly Leach un extraño en una camioneta van color blanco se acercó a una estudiante de 14 años, la chica estaba en el camino en espera de su hermano que había quedado de pasar por ella. La chica, advertida por su padre -un oficial detective- de que no debía hablar con extraños se sintió incomoda ante las preguntas y avances de Bundy.

Afortunadamente el hermano llegó y ordenó a su hermana abordar el carro. Extrañado por el sujeto, el joven apunta las placas de la van y se las muestra a su padre. Una vez escuchada la historia del hombre y la van blanca, el detective James Parmenter del departamento de policía de Jacksonville decide investigar. Las placas correspondían a un hombre llamado Randall Ragen a quien Parmenter decide visitar. El señor Ragen relata que las placas de que le preguntan habían sido robadas de su vehiculo y que ya había tramitado unas nuevas. Posteriormente el detective se entera de que la van que le comentan sus hijos haber visto era robada. Entonces intuye una sospecha y hace que sus hijos vean unas cuantas fotografías en la estación de policía, para su sorpresa, el sujeto que identifican es Ted Bundy.

Tiempo después de haber desechado la camioneta van, Bundy roba un automóvil que si le acomoda bien, otro VW sedán. Pero le vuelve a suceder lo mismo, los oficiales localistas de la región sospechan ante la presencia de un vehículo que no les es conocido. El oficial David Lee lo ubica el 15 de febrero a eso de las 10 p.m. Reporta las placas a la central y descubre que el carro es robado así que decide actuar. Igual que en Utah, Bundy decide huir hasta que de repente para sorpresa del oficial, este se resiste a la detención y logra escapar. El oficial dispara y Bundy se deja caer, simulando haber sido herido, solamente para atacar de nuevo al oficial cuando este se acerca de nuevo. Finalmente tras una un breve forcejeo es sometido y esposado. Una vez en manos de la policía la evidencia y las pistas se acumulan velozmente contra Bundy. Inmediatamente se le carga el asesinato de la joven Leach y también se le liga a los crímenes de la fraternidad Chi Omega y es sentenciado a muerte.

Dos fueron los juicios que por asesinato enfrentaría Theodore Robert Bundy, el primero comenzó el 25 de junio de 1979 en Miami Florida en este caso la corte se centró en los crímenes contra la fraternidad Chi Omega. El segundo juicio se realizó en Orlando Florida en Enero de 1980 y fue por el homicidio de la joven Leach. Pero sería el juicio de la fraternidad el que sellaría el destino fatal de Bundy.

Estos juicios eran los juicios de la década, provocaron una marejada de publicidad y expectación en toda la unión americana. Bundy era visto como la real encarnación del mal, casi el demonio en persona. Miles de pesadillas giraban en torno a la imagen de este despiadado asesino.

A pesar de tener al planeta entero en su contra y con todo el peso de la evidencia encima suyo, Bundy actuó como su propio abogado y siempre confió en poder hacer que el juicio fuera lo más justo posible. El jurado estaba compuesto por una mayoría de afroamericanos. La intención era que no se cargara de prejuicios dicho jurado, pero las evidencias fueron determinantes, sobre todo en el caso de la hermandad Chi Omega, primero fue el testimonio de Nita Neary señalando a Bundy como el sujeto que alcanzó a ver salir corriendo por la puerta. El otro testimonio contundente fue aportado por un odontólogo, el Dr. Souviron mostró una serie de fotografías de la mordida en la nalga de la señorita Levy y como las marcas de la dentadura correspondían a la perfección con los dientes de Bundy. De ese modo unas fotografías ligaron a Bundy con los asesinatos de la fraternidad.

El 23 de julio tras 7 horas de deliberación, el jurado decidió que Ted Bundy era culpable. Este escuchó el veredicto sin mostrar emoción alguna. En el estado de Florida se tiene una costumbre de efectuar un juicio aparte para la sentencia, el de Bundy ocurrió el 30 de julio, una semana después del anterior. Esta ocasión testificó e imploró por la vida de su hijo la madre de Bundy y él mismo tuvo la oportunidad de dar una buena razón para que no se le sentenciara a muerte. Entre otras cosas se dijo víctima de una farsa, de un juicio injusto y abusivo. Y que no tenía ni siquiera porque pedir clemencia por algo que no había cometido.

El juez Cowart al finalizar Bundy su declaración recomendó la pena de muerte en la silla eléctrica por la muerte de Lisa Levy y Margert Bowman.

El 7 de enero de 1980 comienza el juicio por la muerte de la niña Kimberly Leach, en Orlando Florida. Esta vez Bundy decide no defenderse asimismo y quedan como sus representantes los abogados Julius Africano y Lynn Thompson. La estrategia a seguir fue apelar por causa de incapacidad mental, es decir por locura. Una ruta muy arriesgada, pero casi la única opción para un asesino como Bundy.

El jurado no tuvo problemas para darle la vuelta a esta débil estrategia y de hecho Bundy perdía cada vez mas el control, gastando ya sus energías simplemente en no explotar contra todo mundo. Ya no le servía de nada aparentar calma y dominio de la situación sabiendo de antemano que su destino estaba ya decidido. Y durante el juicio sorprendió a todo mundo cuando anuncio su matrimonio con Carole Ann Boone, antigua compañera suya de trabajo. Gracias a una argucia legal del estado de Florida era posible sellar un matrimonio en el estrado y estando en juramento declarando ante el juez. Así que al testificar la señorita Boone, ambos aprovechan para legalmente quedar en matrimonio. Bundy pasa su luna de miel en el paredón de condenados a muerte de la cárcel Raiford.

Pero no se iba a dar por vencido fácilmente y en 1982 contrató nuevos abogados para fabricar una apelación contra la sentencia de los homicidios de la fraternidad Chi Omega, pero la maniobra fue desechada por la corte. Luego en 1985 contrató nuevo abogado ahora para apelar la sentencia por el homicidio de Kimberly Leach pero de nuevo fue negada la moción. La lucha continuaría hasta 1986 en que pelearía de nuevo la pena de muerte que pesaba sobre si sin mejor éxito que las anteriores apelaciones. La ejecución de Ted Bundy fue programada para el 4 de Marzo de 1986 pero gracias a las diligencias de su abogada Polly Nelson, el día fatal fue posponiéndose hasta que finalmente la suprema corte de justicia de los Estados Unidos denegó la última prórroga el 17 de Enero de 1989.

Echada la suerte de Bundy, cuando ya no podía cambiar su situación jurídica, adopta la decisión de confesar mas crímenes al Dr. Bob Keppel jefe de investigadores del departamento de justicia del estado de Washington. Keppel y Bundy habían ya trabajado conjuntamente cuando este último se ofreció para ayudar en la investigación acerca del asesino serial llamado en este entonces ‘The Green River killer’ criminal que tuvo en jaque a la policía por mas de 20 años. Keppel asiste a las sesiones con Bundy armado únicamente de una grabadora para conservar los testimonios del asesino. Así el mundo se enteraría que Bundy conservaba por algún tiempo en su casa y en algunos casos, las cabezas de las victimas como trofeos y de que también practicaba necrofilia. La conducta de Bundy fue catalogada como de extrema perversión y compulsión necrofílica. Los analistas estiman que el número de víctimas podría fácilmente rondar las 100 mujeres, muy lejos de los conteos oficiales de alrededor de 36.

El 24 de enero de 1989 a las 7 AM con 4 minutos Theodore Robert Bundy es ejecutado en la silla eléctrica. Según se reporta, tuvieron que sacar a Bundy de su celda por la fuerza. Afuera de la cárcel numerosas personas esperaban la noticia y cuando el vocero de la institución declara la muerte de Bundy se escuchan vítores y aplausos incluso hasta fuegos artificiales son lanzados. Momentos después sale una carroza funeraria camino al crematorio. Al pasar la multitud aplaude, la horrible pesadilla había finalizado.

A pesar de todo, todavía se le cargaría a la cuenta de Bundy un crimen mas que tomo 28 años para esclarecerse. Katherine Devine fue vista por última vez el 25 de noviembre de 1973 pidiendo aventón, para ser descubierto su cadáver el 6 de diciembre de ese mismo año por una pareja en el parque McKenny del estado de Washington. Los forenses dicen que poco después de ser vista por última vez, Kathy Devine encuentra a la muerte, estrangulada, sodomizada y con la garganta rebanada.

La mayoría de los enterados del crimen creía que Bundy había sido responsable pero en ese tiempo las autoridades culparon a un sujeto de nombre William E. Cosden Jr. quien actualmente purga condena por violación a 48 años. Felizmente el caso nunca fue cerrado y en el año 2001 gracias a exhaustivas pruebas de ADN el caso queda resuelto.

Espera pronto una nueva entrega con otro de los @HorroresHumanos, que nunca deben ser olvidados, para así jamás ser repetidos.

@elchevequebb para @Culturizando

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