Los Juegos Olímpicos se traducen como la celebración más importante del atletismo, donde numerosos profesionales en múltiples disciplinas compiten en representación a su país de origen. Sin embargo, la edición de 1972 llevada a cabo en la ciudad de Múnich, Alemania, fue víctima de la tragedia, a manos del grupo terrorista Septiembre Negro.
A 21 años del Holocausto nazi
Los Juegos Olímpicos de 1972 se llevaron a cabo en la ciudad de Múnich, en Alemania Federal, cuando se cumplían 21 años de haber finalizado uno de los acontecimientos históricos más trágicos de la humanidad: la Segunda Guerra Mundial.
A lo largo de la competición, participaron 121 naciones, 7173 atletas -de los cuales 6075 eran hombres, y 1059, mujeres- en 195 eventos divididos en 23 deportes.
La vigésima edición de los Juegos Olímpicos pretendía ser recordada por la inclusión y reincorporación de diversas disciplinas, como el canotaje, el balonmano y el tiro de arco. Sin embargo, su trascendencia fue mucho más sombría de lo que cualquiera se habría imaginado.
¿En qué consistió esta tragedia?
Los Juegos Olímpicos de 1972 pasaron a la historia como uno de los acontecimientos más controvertidos del siglo XX. En la madrugada del 5 de septiembre de ese año, ocho terroristas palestinos pertenecientes al grupo Septiembre Negro se infiltraron en las habitaciones de la Villa Olímpica, donde descansaba la delegación israelí.
El grupo terrorista Septiembre Negro encontraría su origen en la Organización para la Liberación de Palestina -una institución paramilitar creada en 1964-, con la finalidad de atender los asuntos relacionados a la expulsión de Jordania, en 1970.
El objetivo del atentado consistía en ultimar a los atletas, si no eran liberados 234 presos árabes detenidos en Israel; y dos miembros de origen alemán pertenecientes a la agrupación terrorista: Andreas Baader y Ulrike Meinhof, encarcelados en su país natal.
De las 11 víctimas, el primero en ser acribillado fue Moshé Weinberg, el entrenador del equipo de lucha libre, quien contaba con 33 años de edad. Weinberg sufriría los impactos de un fusil AK47, que uno de los terroristas cargaba en una bolsa.
Tras exigir la liberación de sus hombres, los integrantes de la agrupación de origen palestino mantuvieron como rehenes a los deportistas israelíes en la Villa Olímpica.
Ante la situación, la entonces jefa del Gobierno israelí, Golda Meir, manifestó:
«Si negociamos y cedemos, ningún israelí estará seguro en ninguna parte del mundo» – Golda Meir.
Por consiguiente, y asegurando que mantendrían seguros a los rehenes, las autoridades alemanas pretendieron llevar a cabo el plan de rescate en el aeropuerto de Fürstenfeldbruck, al oeste de Múnich. Sin embargo, tal operación resultó un estrepitoso fracaso.
La estrategia era permitir que los secuestradores se trasladaran junto a los rehenes al punto de encuentro, donde los entregarían a salvo y, a cambio, estos podrían abandonar el país europeo. Sin embargo, la policía alemana decidió abrir fuego contra los terroristas, quienes, acto seguido, hicieron estallar numerosas granadas que cargaban consigo.
Producto de este enfrentamiento, los rehenes fallecieron, junto a un policía y un piloto; además de cinco de los terroristas encargados del atentado.
¿Qué ocurrió después de la Masacre de Múnich?
El daño era irremediable. Tras la tragedia, y a pesar de llevarse a cabo una ceremonia que rindió honores a los atletas caídos, la competición decidió continuar, a tan solo un día del desastre.
Los sobrevivientes a la delegación israelí abandonaron los Juegos Olímpicos el 7 de septiembre, al igual que el equipo egipcio, temiendo represalias en su contra.
El hecho de no haber cancelado la competición olímpica, llevó a Israel consumirse en indignación. Ankie Spitzer, esposa del entrenador de esgrima asesinado, André Spitzer, denunció a través de la prensa lo siguiente:
«Es una mancha que siempre acompañará al Comité Olímpico Internacional… Los terroristas dijeron que solo querían liberar a sus compañeros pero es mentira. Llegaron para masacrar. Mi marido me había dicho que los Juegos sirven para unir pueblos” – Ankie Spitzer.
La organización de los Juegos Olímpicos de Múnich, que para la fecha alcanzó un importante récord de asistencia con más de 7 mil deportistas, junto a la incorporación de la primera mascota oficial en la historia de esta competición: Wald; continuó con el evento, por medio de una seguridad reforzada hasta la clausura del certamen.
¿Qué ocurrió con los terroristas?
Durante el enfrentamiento que tomó lugar en el aeropuerto de Fürstenfeldbruck, cinco de los ocho terroristas perecieron ante el fuego de las autoridades alemanas. A pesar de la detención de los otros tres, estos fueron liberados tan solo 53 días más tarde.
Ante este acontecimiento, Golda Meir se reunió junto con su asesor de lucha antiterrorista, Aharon Yariv y, Zvi Zamir; y se comprometieron determinadamente a localizar y ultimar a los responsables de la tragedia.
«¡Una vez más, judíos son asesinados, presos y con las manos atadas en tierras alemanas!» – Golda Meir.
Durante los meses siguientes, Israel respondió al atentado de diversas formas, entre ellas se encuentran los bombardeos a las bases de la OLP en distintas ciudades europeas; donde fueron asesinados los líderes de la tragedia Ali Hassan Salameh y Yasir Arafat, entre muchos otros responsables.
Por: Gabriela Herrera | @gavahema | Con información de: La Nación / El Mundo / Xinhua Español
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