Conocido por su carácter dictatorial es difícil imaginarlo enamorado, pero una mujer logró llegar a su corazón y cambiar completamente su perspectiva del amor, convirtiéndose así en el eterno amor de su vida.
¿Quién fue Kato Svanidze?
Ketevan Svanidze (1885-1907) fue una mujer rusa conocida por ser la primera esposa del presidente Joseph Stalin, era educada y de carácter muy tranquilo que trabajaba como diseñadora y costurera para un famoso atelier de belleza que servía a las fuerzas armadas y a la realeza.
¿Cómo inició el amor entre Stalin y Svanidze?
La relación entre ambos tuvo un inicio bastante particular: el joven Joseph Stalin era muy conflictivo y se metía en constantes problemas por pequeños robos y asuntos de drogas, el papá de Ketevan decidió adoptarlo para evitar que continuara en malos pasos y terminó por hacerse cargo de él.
Cuando Stalin se muda a la casa de los Svanidze, se enamora completamente de Ketevan y ambos iniciaron una relación muy estrecha. “Ella estaba completamente fascinada por él y sus ideas encantadoras. Lo adoraba” recuerda Monaselidze, su cuñado.
Un matrimonio en secreto
Los jóvenes enamorados decidieron casarse, a pesar de que Stalin era ateo, accedió casarse por la iglesia y después de convencer a un sacerdote, efectuaron la ceremonia un 29 de julio de 1906 a las 2 a.m. en la Catedral de San David, acudieron únicamente los familiares y amigos más cercanos de ambos.
Pese a la diferencia de caracteres, los jóvenes estaban muy enamorados, su cuñado recuerda: “Estaba sorprendido sobre cómo Stalin que era tan severo en su trabajo y tan fuerte con sus colegas, podía ser tan dulce, cariñoso y atento con su esposa.”
Una terrible ola de mala suerte desvanece la felicidad
El matrimonio se llevaba excelente, ya tenían un pequeño niño llamado Yakov Iosifovich Jugashvili, y todo marchaba de maravilla, el amor de Stalin por su esposa aumentó enormemente después del nacimiento de su hijo.
En Agosto de 1907, Stalin viajó a Alemania para un importante congreso socialista y en ese momento Ketevan enfermó, su cuñado escribe:
“Stalin salía muy temprano en la mañana y regresaba muy tarde en la noche mientras que su esposa pasaba todo el día preocupada temiendo que lo arrestaran. La preocupación, más una mala dieta, pocas horas de sueño al día y el calor, la debilitaron y se enfermó. Lamentablemente no tenía nadie cercano que la cuidara y su esposo estaba tan ocupado con el trabajo que olvidó a su familia.”
La familia de Ketevan se enteró de su enfermedad y suplicó a Stalin que la llevara a su casa para cuidarla, él no acudió a su ayuda hasta que se dio cuenta que su esposa estaba cada vez peor y decidió llevarla, durante el viaje empeoró notablemente y murió en los brazos de Stalin un 5 de diciembre de 1907. Se presume que estaba enferma de Tifus pero otros historiadores dicen que murió de tuberculosis.
Un amor imposible de olvidar
Después de la muerte de su esposa, Stalin se sumergió en una terrible depresión y en su funeral, dijo : «Esta mujer suavizó mi corazón de piedra y con ella murieron mis últimos sentimientos positivos por la humanidad», pese a que se casó nuevamente y tuvo otros hijos, su primer y único amor verdadero fue Ketevan.
El amor de Stalin por su esposa fue tal, que le confesó a su hija menor Svetlana Alliluyeva, que Ketevan fue «Muy dulce y hermosa, ella derritió mi corazón.»
Con información de Executed Today
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