Si hay un nombre que resuena con fuerza cuando hablamos de la música cubana, es el de Compay Segundo. Nacido Máximo Francisco Repilado Muñoz, este legendario músico no solo nos dejó un legado musical impresionante, sino también una vida llena de anécdotas y curiosidades que merecen ser contadas.
Conoce al hombre detrás del mito y cómo su música sigue inspirando a nuevas generaciones en esta biografía resumen de Compay Segundo.
El nacimiento de un talento
Compay Segundo nació el 18 de noviembre de 1907 en Siboney, un pequeño pueblo en la provincia de Santiago de Cuba. Desde muy joven, mostró un talento innato para la música, aprendiendo a tocar la guitarra, el clarinete y el bongó. Sin embargo, fue su ingenio lo que realmente lo hizo destacar, inventando el armónico, un híbrido entre la guitarra española y el tres cubano que aportó un sonido único a la música cubana.
Los primeros pasos
En los años 30, Compay Segundo comenzó a dejar su huella en la escena musical cubana. Formó parte de diversas agrupaciones como el Cuarteto de Trovadores Orientales y el Cuarteto Hatuey, además de ser vocalista en el conjunto de Miguel Matamoros. Pero fue en 1948 cuando su carrera dio un giro crucial al formar el dúo Los Compadres junto a Lorenzo Hierrezuelo. Aquí es donde nace su famoso apodo, pues mientras Lorenzo se convertía en Compay Primo, Repilado adoptaba el nombre de Compay Segundo.
El fenómeno de Los Compadres
Los Compadres no solo conquistaron Cuba, sino que su popularidad se extendió a toda América Latina. Con su inconfundible estilo y armonía vocal, se convirtieron en un fenómeno musical que perduró hasta 1955. A pesar de la disolución del dúo, Compay Segundo no se detuvo. Formó su propia agrupación, Compay Segundo y sus muchachos, y continuó llevando su música a nuevas audiencias.
El resurgir con Buena Vista Social Club
El verdadero salto a la fama mundial llegó en 1997 con su participación en el álbum Buena Vista Social Club, producido por Ry Cooder. Este disco no solo ganó varios premios Grammy, sino que también fue acompañado por un documental dirigido por Wim Wenders, que capturó la magia de estos veteranos músicos cubanos. La canción «Chan Chan» de Compay Segundo se convirtió en un himno global, poniendo a bailar a millones de personas alrededor del mundo.
Un legado eterno
En sus últimos años, Compay Segundo siguió actuando y grabando música, demostrando que la edad no era un obstáculo para su pasión. Su último sueño fue llegar a vivir tanto como su abuela, una esclava que alcanzó los 106 años. Aunque falleció el 13 de julio de 2003 a los 95 años, su legado sigue vivo en cada nota de su música y en los corazones de aquellos que lo conocieron.
Compay Segundo no solo es un ícono de la música cubana, sino un símbolo de la riqueza cultural y la resiliencia de su pueblo. Su historia es una fuente de inspiración y su música, un regalo que sigue dando alegría.
Foto: neftali / Shutterstock.com
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