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Manuel Piar, el gran error de Bolívar

Manuel Piar, el gran error de Bolívar

Por Échale Pichón | Oficial (general en jefe) del Ejército de Venezuela en la Guerra de Independencia, en la cual tuvo muy destacada participación. Hijo de una mulata holandesa, de nombre María Isabel, descendiente a su vez de Manuel Gómez y Juana Quemp. 

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Fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de su ciudad natal, el 28 de abril de 1774, bajo los nombres de Manuel María Francisco. La paternidad es atribuida en forma unánime al marino mercante Fernando Piar Lottyn, hijo de Felipe Piar Lacoli y Juana María Lottyn de Santiago, de ascendencia italiana y oriundos de Santa Cruz de Tenerife (islas Canarias).

En torno a su origen se tejió una leyenda que lo hacía provenir de la unión clandestina entre un príncipe portugués de la casa de Braganza, de paso por Caracas, y una mantuana caraqueña de la familia Jerez Aristeguieta. De procedencia humilde y perteneciente a la casta de los pardos, debió formarse dentro de las limitaciones impuestas por la sociedad colonial. A los 10 años de edad ya se encontraba en La Guaira junto a su madre. Autodidacta, adquirió una sólida cultura, reconocida por sus contemporáneos. Conoció varias lenguas: holandés, español, francés, inglés, el papiamento de su isla natal; el patois, o creóle de Haití, y el guinés, lengua africana hablada en Curazao entre las esclavitudes. 

A los 23 años de edad, puso de manifiesto sus inquietudes de libertad y participó -en La Guaira- en la llamada Conspiración de Gual y España, debelada en julio de 1797. Como miliciano de la Guardia Nacional, combatió -en 1804- en Curazao contra los ingleses. En enero de 1807 se halla en Haití, integrado al proceso revolucionario de la isla y en el comando de un buque de guerra. Su experiencia militar y su pasión libertadora las pondrá al servicio de Venezuela luego de los sucesos del 19 de abril de 1810, cuando inició su carrera militar en la Armada y por el apostadero naval de Puerto Cabello. En diciembre de 1811, es comandante de una lancha cañonera y concurre a la concentración de Cumaná, preámbulo de la acción punitiva que la Confederación emprendería contra la rebelde provincia de Guayana. 

En el territorio teatro de sus operaciones, enfrenta las disensiones políticas que se sucedían en el seno del Ejército. Aceptó los postulados del Congreso de Cariaco (8.5.1817), que eliminaban la jefatura única del Libertador y lo enfrentaban a este. Privado del mando de tropas, por orden de Bolívar, solicitó su retiro del Ejército. Le fue concedido el 30 de junio de 1817. Permaneció sin embargo en Guayana, recorriendo los campamentos militares, buscando la adhesión de las tropas para enfrentarlas a la dirección blanca y mantuana, que desde 1810 se mantenía en los altos mandos del Ejército. Capturado en Aragua de Maturín (28 septiembre), por las tropas que mandaba el general Manuel Cedeño, fue conducido al cuartel general de Angostura, donde fue sometido a juicio. 

El Consejo de Guerra que conoció la causa estaba integrado por el almirante Luis Brión (presidente); los generales de brigada Pedro León Torres y José Antonio Anzoátegui, los coroneles José Ucrós y José María Carreño, los tenientes coroneles Judas Tadeo Piñango y Francisco Conde (vocales). El general de brigada Carlos Soublette fue el fiscal de la causa y el teniente coronel Fernando Galindo el defensor del indiciado. El 15 de octubre de ese año, el Consejo de Guerra sentenció al general Piar a la pena capital por los delitos de insubordinación, deserción, sedición y conspiración. Simón Bolívar, jefe supremo, confirmó la sentencia sin degradación. 

Como en toda historia que relate una guerra, no todo es fortunio ni éxito para quienes resultan vencedores. Se dice que la historia la escriben quienes ganan, pero en el caso que a continuación les presento, ha sido la misma historia la encargada de reivindicar lo que grandes escritores e historiadores denominan “La Tragedia de Angostura de 1817, uno de los grandes errores del Libertador Simón Bolívar y uno de los actos inmorales que manchan su carrera luminosa”.

El 16 de octubre de 2014, conmemoramos el 197 aniversario del Fusilamiento del General en Jefe de los Ejércitos de Venezuela, Manuel Carlos Piar, ocurrido en la pared occidental de un templo que para 1817, año en el que fue ejecutado, no había sido terminado de construir y que hoy conocemos como la Catedral de Ciudad Bolívar.

En aquella Plaza de Angostura murió con gran heroísmo un hombre que no sólo batalló por la libertad de Venezuela, sino que también intentó ocuparse de su ordenamiento político y de comenzar a darle forma de República a un país, que se mantenía en guerra, sin que esto permitiera su avance hacia la verdadera libertad.

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