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Limpia traseros real: Un vergonzoso e insólito trabajo

Limpia traseros real: Un vergonzoso e insólito trabajo

¿Quién diría que limpiar traseros podría llevarte a ser Primer Ministro? Explora la sorprendente relevancia del «Groom of the Stool» en la corte inglesa y cómo algunos lograron ascender socialmente gracias a este vergonzoso trabajo.

A lo largo de la historia, hemos visto surgir trabajos increíbles y extravagantes, especialmente en las cortes reales. Uno de los cargos más curiosos y, en cierta medida, insólitos fue el de «Groom of the Stool», o como se podría traducir, el «Limpia Traseros Real». Este puesto, aunque hoy en día nos parezca inaudito, fue durante siglos uno de los más importantes y cotizados en la corte real de Inglaterra.

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Orígenes del Limpia Traseros Real

El primer monarca en instaurar esta peculiar necesidad fue Enrique VII de Inglaterra. Desde el siglo XVI, el «Groom of the Stool» se convirtió en una figura esencial en la vida diaria del rey. La persona que ocupaba este puesto no solo ayudaba al monarca en sus necesidades más básicas, sino que también tenía el privilegio (o la carga) de pasar largos periodos en íntima compañía del rey. Este nivel de cercanía otorgaba una enorme influencia en la corte.

El rey de Inglaterra y señor de Irlanda, Enrique VII, habría sido el primer monarca de la historia que sintió aquella curiosa necesidad de que alguien se encargase del mantenimiento y limpieza de su «trasero de sangre azul».

Un trabajo con responsabilidades singulares

El trabajo del Limpia Traseros Real no era para nada sencillo. Requería un gran esfuerzo físico y una buena disposición mental. El encargado debía seguir al rey por todo el palacio, llevando consigo la pesada silla destinada a las necesidades del monarca. Además, debía estar al tanto de la dieta y horarios de comidas del rey para organizar la agenda real en función de los hábitos gastrointestinales del monarca.

Más allá de las tareas físicas, el «Groom of the Stool» debía ser una persona educada y con habilidades conversacionales, ya que era necesario entretener al rey durante estos momentos de intimidad. Por esta razón, el cargo generalmente se otorgaba a jóvenes de la aristocracia.

Privilegios y peligros del cargo

Si bien el puesto podía parecer humillante, también ofrecía grandes ventajas. Los jóvenes que cumplían exitosamente con sus deberes eran recompensados generosamente. Podían recibir la ropa usada del monarca e incluso ascender a puestos de mayor prestigio, como el de secretario personal del rey. Un ejemplo notable es el de John Stuart, quien, tras ser «Groom of the Stool», llegó a convertirse en Primer Ministro Británico. Esta anécdota confirma la creencia popular de que «cuidar bien ciertos traseros» podía abrir muchas puertas.

Sin embargo, el cargo también conllevaba ciertos riesgos. Henry Norris, por ejemplo, fue ejecutado por Enrique VIII bajo la acusación de prestar demasiada atención a los órganos sexuales de la reina Ana Bolena. Jorge III, conocido como «El rey loco», tuvo hasta nueve diferentes «Grooms of the Stool» durante su reinado, lo que refleja la naturaleza complicada y a veces peligrosa de este puesto.

Fin de una era peculiar

El puesto de Limpia Traseros Real existió formalmente hasta 1901, cuando fue abolido por Eduardo VII. Durante sus cuatro siglos de existencia, el cargo no solo reflejó las extravagancias de la realeza, sino también la estructura social y política de la época.

¿Te hubiese gustado realizar este trabajo? Aunque suene improbable, en su tiempo, ser el «Groom of the Stool» era una oportunidad única para ascender socialmente y ganar la confianza del monarca. Hoy en día, sin embargo, solo queda como una anécdota curiosa y un tanto descabellada de la historia.

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