El ‘swinger’ es una práctica que busca expandir el placer sexual en una relación. Al practicarla ambos miembros de la pareja tienen la libertad de tener sexo con otras personas previo consenso. Entonces… ¿Hablamos de una relación abierta? ¡No! ¡A continuación te contamos todo sobre el intercambio de parejas!
La palabra proviene del inglés y se traduce como “oscilar, ir y volver o columpiarse”, haciendo referencia al intercambio de parejas en el plano sexual. Sobre el origen de esta práctica –o estilo de vida, como apuntan algunos estudios– existen diferentes hipótesis. Todas sitúan el comienzo a mediados de los años 50 o 60 y tienen como protagonistas a los militares estadounidenses.
Según una versión popular, al pasar mucho tiempo lejos del hogar los soldados consentían que sus amigos tuvieran sexo con sus esposas para así evitar la infidelidad. Otra teoría apunta a que la práctica se inició en Filipinas. En este país los soldados americanos inventaron un juego, en el cual colocaban las llaves de sus habitaciones y al azar realizaban el intercambio de parejas.
¿Qué caracteriza a los swingers y los diferencia de relaciones abiertas o poliamorosas?
Los swingers están en una relación monógama afectiva. Conservan los deseos de reforzar los lazos de intimidad con su pareja y mantener el compromiso, pero buscan expandir la experiencia sexual en el contexto de la relación. En otras palabras, mantienen exclusividad amorosa con sus parejas pero no sexual.
No es una relación abierta, puesto que no se permiten tentaciones o coqueteos fuera de los tiempos pautados, los cuales serían considerados como infidelidades. En esta práctica es esencial el absoluto consentimiento de ambas partes y la presencia de la pareja.
Cada swinger establece sus límites. El tipo de acto que se realizará debe ser conversado con anterioridad a los encuentros con carácter erótico. Puede limitarse al juego previo (besos y caricias), conocido en este ámbito como soft swap, o pueden desarrollarse relaciones sexuales plenas, las cuales se conocen como full swap.
Comúnmente los swingers se dirigen a bares y clubs exclusivamente diseñados para el intercambio de pareja. Normalmente estos lugares cuentan con una pista de baile, asientos y habitaciones por si se desea más privacidad.
¿Cuáles son los beneficios del swinger para la pareja?
La Universidad de Míchigan publicó en 2007 una investigación en la cual los niveles de testosterona tanto de hombres como de mujeres swingers es mucho más elevado que los niveles de esta hormona en hombres y mujeres casados, en pareja o solteros. Recordemos que la testosterona es la hormona del deseo y el impulso sexual.
La tensión sexual se genera al saber que existe competencia. Lo que hace que aumente la atención e interés hacia nuestra pareja para reforzar los lazos.
Sus puntos en contra
La mayoría de los swingers son parejas con deseos de experimentar nuevas sensaciones y romper los moldes tradicionales. Muchas otras recurren a esta práctica para recuperar el deseo mutuo. No obstante, no es recomendable para parejas en crisis, insatisfechas o con problemas de confianza. Adentrarse en el swinging en estos casos puede desencadenar la ruptura de la relación.
Para evitar conflictos en la pareja es imprescindible la comunicación. El consenso para iniciar esta práctica debe ser sin ningún tipo de presión.
Además de un quiebre en la relación de pareja, otro riesgo del swinger es la probabilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual. La protección y una higiene meticulosa es fundamental para la seguridad de los participantes.
Información de: Psicología y Mente / SciELO / Estupinyà, Pere (2013). S=EX^2: La ciencia del sexo. / Foto: Shutterstock
--
--