La creatividad es un concepto de difícil definición. A lo largo de los años ha sido abordada desde diferentes paradigmas y creencias sociales. La tradición ha transmitido la idea de que la creatividad solo pertenece a unos pocos. Sin embargo, no solo la creatividad es común a todos los individuos en mayor o menor medida, sino que, además, es una capacidad que se puede enseñar y aprender.
En primer lugar, el misticismo y la espiritualidad de la creatividad en sus orígenes la hicieron oponerse al método científico. En ocasiones, también ha primado una explicación basada en la herencia genética como germen de la creatividad. Otras veces, se ha considerado la creatividad como una capacidad innata.
Creatividad con mayúscula o minúscula
La creatividad no es solo aquella que poseen los autores de las obras maestras de arte o de las innovaciones tecnológicas. También la desarrollan quienes son capaces de cocinar un plato combinando pocos ingredientes o de elaborar un ingenioso mural en su habitación con diversas fotografías.
Por tanto, es posible diferenciar entre una creatividad con “C” mayúscula y otra con “c” minúscula.
¿Las personas son creativas en todas sus tareas o solo en algunas concretas? ¿La creatividad en las artes es diferente a la creatividad en ciencias o matemáticas? ¿Las personas que generan buenas ideas al elaborar una historia destacan también al explicar fenómenos científicos?
Dominios creativos
El debate acerca de la generalidad o la especificidad de la creatividad ha sido intenso. Por una parte, las primeras teorías de la creatividad la entendieron desde un dominio general, que supone que el sujeto creativo lo es en todas las áreas. Se asume que el desempeño creativo puede generalizarse y se transfiere de un dominio a otro.
Por otra parte, actualmente se apuesta por una creatividad de dominio específico. Así, un sujeto que sea creativo en un ámbito determinado como, por ejemplo, al realizar un dibujo, puede que no lo sea al escribir un texto.
¿Se enseña el pensamiento creativo?
Hoy en día el pensamiento creativo está de moda. Ha sido incluido como nueva competencia evaluable en el marco internacional de PISA. Concretamente, la evaluación del pensamiento creativo en PISA incluye dos áreas temáticas de contenido con sus respectivos dominios:
- Expresión creativa. Dominios: expresión escrita y expresión visual.
- Creación de conocimiento y solución creativa de problemas. Dominios: solución de problemas sociales y solución de problemas científicos.
Sin embargo, ese pensamiento creativo ya aparecía en la competencia lectora, tal y como la define PISA y el Estudio Internacional para el Progreso de la Comprensión Lectora de la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo.
En dichas definiciones se asocia la tarea de comprender el texto con la idea de construir y crear significados. También se incluye la idea de desarrollar el potencial personal a través de la lectura y el compromiso con los textos.
Según lo anterior, ¿podemos hablar de creatividad verbal?
El intertexto lector
El uso del lenguaje implica la capacidad de generar ideas y emplear la imaginación. Sin embargo, la creatividad no solo interviene en las habilidades lingüísticas de expresión. También resulta fundamental en las habilidades de recepción. De hecho, es posible hablar de un nivel creativo en el proceso de comprensión e interpretación lectora.
La creatividad verbal permite prever y adelantar los detalles de una novela, por medio de un diálogo e interacción con el propio texto realizado por su autor. El lector es capaz de recrear un texto y elaborar significados, con el fin de completar su lectura, que no queda cerrada hasta que no culmina el proceso de recepción. Todo texto necesita ser actualizado por parte de su lector.
En este sentido, el concepto de intertexto lector es de gran relevancia en el proceso creativo de dominio verbal. El intertexto lector es el espacio de encuentro de las aportaciones del texto con las del lector. Por ello, interesan en la comprensión e interpretación del texto las experiencias previas del lector, su contexto y sus saberes literarios.
La lectura que escribimos en nuestra cabeza
Las actividades de escritura creativa ayudan a establecer una relación lúdica y estética con el lenguaje. Los talleres de escritura creativa son una herramienta de promoción de la lectura.
Destaca el significado de “escribir la lectura” en El susurro del lenguaje del filósofo y semiótico francés Roland Barthes. Este autor se refiere al texto que escribimos en nuestra cabeza cada vez que la levantamos del libro leído. Los pensamientos del lector representan un suplemento de sentido.
Por ello, se ha de dar una especial importancia a las expresiones creativas que surgen de la lectura. El proceso creativo nos permite convertirnos en parte de la historia. También extraer aprendizajes significativos de nuestra actividad lectora.
Educar en creatividad
En la actualidad, la creatividad debe ser entendida como un factor de gran repercusión en educación, por los siguientes motivos:
- Ser creativo es la clave del éxito en la vida.
- Ser creativo es una necesidad en un mundo en constante cambio.
- Crear implica generar nuevas ideas.
- Todos somos creativos potencialmente.
- La creatividad es la forma original en la que los individuos se enfrentan a la resolución de los problemas diarios.
- La práctica de tareas creativas fomenta el desarrollo de la identidad, el rendimiento académico, el futuro profesional y la participación social.
Las conexiones entre lenguaje y creatividad, y la práctica y el desarrollo de la creatividad verbal pueden y deben formar parte del aprendizaje formal en colegios e institutos. Enseñar a leer y escribir de manera creativa puede contribuir a una mejor formación en todos los ámbitos de la vida.
María Isabel de Vicente-Yagüe Jara, Profesora Titular de Didáctica de la Lengua y la Literatura, Universidad de Murcia y Olivia López Martínez, Profesora Titular de Psicología de la Educación, Universidad de Murcia
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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