Una tormenta magnética es una reacción del planeta Tierra a las erupciones solares que nos llegan en forma de vientos. El Sol libera millones de partículas que son capaces de alcanzar a la Tierra luego de pocos días.
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La magnetósfera -campo magnético terrestre- minimiza sus efectos para que el plasma solar no produzca «efectos catastróficos». Los humanos siempre hemos vivido con la presencia de estas tormentas magnéticas.
Existen personas más sensibles a estos fenómenos meteorológicos del Sol, muchos podrían sentir molestias físicas, dolores de cabeza, irritabilidad o ansiedad.
Sin embargo, el astrónomo Serguéi Popov asegura que «resulta imposible predecir con exactitud la manera en que esa tormenta nos puede afectar», sumando que para estar totalmente seguros, hay que tener en cuenta tanto su magnitud como «la temperatura ambiente y la presión atmosférica» durante los días que dure el fenómeno.
El impacto de estas tormentas es relativo, podría generar daños en las comunicaciones de aviones con sus torres de control o en los sistemas de localización, que podrían dejar de funcionar o mostrarían datos incorrectos. También, las brújulas podrían sentir su impacto.
Es en los polos donde se concentra la mayor parte de estas partículas, donde pueden tener efectos vistosos: las auroras boreales que se pueden apreciar en algunos puntos cercanos al Polo Norte y las raras auroras australes que llegan a ocurrir en el sur.
Nuestro Sol nos da más que un flujo constante de calor y luz. El Sol baña regularmente la Tierra y el resto de nuestro sistema solar con energía en forma de luz y partículas con carga eléctrica y los campos magnéticos
explica la NASA
Con información de publimetro / lanacion / PlayBuzz
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Autor:
Andrea Gonzalez
