Arte, arquitectura, croissants, crepes y lindos cafés. París es un claro ejemplo de cultura sobre el pavimento. ¿Estás de viaje y vas a visitar los museos? Por supuesto el Louvre te es primordial, luego querrás ir al de Arte Moderno, el de Rodin o el de Picasso, por citar tan solo algunos.
Pero lo que quizás no sabes, es que en lo más profundo de la ciudad luz yace el curioso museo Museé des Égouts (Museo del Alcantarillado).
Este apestoso y húmedo recinto subterráneo alberga un sistema de cloacas que se extiende por toda la capital francesa. En el segmento donde está ubicado, se reseña la historia de su construcción donde el guía destaca la importancia de las obras públicas y muestra el gran trabajo de ingeniería realizado durante años.
Dentro se pueden observar equipos de mantenimiento, maniquíes de trabajadores y varias exhibiciones como objetos curiosos encontrados a través de los años, incluso un bote de 5 toneladas que usualmente viajaba por las cloacas. Además ofrece una tienda de souvenirs tan curiosa como el propio museo: puedes llevarte una rata de peluche a casa
El Museo del Alcantarillado es parada obligatoria para todo aquel que guste de experiencias diferentes. Está considerado como una de las 50 atracciones más visitadas de París.
Cobró auge gracias la película de Disney Pixar “Ratatouille”, sirvió de inspiración para Victor Hugo con Los Miserables y para Gastón Leroux, con su personaje de “El fantasma de la ópera”. Otro dato interesante trata sobre la inundación que destrozó a la capital en 1910.
Un poco de historia
Previo a la Edad Media, París utilizaba el agua que provenía directamente del río Sena. Luego de haberla usado, los habitantes de la ciudad la echaba a las calles y terminaba desembocando otra vez en el río.
El proceso provocó muchas enfermedades y una creciente contaminación. Se dice que los viajantes podían oler la ciudad antes de si quiera divisarla.
Para 1200 comenzó el proceso de pavimentación y construcción de los desagües; y en 1370 se cimentó la primera alcantarilla cubierta. Como la capacidad del sistema no fue suficiente, en 1850 el ingeniero Eugéne Belgrand diseñó lo que es la actual red de agua potable, no potable y drenaje de París.
El sistema es tan grande, que cada una de las calles de esta capital posee un túnel debajo de la superficie, mientras que las grandes avenidas tienen hasta dos. En muchos casos, estos túneles convergen con otro de los misteriosos atractivos de la ciudad del amor, sus Catacumbas.
Con 2100 túneles, 2400 km de extensión y, según se dice, una rata por cada habitante, la entrada al museo se encuentra localizada en la Quai d’Orsay 93, al lado sur del Pont de l’Alma, relativamente cerca de la torre Eiffel y el Palais de Chaillot. Si te das una vuelta por París, apúntalo en tu itinerario, abre de sábado a miércoles.
Con información de: paris.es / visitandoeuropa.com / sobrefrancia.com / viveparis.es
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