Es de conocimiento popular que atrás de aquello que solemos llamar «amor» hay mucho más que romanticismo y enamoramiento.
Estamos hablando de los efectos bioquímicos que se producen en nuestro cuerpo cuando empezamos a salir con alguien o empezamos en esa extraña etapa de enamoramiento.
Según la científica Helen Fisher de la Universidad Rutgers en New Jersey existen tres etapas claves para llegar a el «por siempre juntos», y todas ellas envuelven una cantidad definida de efectos químicos conocidos.
La lujuria
Esta etapa está obviamente dominada por el aspecto sexual y todo lo que ello conlleva. La testosterona y los estrógenos son las sustancias que más participan en esta etapa.
A pesar de lo que se cree cotidianamente, la testosterona no es solo parte del impulso masculino, sino que también juega un rol fundamental en el deseo sexual de la mujer.
La atracción
Esta etapa es muy importante en el camino del «amor». Las personas no pueden dejar de pensar más que en su enamorado o enamorada. Pueden perder el apetito e inclusive pueden necesitar dormir menos ya que prefieren pasar soñando en la persona deseada.
En esta etapa participan un grupo de neurotransmisores llamados «monoamines» los cuales llevan las riendas de la situación:
Dopamina (también se activa con la cocaína y la nicotina)
Norepinephrine (también conocida como noradrenalina- esta nos hace sudar y acelerar los latidos)
Serotonina (uno de los más importantes en este proceso y el cual nos puede hacer perder la cabeza)
La fijación
Esta etapa sigue a la atracción ya que nadie puede estar en «atracción» durante toda su vida. La fijación propone un compromiso más firme y hace las parejas sigan juntas y entren en la vida matrimonial y en la paternidad.
Dos hormonas principales se encargan de esta etapa:
Oxitocina – Esta hormona se presenta en las dos personas durante el sexo y hace que se encuentren en con un sentimiento de unidad. Estudios demuestran que las parejas que tienen más sexo son más unida.
Hormona antidiurética – Esta hormona también es importante en la unión de las parejas. Controla en gran parte a los riñones y fue descubierta mientras se estudiaban los comportamientos sociales de algunos roedores.
Es claro que estos fenómenos químicos existen, y están presentes, pero creo que tomarlos en cuenta debería quedar en el mundo científico y no en el social.
Fuente: ojocientifico.com
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