Probablemente una de las pinturas más reconocidas de la historia, La Mona Lisa de Leonardo Da Vinci, vista en persona causa un poco de decepción, sus dimensiones (77 × 53 cm) hacen que sea difícil detallarla si no es muy de cerca (lo que es casi imposible debido a la afluencia de turistas que se aglutinan a su alrededor a toda hora en el museo de Louvre), entonces ¿por qué esta pintura es considerada como la más famosa de la historia?
Origen
Habría que comenzar por su origen, primero es la última obra gran obra del maestro Leonardo Da Vinci, quien estuvo retocándola por años y estuvo en su poder hasta su fallecimiento en su residencia del castillo de Clos-Lucé, Francia.
La modelo
Luego tenemos el misterio de la modelo, se cree que fue Lisa Gherardini, quien vivía justo en frente al Maestro Da Vinci y que era la esposa del acaudalado comerciante Francesco del Giocondo, hay quienes dudan al respecto, inclusive alegando que no es una mujer.
La sonrisa
Leonardo da Vinci pintó a Mona Lisa buscando el efecto de que la sonrisa desapareciera al mirarla directamente y reapareciera sólo cuando la vista se fija en otras partes del cuadro. El juego de sombras refuerza la sensación de desconcierto que produce la sonrisa.
No se sabe si de veras sonríe o si muestra un gesto lleno de amargura. Sigmund Freud interpretó la sonrisa de la Gioconda como el recuerdo latente que había en Leonardo de la sonrisa de su madre.
Todo lo anterior aunque interesante, no es lo que le dio la fama a esta obra, sino sus idas y venidas en la historia universal.
Luego de la muerte de Da Vinci, La Mona Lisa fue adquirida por el rey francés Francisco I, que la habría comprado por un importe de 12 000 francos (4000 escudos de oro) y quien la mandó a colgar en su cuarto de baño.
Tras la muerte del rey, la obra pasó a Fontainebleau, luego a París y más tarde al palacio de Versalles, al estallar La Revolución Francesa llegó al Museo del Louvre, lugar donde se trasladó en 1797.
Compañera de cuarto de Napoleón
En 1800 Napoleón Bonaparte en una de sus primeras peticiones como emperador fue sacar el cuadro del museo y colocarlo en su dormitorio del palacio de las Tullerías, este se refería al cuadro como “Madame Lisa”.
Al ser derrotado Bonaparte, la pintura regresó al Museo de Louvre, donde descansó tranquila hasta el año 1911 que fue robada.
El robo y la fama
Antes de su robo en 1911, La Mona Lisa era un simple cuadro más, sin embargo, debido a los avances en materia de comunicaciones, el robo fue noticia en todo el mundo y se cree que fue el primer delito contra la propiedad en ser noticia mundial.
El Gobierno francés trató el robo como asunto de estado, y la prensa La Mona Lisa se dio a conocer por todo el mundo, Aparecía en noticieros cinematográficos, cajas de chocolate, postales y vallas. De repente se transformó en una celebridad al estilo de estrellas de cine y cantantes.
Las visitas al Louvre aumentaron considerablemente, pero la gente iba a ver el espacio donde una vez estuvo colgada la obra.
Sospechosos famosos
La policía francesa siguió infinidad de pistas, muchas derivadas de la publicidad generada por la prensa, una de las pistas falsas los llevó al poeta Guillaume Apollinaire, quien fue detenido y que señaló al pintor Pablo Picasso como sospechoso del robo, al interrogar a Picasso, la policía lo dejó ir ya que no tenían pruebas. A su vez liberaron a Apollinaire una semana después. Nuevamente la policía no tenía nada.
Aparece la Mona Lisa
En 1913, carpintero italiano llamado Vincenzo Peruggia intentó vender un cuadro al director de la Galleria degli Uffizi de Florencia, Alfredo Geri, este al constatar que se trataba de la famosa Gioconda, contactó a la policía y detuvieron a Peruggia.
Durante los interrogatorios Peruggia explicó a la policía como y porque había robado la pintura: El carpintero trabajó en el Louvre hasta 1911 y fue el encargado de colocar el vidrio que protegía la pintura, así que conservaba el uniforme de museo (un overol blanco), Peruggia simplemente entró en el museo, descolgó el cuadro, lo metió en el overol y salió de ahí caminado tranquilamente.
En cuanto a la razón de porqué robar un cuadro, Peruggia les explicó a los investigadores que había sido víctima del racismo por parte de los franceses y quería en un extraño acto de patriotismo, devolver la obra a su lugar de origen, aunque en su poder encontraron una lista de posibles compradores norteamericanos, así que al parecer simplemente vio una oportunidad y la tomó.
Peruggia fue condenado a un año y 15 días de cárcel, que luego se redujeron a siete meses y nueve días.
De regreso a casa
Luego de haber sido exhibida en Florencia, Roma y Milán, La Mona Lisa regresó a su casa y salvó un breve paréntesis durante la Segunda Guerra Mundial que estuvo protegida en el castillo de Amboise y posteriormente en la abadía de Loc-Dieu, ha estado colgada allí para maravillarnos a todos con su sonrisa.
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