Hoy te traemos 7 interesantes hechos históricos que resultan sumamente sorprendentes. ¿Los conocías?
Según documentos geográficos árabes, anterior a la llegada de Cristóbal Colón a América, se habría producido una llegada a las costas sudamericanas. Según estos documentos, el rey Abubakari II de Malí (Cuenca del Níger) habría navegado, alrededor del año 1311 por las costas sudamericanas. Al parecer Abubakari habría desembarcado en la zona de la actual Panamá, y tras bajar hacia el sur, se habría instalándose entre los incas. ¿Será cierto?
Según otra documentación la llegada al continente americano se habría producido cuatro siglos antes del primer viaje de Cristóbal Colón. Según parece el Papa Pascual II (Bieda, 1050-Roma, 1118) habría nombrado al monje Eric Gnupsson obispo de una diócesis que estaba situada en el territorio de la actual Groenlandia y Vinlandia, es decir, Terranova y la zona costera de Canadá, que habría sido descubierta por una expedición vikinga al mando de Leiv Eriksson hacia el año 1000.
Según parece el Negus de Abisinia, actual Etiopía, Menelik II (Ankober, 1844-Addis Abeba, 1913) compró, poco después de que fuera probada en 1887 la primera silla eléctrica, tres unidades de nuevo método de ejecución. Lo curioso es que nunca pudo llegar a probarlas, ya que cuando las compró no se dio cuenta de que su país no disponía todavía de energía eléctrica, pese a los intentos de modernización del país que Menelik había emprendido. Al parecer, al final, Menelik decidió utilizar esas sillas eléctricas como tronos reales.
La vida del Artemision o Templo de Artemisa en Éfeso, una de la Siete Maravillas del mundo, fue breve y estuvo llena de destrucción. En el año 652 a.C. quedó destruido el primer santuario dedicado a Artemisa. Reconstruido, el Artemisio del siglo VI fue incendiado en el año 356 a.C.; reconstruido de nuevo, fue destruido de nuevo por los escitas en el siglo III a.C. Pese a que del templo no quedan más que ruinas, los investigadores han podido reconstruir como era: un gran templo de mármol blanco, de 130 metros de longitud, sustentado por doble columnata jónica de 117 columnas externas y triple columnata al oeste. Además, según cuentan las crónicas, a la entrada del templo se alzaba una estatura de oro de la diosa Artemisa de 5 metros de altura.
El soberano azteca Ahuitzotl (¿1486? – 1502) ha pasado a la Historia por su crueldad. Tras suceder a su hermano Tizoc, cuentan las crónicas que realizó sangrientas expediciones por todo México, incorporando la ciudad de Mitla y la región de la actual Veracruz al Imperio azteca. Famoso por su sed de sangre, cuentan también que el rey Ahuitzotl ordenó sacrificar nada menos que a 80.000 esclavos y prisioneros como ofrenda tras la construcción de un nuevo templo en honor de los dioses aztecas.
En 1888, durante uno de sus periodos como Presidente del Gobierno, el político español Práxedes Mateo Sagasta (Torrecilla de Cameros, 1827-Madrid, 1903) anunció la futura puesta en circulación de una nueva moneda de cinco pesetas. Según las crónicas de la época, antes de que se pusiera en circulación esta nueva moneda aparecieron en el mercado una gran cantidad de estos nuevos duros, falsos por supuesto. Ante semejante fracaso el gobierno tuvo que paralizar la emisión de esta nueva moneda, y dedicar sus esfuerzos a perseguir a los falsificadores que se habían adelantado a la nueva emisión.
Al parecer, durante la Segunda Guerra Mundial la necesidad de material de guerra provocó el perfeccionamiento de los procesos industriales hasta límites insospechados. Por ejemplo, el industrial estadounidense Henry John Kaiser (Sprout Brook, 1882 – Honolulu, 1967) se especializó durante la II Guerra Mundial en la prefabricación; sistema que aplicó a la construcción naval y aeronáutica. Así sus astilleros eran capaces de fabricar, montar y botar un barco de guerra en tan solo cuatro días.
Fuente: cabrobueno.blogspot.com
--
--