La tenebrosa historia de la «Isla de muñecas» de México

Julian Santana Barrera es el cuidador de la isla, una vez mientras hacía su recorrido habitual vio como el cuerpo inerte de una niña flotaba en las aguas, por más que intentó alcanzarlo no pudo. Al llegar a la orilla, descubrió una muñeca empapada y para hacerle honor a la niña, decidió colgarla en un árbol cercano.

Esa misma noche, Julián asegura que escucho pasos, llanto y gritos de sufrimiento, por lo que decidió colocar más muñecas para tratar de aplacar el sufrimiento de la niña.

Santana explica que desde que encontró la primera muñeca, la esencia de la isla se volvió tétrica y misteriosa. Cuenta su leyenda, que las muñecas emiten sonidos extraños, se mueven solas y algunas están poseídas por fuerzas demoníacas.

Julián ocultó la historia a toda su familia y por más de 50 años vivió solo en la isla, muchos pensaban que había perdido la cabeza porque se dedicaba a recolectar muñecas, nunca hablaba con nadie y su temperamento tranquilo con el tiempo se transformó en misterioso.

Su sobrino Anastasio fue el único que consiguió sacarle información sobre su modo de vida y de ahí es que se conoce la historia de la isla. El respeto completamente el modo de vida de su tio y lo apoyó hasta el momento de su muerte.

Después de su partida, la isla se convirtió en un atractivo turístico y recibe a más de 6.000 personas al año, quienes buscan asombradas escuchar las historias de las muñecas que se mueven y hablan. Ha tenido importantes apariciones en canales internacionales de televisión y en la prensa mundial.