Nerón Claudio César Augusto Germánico, en latín Nero Claudius Cæsar Augustus Germanicus, fue emperador del Imperio Romano entre el 13 de octubre de 54 y el 9 de junio de 68, último emperador de la dinastía Julio-Claudia.
Nacido el 15 de diciembre del 37 como fruto del matrimonio entre Cneo Domicio Ahenobarbo y Agripinila, accedió al trono tras la muerte de su tío Claudio, quien anteriormente lo había adoptado y nombrado como sucesor en detrimento de su propio hijo, Británico.
Te traemos un recorrido cronológico sobre la historia de este mítico personaje.
• Las posibilidades de que Nerón ascendiera al trono eran muy escasas, ya que su tío materno, Calígula, comenzó su reinado a la edad de 24 años, tiempo más que suficiente para tener o nombrar a sus propios herederos. Además, su madre perdió el favor de Calígula y tras la muerte de su esposo en el 39 estuvo en el exilio.
• Antes de que Calígula empezara siquiera a mover la lenta maquinaria de los preparativos para su sucesión, fue asesinado junto a su esposa Milonia Cesonia y su hija Julia Drusilla en el año 41.
• El asesinato de Calígula elevó al trono al tío del finado emperador, Claudio.
• Nerón se proclamó adulto a la edad de 14 años. Fue nombrado procónsul y entró por primera vez en el Senado, además de disertar ante la Cámara. Realizó sus primeras apariciones públicas junto a Claudio y apareció en las monedas emitidas durante el gobierno de su tío como su sucesor. Se casó además con su hermanastra Claudia Octavia.
• Cuando Claudio murió en el año 54, Nerón ascendió al trono como su inmediato sucesor. Aunque existen muchas discrepancias entre los antiguos relatos sobre la muerte de Claudio, muchos de estos establecen a Agripinila como la asesina, alegando que la madre de Nerón lo envenenó. Sin embargo, no existen pruebas contundentes de dicha acusación.
• Nerón se convirtió en emperador a los 16 años de edad.
• Tras cinco primeros años de reinado bastante tranquilos, recordados más tarde como uno de los mejores periodos de la historia romana (en los cuales se estableció el protectorado romano sobre Armenia), el emperador empezó a convertirse en un tirano sin escrúpulos, interesado tan sólo por gozar de los placeres de la vida y de la belleza, bajo la influencia de su caprichosa amante Popea (que le obligó a divorciarse de Octavia y a asesinarla en el 62, para casarse con ella misma).
• Embarcado ya en un despotismo delirante, Nerón cometió toda clase de atrocidades y extravagancias: se dedicó a hacerse adular como poeta, músico, bailarín y deportista en actuaciones públicas; hizo arder la ciudad de Roma para reconstruirla a su gusto (64); desató persecuciones contra los cristianos acusándoles de ser los culpables del incendio; intentó ganarse al pueblo con espectáculos y regalos en los que arruinó el tesoro imperial; e incluso provocó la muerte de Popea, haciéndola abortar de una patada durante un acceso de cólera.
• Una conjura organizada por Pisón para derrocarle fue descubierta y castigada (65); como represalia, Nerón ordenó suicidarse, entre otros, a sus antiguos amigos Séneca y Petronio. Tres años después se rebelaban contra él los gobernadores de las Galias (Julio Vindex), la Hispania Citerior (Galba) y Lusitania (Otón); la rebelión halló eco en el Senado, que acordó deponer al emperador en el 68. Nerón se hizo matar por su secretario cuando iba a ser arrestado, dando paso a un año de confusión en el que pugnaron por el poder cuatro emperadores (Galba, Vitelio, Otón y Vespasiano).
• El reinado de Nerón se asocia comúnmente a la tiranía y la extravagancia.
• Se le recuerda por una serie de ejecuciones sistemáticas, incluyendo la de su propia madre y la de su hermanastro Británico, y sobre todo por la creencia generalizada de que mientras Roma ardía él estaba componiendo con su lira, además de como un implacable perseguidor de los cristianos.
• Pocas de las fuentes antiguas que han sobrevivido lo describen de manera favorable, aunque sí hay algunas que relatan su enorme popularidad entre el pueblo romano, sobre todo en Oriente.
• La verosimilitud de los documentos que relatan los tiránicos actos de Nerón es motivo de controversia en la actualidad. Separar la realidad de la ficción, en relación a los escritos clásicos, puede resultar imposible.
Foto: Neron Shutterstock
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