Steven Spielberg es uno de los directores de cine más famosos. A lo largo de su carrera ha sido partícipe de grandes películas, tales como ‘Tiburón’ y ‘La lista de Schindler’; entre otras más. Sin embargo, tal vez hay algo que muchos no conocen sobre él: es disléxico.
Y no solo se trata de Steven Spielberg, sino también de otros artistas (Whoopi Goldberg, Cher, etc.). ¿Qué es la dislexia (y por qué no significa una baja capacidad intelectual)? Sabiendo que cada 8 de octubre es el día mundial de la dislexia, quédate hasta el final para conocer todos sus detalles.
El testimonio de Steven Spielberg
En 2012, Steven Spielberg participó en una entrevista junto a Quinn Bradlee, en la que se sinceró con respecto a la dislexia que presenta. En esa entrevista, el director aseguró que, cuando era niño, sus profesores no entendían por qué iba con más retraso a comparación de otros compañeros de clase.
De tal modo, Spielberg comentó que las películas fueron su vía de escape ante aquella situación en particular. Sería diagnosticado con dislexia cinco años antes de aquella entrevista con Quinn Bradlee.
¿Qué tiene que ver la dislexia con la actividad escolar? ¿A qué se refería Steven Spielberg? Es tiempo de hablar sobre lo que dice la ciencia.
Un trastorno del aprendizaje
Existe un mito en particular, y es el hecho de pensar que la dislexia es una enfermedad y se puede curar. Pues no, ya que no se trata de una enfermedad, sino de un trastorno del aprendizaje que, aunque no se cura, se puede tratar.
El diccionario Mosby (usado en Medicina para aclarar conceptos) dice que «los individuos disléxicos frecuentemente intercambian letras y palabras, no pueden diferenciar adecuadamente secuencias de letras en las palabras escritas y tienen dificultades para determinar lo que es derecho e izquierdo».
Por ende, la dislexia involucra dificultades en la lectura fluida, en la ortografía y en el razonamiento matemático.
Síntomas vistos según cada tipo de edad
La edad escolar es un momento en el que los síntomas de la dislexia pueden hacerse más notorios. De tal modo, el niño o niña puede tardar más tiempo de lo habitual en culminar tareas relacionadas con la lectura o la escritura, presentar un nivel de lectura muy por debajo del esperado para su edad, dificultad para ver diferencias y semejanzas entre letras y palabras, etc.
En la etapa adulta la cosa no varía mucho, dándose síntomas muy similares a los anteriormente mencionados (aunque podemos adicionar la dificultad para resolver problemas matemáticos y para recordar palabras).
Cabe destacar que cada caso de dislexia es particular, es decir, no todas las personas van a tener exactamente los mismos síntomas.
¿Y por qué se da esto?
Llorenç Andreu, director del máster universitario de Dificultades del Aprendizaje y Trastornos del Lenguaje de la UOC, explica lo siguiente: «De hecho, entre un 40% y un 80% de los casos de niños con dislexia tienen antecedentes familiares con problemas de lectura». En otras palabras: la dislexia es hereditaria. Aproximadamente el 7% de la población tiene este trastorno del aprendizaje, en el cual no se da una predilección por determinada raza o sexo.
Pensar cuáles áreas del sistema nervioso están involucradas específicamente en la dislexia también llama mucho la atención.
El cerebelo es una porción del encéfalo (el encéfalo tiene que ver con el cerebro y otras estructuras asociadas, para que se hagan una idea) que está sustancialmente activo durante las etapas iniciales del proceso de lectura. Por consiguiente, las imágenes estructurales y funcionales han demostrado diferencias en el cerebelo de las personas con dislexia.
Algunos estudios también se han enfocado en evaluar el volumen de sustancia gris cerebral de los disléxicos (recordando que esa sustancia gris es aquella que se encuentra en la superficie o corteza del cerebro). Como resultado, se ha visto un menor volumen de sustancia gris en regiones del cerebro de personas con dislexia.
No tiene nada que ver con una baja capacidad intelectual
Otro mito que se da es el pensar que los disléxicos son menos listos que los demás, cosa que no tiene nada que ver, por lo que no se puede considerar esto como un criterio para un diagnóstico de la dislexia. Aunque los disléxicos tienen problemas de lectura, su cociente intelectual está dentro de la normalidad.
De tal modo, la presión no debe enfocarse a obligar al niño a «no ser más vago», sino a buscar adaptaciones escolares que le beneficien en su educación, tales como el uso de audiolibros y más tiempo para leer y para escribir.
Para culminar
La dislexia es un problema que dura de por vida, ya que estamos hablando de anomalías cerebrales preexistentes. Sin embargo, una detección y evaluación temprana puede mejorar las condiciones.
Un estudio encontró que el riesgo de dislexia disminuye de forma drástica si se sabe que existe un riesgo familiar y, por tal motivo, se desarrolle la capacidad temprana de nombrar las letras. Asimismo, si un niño de entre 4.5 y 5.5 años de edad tiene pocas habilidades para nombrar las letras, pero sí tiene una buena conciencia fonológica (reconocer y utilizar los sonidos del lenguaje hablado), el resultado será también un riesgo reducido de dislexia.
Y cerramos con algo que comentó Steven Spielberg en su entrevista de 2012 con respecto a las personas con dislexia: «Es más común de lo que se imagina. No están solos».
Con información de: ABC | ScienceDirect | National Geographic | Mayo Clinic | Bookshelf
Imagen portada: Shutterstock
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