Manfred von Richthofen, mejor conocido como Barón Rojo, fue un aviador militar alemán reconocido por su récord de victorias. El Barón Rojo logró derribar en su carrera ochenta aeroplanos enemigos durante la Primera Guerra Mundial.
Era un joven que provenía de una familia aristocrática con una larga tradición militar, siguió los pasos de su padre y hermano y se alistó en los Ulanos, la famosa caballería alemana, allí se formó como cadete.
Durante la Primera Guerra Mundial estuvo en el regimiento de infantería, en el que fue condecorado con la Cruz de Hierro por su heroísmo. No obstante, Manfred consideraba que la vida en las trincheras era “inhumana” y “aburrida”, es por ello que con 23 años decide hacerse aviador.
Sus victorias
Oswald Boelcke, otro reconocido aviador, sería su gran maestro. Tras la muerte en 1916 de Boelcke, el joven Von Richthofen recibió el mando de la escuadrilla, que fue bautizada con el nombre de “El circo volador”, por los vivos colores con que estaban pintados los 14 aviones que la componían.
El famoso aviador se ganó su apodo de Barón Rojo por haber pintado su avión de rojo, un modo de ser reconocido rápidamente por sus adversarios. El rojo no tenía un significado concreto para el aviador, este solo quería que quedara claro quién era el autor de los derribos, así lo confiesa en uno de los dos libros que escribió en su vida. Este confiesa sentirse halagado por el apodo de los franceses “le diable rouge” (el diablo rojo).
Von Richtofen llegó a dirigir 58 misiones en las cuales derribó a 80 aviones. Este fue un hito que lo colaría en la cima en la historia, ya que nunca antes alguien lo había logrado. Su unidad fue responsable del derribo de 151 aviones británicos, contra 66 de las propias, durante el mes de abril de 1917, por ello recibió la medalla Pour le Mérite.
Espíritu de cazador del Barón Rojo
Su personalidad era arrolladora. Se le puede calificar como un joven de carácter arrogante, ambicioso y cruel. La compasión no formaba parte de su espíritu, su trabajo era su pasión, desde muy niño se entretenía en la caza de animales terrestres. En su libro El avión rojo de combate afirma: “Cuando he abatido a un inglés, mi pasión por la caza se calma por lo menos durante un cuarto de hora“.
Quedó momentáneamente ciego
Poco antes de su muerte sufrió una herida en la cabeza que lo dejó ciego por un tiempo. Este encuentro cercano con la muerte propia hizo que se convirtiera en un hombre un poco más reflexivo, humano y menos frívolo.
En un breve texto que escribió luego del accidente, llamado “Gendanken in unterstand” (Reflexiones en mi refugio, en español), von Richthofen comenta que está pensando escribir una continuación de su libro: El avión rojo de combate.
El piloto ya no se reconoce en su propio libro, confiesa que se angustia cada vez que vuelve de la batalla. Dice que ya no ve en la guerra algo heroico o divertido, ahora se ha percatado de la seriedad y lo lamentable que hay en el asunto.
No se sabía con exactitud quién hirió de muerte al Barón rojo
Según los documentos oficiales se cataloga al capitán canadiense Roy Brown como la persona que consiguió matar al Barón Rojo. No obstante, investigaciones recientes señalan que fue el soldado de infantería australiano William John “Snowy” Evans. Este hombre disparó desde tierra la bala que entró por el pecho del famoso aviador y causó su muerte breve minutos después.
Al alemán lo enterraron sus enemigos de guerra rindiéndole todos los honores militares que merecía; cubrieron su ataúd de flores y al momento del entierro un grupo de soldados presentaron armas y lanzaron tres salvas en su honor. En su lápida colocaron como epitafio:
“Aquí yace un valiente, un noble adversario y un verdadero hombre de honor. Que descanse en paz”.
Con información de: Natgeo / El país.
--
--