Pónganse a Leer con Pedro Julio | “La urbanidad es una emanación de los deberes morales, y como tal, sus prescripciones tienden todas a la conservación del orden y de la buena armonía que deben remar entre los hombres, y a estrechar los lazos que los unen, por medio de impresiones agradables que produzcan los unos sobre los otros”.
Estas líneas pertenecen al artículo 2 del capítulo primero del Manual del Carreño, que va sobre los principios generales que deben observarse para ser una persona de bien.
El Manual de Carreño es uno de los libros más importantes de la historia latinoamericana, un best-seller del siglo XIX en Venezuela y fuera de nuestras fronteras, y es que la obra rápidamente se convirtió en el libro de cabecera en el continente fue escrito por un caballero caraqueño de apellido Carreño, que no solo en su vida se dedicó a dictar las normas de buenas costumbres, también fue músico, periodista, pedagogo ministro de hacienda y el papá de la primera show woman venezolana.
Manuel Antonio Carreño
Manuel Antonio del Rosario Carreño Muñoz, nació en la Caracas de los techos rojos el 17 de junio de 1812. Era hijo del músico Cayetano Carreño Rodríguez, que también era maestro de capilla de la catedral de Caracas y de María de Jesús Muñoz.
Su padre se preocupó porque sus hijos tuvieran una excelente educación, no solo en los aspectos básicos, sino también en lo musical y lo cultural.
En 1841 funda el colegio Roscio (en honor al abogado, periodista, escritor y político venezolano Juan Germán Roscio). Rápidamente el colegio empezó a ganar prestigio en Caracas, de manera que ahí confluían los hijos de las familias ilustres, atraídos por el alto nivel del profesorado y las cátedras que ofrecía.
En aquella época también ejerció cargos dentro de la diplomacia y fue traductor al castellano con la colaboración de su amigo el doctor Manuel María Urbaneja, de algunas obras imprescindibles del momento, como el Catecismo razonado, histórico y dogmático del abate Thériou y la Introducción al método para estudiar la lengua latina de Burnouf.
Se casó con Clorinda García de Sena y Toro, en Puerto Cabello en el año 1840, con quien tuvo 4 hijos, 3 niñas y un niño, una de ellas era María Teresa Gertrudis de Jesús, que nació en diciembre de 1853. Que se convertiría en la primera show woman venezolana, la gran Teresa Carreño, célebre pianista y compositora.
Carreño se dio cuenta de que la pequeña Teresa era muy aventajada con el piano, así que se dedicó a su educación musical, llegó de hecho a escribirle 500 ejercicios para piano, los cuales abarcaban todos los aspectos pedagógicos y técnicos para el aprendizaje del instrumento.
Fue Ministro de Relaciones Exteriores y de Hacienda. Pero por la inestabilidad política que se vivía en Venezuela en ese momento, como consecuencia de La Guerra Federal, renuncia al Ministerio y se va del país en busca de mejores condiciones para el su familia.
El Manual de Carreño
Carreño publicó el manual en el año 1853, y lo fue haciendo por entregas. Inmediatamente empezó a venderse como pan caliente, la obra ha sido reeditada muchísimas veces desde su publicación inicial.
En la época (mitad del siglo XIX), era muy común la publicación de textos que sirvieran de guía para los lectores en diversas áreas.
En esos años se publicaron por ejemplo el “catecismo de urbanidad civil y cristiana para uso de las escuelas” del jesuita Santiago Delgado de Jesús y María; las “lecciones de buena crianza, moral y mundo” de Feliciano Montenegro Colon; las “conversaciones familiares entre un padre y un hijo sobre la vida del hombre”, editado por Tomas Antero; el “libro de la juventud o conocimientos esenciales para una buena educación”; también el “manual de la buena compañía”, y “el amigo de la civilidad, de las consideraciones, del buen tono y de la decencia estos tres últimos de Menéndez.
Estos libros como les decía buscaban ser una luz para el lector, pero ninguno fue tan notorio en fama y popularidad como el de Carreño, que llego a ser editado hasta 50 veces por una editorial de Florida en los Estados Unidos, en un periodo muy corto de tiempo.
El manual de Carreño está escrito a manera de avisos, y ahí probablemente radica parte del éxito de la obra, cuando los otros censuraban y regañaban, Carreño orienta y es comprensivo.
El manual de Carreño está divido en capítulos, y cada capítulo tiene unos títulos, como los códigos y leyes, los que sean abogados se ubicaran fácilmente.
El manual inicia con los Deberes morales del hombre. Y se va paseando por los deberes que debe observar el ser humano, por ejemplo para con Dios, dice:
“Dios es el ser que reúne la grandeza de la inmensidad y de la perfección” y basado en ello nosotros le damos cuenta de nuestras acciones.
Sigue con el capítulo II de los deberes para con la sociedad, aquí nos advierte sobre los deberes con nuestros padres, con la patria y con nuestros semejantes.
“una persona que ha sido invitada para una cena, un coctel o demás, hará bien en presentarse con un pequeño regalito para su anfitrión. Ya sea una caja de dulces, chocolates, flores, cualquier otro detalle”… así que ya están advertidos.
En la sección de los deberes con nuestros semejantes dice que por ejemplo que es de mal gusto hacer bolitas con la miga del pan y que el pan por cierto siempre se parte con la mano, nunca con cuchillo, que los cubiertos no deben hacerse chirriar entre ellos o contra el plato, ni hacer ruido mientras se ingieren los alimentos.
Esta sección termina con el capítulo 3 de los Deberes con nosotros mismos.
Ahora entramos en lo grueso del texto la sección de urbanidad y buenas maneras, a partir de aquí nos encontramos que los capítulos se dividen en artículos numerados, y es en esta parte donde Carreño hace gala de las buenas costumbres por las que pasaría a la historia.
En el capítulo primero se dedica a fundar los principios generales, aquí habla de conceptos de etiqueta y urbanidad. Aquí hace unas sugerencias a los suegros por ejemplo de no visitar a la pareja sin haber llamado antes.
El capítulo 2 va del aseo: de nuestra persona, vestidos, de la habitación y para con los demás. Aquí hay mucha tela para cortar… a ver Carreño arranca diciendo que el aseo es la base de la estimación social. Dice que el aseo comunica un atractivo irresistible, por lo que debe ponerse todo el cuidado del mundo en este particular. En el artículo 24 dice que los vellos que nacen en la parte interior de la nariz y las orejas deben recortarse cuando empiecen a asomarse por fuera de ella.
También dice que «Jamás empleemos los dedos para limpiarnos los ojos, los oídos, los dientes, ni mucho menos las narices. La persona que lo hace excita un asco invencible en los demás».
O que «Hay personas que al eructar acostumbran soplar fuertemente hacia un lado; lo cual es añadir una circunstancia todavía más repugnante al acto mismo».
Ahora pasamos al Capítulo 3 del modo de conducirnos dentro de casa: al vestirnos, al levantarnos, con la familia y vecinos.
En 18 artículos establece todo lo que debemos observa para tener una buena educación, en el artículo 14 dice que la vida es muy corta y sus instantes corren sin jamás detenerse, de manera que si somos ordenados y nos educamos e ilustramos aprovecharemos la vida al máximo.
Aquí también habla del acto de acostarnos y de nuestros deberes durante la noche. Como eso de dormir con alguien que apenas conocemos (atención usuarios de app para conocer gente). Habla también de los ronquidos, que no cree que sean una enfermedad sino un mal hábito.
Le dedica una sección al acto de levantarse de la cama, aquí todo es método. Que Dios nos libre de dedicarnos al rudo placer de dormir con exceso o permanecer en la cama después de despiertos.
Habla también del vestido que debemos llevar en casa y fuera de ella, del arreglo interior de la vivienda, de la paz doméstica, que se funda por cierto en mantener al margen las riñas y altercados fuera del mismo techo donde se habita. Dedica una sección al modo de conducirnos con nuestros vecinos, Carreño dice que mantengamos a nuestros vástagos a resguardo de andar molestando en la calle.
Entramos en el capítulo 4, en el que aprenderemos a comportarnos fuera de casa, en la calle, el templo y casas de educación (escuelas).
Aquí nos invita a conducirnos con gran circunspección y decoro. En el artículo 10 dice que cuidemos de no hablar tan recio que los demás puedan percibir lo que conversamos.
En la sección de como conducirse en el templo, dice en el artículo 8 que abstengámonos de apartar la vista del lugar de los oficios para fijarla en ninguna persona, especialmente si es del sexo opuesto.
Pasamos ahora al capítulo 5 acerca de cómo comportarnos en la sociedad. Aquí Carreño nos ilustra acerca de la conversación en general, de los temas de conversación apropiados, de las condiciones físicas de la conversación y de las condiciones morales de la conversación, de las narraciones y de la atención que debemos tener con las conversaciones ajenas.
Carreño nos invita a conversar en un tono suave, usando un lenguaje que sea entendible por nuestro interlocutor, a hacer pausas para que la otra persona o personas puedan participar y eso no se convierta en un monologo.
En este capítulo se pasea también por las visitas y las diversas reuniones sociales. Y en cuanto a los bailes suelta esta joya:
«Quienes sin tener disposición ni conocimientos necesarios toman parte en un baile, no hacen otra cosa que servir de embarazo y de incomodidad a los bailadores hábiles».
Y así llegamos al final, al capítulo 6 de las aplicaciones de la urbanidad.
Y en este punto encontramos mi favorita… «Evitemos el leer en la ventana, para que los que pasan no crean que hacemos ostentación de estudio o afición a las letras».
Aquí no estamos de acuerdo con Carreño, porque se lee en cualquier parte, a cualquier hora y en todas las circunstancias de la vida.
Críticas
Ahora, no todo es gracioso o instructivo, el Manual de Carreño ha sido fuertemente criticado por su excesivo formalismo, yo diría que raya en lo ritualista a veces en sus recomendaciones.
En el manual se deja ver una influencia muy marcada de la religión y eso se nota en la parcialidad con que se expresa en la sección del templo y de Dios.
El manual muchas veces cae en el clasismo, a ver en múltiples ocasiones Carreño hace diferencias de trato entre personas de distintas clases o rangos sociales, y emplaza cada vez que tiene oportunidad a que si usted es inferior no se comunique cara a cara con alguien superior y si lo hace por necesidad debe pedirle permiso y hasta disculpas.
A Carreño lo han acusado hasta de machista, porque por ejemplo en uno de los capítulos dice que «Las mujeres deben educarse en los principios del gobierno doméstico y ensayarse en sus prácticas desde la más tierna edad».
O en el artículo 17 de las conductas en la casa dice de las mujeres que:
“Su destino la llama a ciertas funciones especiales, en que necesariamente ha de ser el método su principal guía, so pena de acarrear a su familia una multitud de males de alta trascendencia”
Pero más que criticar el texto, debemos situarnos en el contexto histórico en el que fue escrito, Carreño nació en 1812, las cosas eran distintas y han cambiado. Pero en ese momento la esclavitud por ejemplo no había sido abolida en Latinoamérica y las mujeres ni soñaban con poder votar.
Importancia
El manual de Carreño fue tan importante que el 14 de marzo de 1855, el Congreso Nacional de Venezuela recomendó el uso de la obra en el contexto educativo, y más de uno recordará seguro que sus abuelos y hasta papás estudiaron el manual de Carreño en la escuela.
El manual de Carreño se convirtió en un indispensable para todo el mundo, no importaba a que clase social pertenecía usted, ni en qué país había nacido. Condensa el sentir de un continente, esas ganas de dejar atrás la barbarie.
Despedida
Carreño como muchos venezolanos de hoy tuvo que salir del país, recuerdan que lo mencioné hace rato, bueno fue fuera de Venezuela que murió, el 4 de septiembre de 1874 en París.
Como migrante, también sufrió y padeció y eso lo encontramos en el manual, aunque fue escrito antes de que pensara que tendría que salir de Venezuela, Carreño escribió que:
«Quien abandona su patria no cuenta con otra ventaja, ni otros goces que los que le proporciona la hospitalidad de quien lo recibe».
Aquí un guiño a los hermanos latinoamericanos que reciben a los venezolanos, bueno que te digo a los venezolanos, a todos, porque nuestra historia continental ha sido de idas y venidas, recuerden que no ser generoso con el extranjero que pasa necesidad, es una acto de vulgaridad deleznable.
Yo con esto último me voy a despedir, porque si no nos agarró el sereno esta por agarrarnos.
Me voy con la esperanza que renuevo todas las semanas, haberles picado la curiosidad y que vayan a buscar el manual de urbanidad y buenas maneras de Manuel Antonio Carreño y se den un gusto leyendo esta maravilla, puede que le parezca rancio, pero es un ejerció que nos ayuda a comprender porque nos conducimos y también como es que vamos por dónde vamos. Recuerden que para criticar hay que conocer, y para emitir un juicio de este y de cualquier otra obra hay que leerla primero.
Bueno gente, nos encontramos en el próximo episodio para seguir haciendo apología de este vicio tan sabroso… la lectura y ya saben recuerden la consigna… pónganse a leer.
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