Un arcoíris de luz ha invadido la iglesia de San Juan en Scunthorpe Inglaterra. La artista Liz West se encargó de llenar de colores las paredes construidas en 1891 para resaltar la belleza de la arquitectura antigua con un toque de modernidad.
La iglesia de San Juan destacada por su estilo gótico se convirtió en el «Visual Arts Centre» y ahora resguarda hermosas obras de arte y exposiciones de artistas de todo el mundo, una de ella es Liz West.
Liz West es una artista inglesa que crea obras de arte utilizando colores luminosos y luces brillantes. Estudia la reacción de la audiencia al ser expuesta a una locación completamente llena de color y cómo esto puede influenciar el comportamiento.
West, quien es amante de los colores, usa en sus exhibiciones materiales que reflejen la luz (como espejos o pantallas blancas) para lograr una explosión de color en todo el espacio.
Our Colour Reflection
Our Colour Reflection es una instalación de más de 700 espejos de 3 tamaños distintos con 15 tonalidades de color. Cada espejo está ubicado estratégicamente para iluminar un rincón específico de la estructura durante el día.
Entre la búsqueda de la locación perfecta, la compra de materiales y el diseño total de la obra, West necesitó años de planificación pero no por la parte creativa, sino por lo difícil de la logística, “se convirtió en el desafío más grande de mi vida” dijo la artista.
Los espejos reflejan la luz natural y hacen que los colores que rodean la instalación estén en constante movimiento, toda la instalación varía según la hora del día y cuando ya no hay luz solar, utilizan reflectores que imitan el movimiento.
La artista colocó cada uno de los espejos de forma detallada y específica, a pesar de no tener planos exactos fue fiel a su visión, “Fue difícil lograr que creyeran en mi visión, tenía que convencer constantemente al equipo de que todo iba a funcionar”.
La luz del día juega un papel fundamental en la obra, si bien el edificio cuenta con luces artificiales manipulables, la idea principal es que los colores brillen según la intensidad de la luz natural. Por lo que cada día tendrá una esencia diferente.
La interacción con el público
La obra necesita interacción por parte de la audiencia, la experiencia intensifica los sentidos y busca explorar el interior de cada uno de los espectadores de forma física, emocional, psicológica y hasta espiritual.
“Los espectadores tendrán sus propias perspectivas y experiencias basadas en su propio desplazamiento alrededor de todo el espacio”.
West explica que cada uno de los espectadores tiene una percepción única de la obra “hay algunos que piensan en arcoíris, otros en vitrales, la idea es que los mueva y los impulse a sentir.”
Con información de: Liz West | Design Boom
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