La ailurofobia es el miedo a los gatos. Un ailuróbo tiene una respuesta profunda, persistente e irracional a los gatos que hace que el paciente se vuelva extremadamente ansioso alrededor felinos. Algunas víctimas notables de ailurofobia incluyen Julio César, Napoleón Bonaparte, y Genghis Khan.
Síntomas
Sudoración, escalofríos, latidos irregulares del corazón, náuseas y ansiedad extrema todos pueden acompañar a los pacientes con esta condición. Algunas personas también desarrollan un odio de los gatos que tiene sus raíces en su ailurofobia y, a menudo exacerbados por las personas que se burlan de la fobia o no logran entenderlo. Las personas pueden reaccionar a ver a un gato en persona, mirando una foto de un gato, al ver los gatos en la televisión, o manchas de sangre de un gato en la distancia. Incluso cuando un gato claro que no puede dañar al paciente, él o ella puede experimentar una respuesta.
Algunas personas con ailurofobia también tienen asociaciones supersticiosas o sobrenaturales con los gatos. Además de temer el potencial de ser mordido o arañado, estos pacientes pueden pensar que los gatos son de mala suerte, o creen en leyendas urbanas acerca de gatos y sus actividades.
Esta condición puede ser debilitante y embarazosa, puesto que los gatos son una vista bastante común y muchas personas mantienen gatos como mascotas o animales de trabajo. Para alguien con ailurofobia, incluso un paseo casual por el barrio se convierta en una pesadilla, y las visitas a las casas de otras personas puede ser una fuente de ansiedad y el malestar debido a las preocupaciones de que un gato puede estar presente. Al igual que otras zoofobias, ailurofobia veces se burla de las personas que no comparten la fobia, y esto puede hacer que los pacientes nerviosos y ansiosos.
Causas
Al igual que otras fobias, ailurofobia tiene sus raíces en la mente inconsciente, y el paciente puede incluso no ser plenamente conscientes de los orígenes de la fobia. Algunas personas desarrollan ailurofobia en respuesta a un trauma, como ser mordido o arañado en la infancia, mientras que otros tienen una respuesta simpática cuando se expone a algún otro trauma, el desarrollo ailurofobia. Los pacientes con esta afección tienen un gatillo en su mente subconsciente que considera a los gatos como peligroso y pone el cuerpo en estado de alerta cuando se ve un gato.
Tratamiento
Los tratamientos para ailurofobia general se centran en la terapia conductual, que está diseñado para desensibilizar al paciente para que él o ella no experimenta miedo paralizante cuando se encuentra un gato. Esta terapia puede ser abordado desde una variedad de maneras, ya veces los pacientes necesitan para trabajar con varios terapeutas antes de que encuentren un buen ajuste.
Algunos ex ailurófobos en realidad se convierten en amantes de los gatos con un poco de trabajo paciente, mientras que otros simplemente llegan a un nivel de comodidad con los gatos que les permite funcionar en la sociedad. En casos extremos, los medicamentos también pueden utilizarse para gestionar las respuestas fisiológicas que intervienen en la fobia a mantenerlo calmado mientras se utilizan técnicas terapéuticas.
Con información de: guiapsicologia.com | Foto: Gato / Shutterstock
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