Aunque pueda parecer extraño, los antipapas han existido durante gran parte de la historia del catolicismo. Pese a que los últimos antipapas reconocidos por la Iglesia Católica datan del siglo XV, en la actualidad existen más de una docena de antipapas no oficiales, algunos tienen incluso su propia página web.
Pero, ¿qué es un antipapa? Hay tres causas principales que han originado la aparición de antipapas a lo largo de la historia: discordancia en la doctrina, que el pontífice fuera deportado o encarcelado, o que se produjera una doble elección papal. El antipapa aparece por alguno de estos motivos con la intención de usurpar las funciones y los poderes que corresponderían al Papa elegido legítimamente por la Iglesia Católica Apostólica Romana. El controvertido título de antipapa no implica necesariamente profesar una doctrina contraria a la fe católica, sólo la intención de usurpar al Papa su puesto.
La historia de los antipapas, al menos los así reconocidos por la Iglesia, comienza con San Hipólito de Roma, cuyo «antipapado» duró del año 217 al 235, cuando murió como mártir ya reconciliado con la Iglesia.
Hay historias realmente ilustrativas de las luchas por conseguir el poder en el seno de la Iglesia Católica. Entre los años 896 y 904, ante las diferencias entre los partidarios del Papa León V y el antipapa Cristóbal, un tercer reclamante, Sergio III, acabó siendo proclamado papa tras hacer estrangular a los primeros. Mucho más notable fue el llamado Gran Cisma de Occidente. Tras la designación de Urbano VI en 1378, los vicios de su cohorte, su cuestionado comportamiento y su supuesta ordotoxia, los cardenales se volvieron a reunir y eligieron al antipapa Clemente VII.
Este cisma se prolongó durante medio siglo y no se resolvió hasta el Concilio de Constanza, donde se depuso a todos los pretendientes y se eligió a Martín V.
Por sorprendente que parezca, la historia de los antipapas llega hasta la actualidad. En pleno siglo XX, las diferencias doctrinales con el Concilio Vaticano II han originado una tendencia doctrinal llamada sedevacantismo, opuesta a algunas de las conclusiones a las que se llegaron en dicho concilio. Los sedevacantistas niegan la legitimidad de todos los papados desde Juan XXIII, convocante del Concilio Vaticano II y que murió sin que éste concluyera. Califican de heréticas las posturas actuales de la Iglesia Católica imperante, con lo que consideran que la sede papal está vacante.
Por otro lado, actualmente, la lista de antipapas pertenecientes a distintas iglesias escindidas o sectas se extiende por diversos países de distintos continentes. En España, la Iglesia Católica Palmariana, con sede en Sevilla, reconoce como papa a Manuel Alonso Corral, que comparte nombre pontificio con Pedro II de Canadá, Pedro II de Francia, o Pedro II de Dakota del Norte entre otros. Ahitler I de Kenia, Clemente XV de la Iglesia Renovada de Cristo o Adrián VII, antipapa residente en California, son algunos de los últimos antipapas no reconocidos por la iglesia. En Internet se pueden visitar las páginas webs de antipapas como la de Miguel I o la de William Kamm (Pedro II).
Con información de: muy interesante
Foto: Sulueta del papa Shutterstock
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