El 15 de junio en el año 1859 comenzó uno de los conflictos internacionales más particulares de la historia, cuando Gran Bretaña y los Estados Unidos se vieron envueltos en lo que se conoció como «La Guerra del Cerdo».
Estaba en juego la soberanía sobre la pequeña isla de San Juan. La disputa surgió como consecuencia de un intento por definir la frontera entre EE.UU. y Canadá: el Tratado de Oregón de 1843.
En 1859, la atmósfera de hostilidad estalló de forma espectacular. El catalizador involuntario de la conflagración fue un cerdo, que pertenecía al irlandés Charles Griffin. El cerdo tomó la fatídica decisión de pasear por la propiedad del norteamericano Lyman Cutlar, donde se lanzó sobre el jardín de vegetales del granjero. Cutlar, una vez que descubrió al intruso, tomó su rifle y mató al cerdo.
Cuando las noticias sobre la crisis llegaron a Washington y Londres, los funcionarios de ambas naciones se sorprendieron y tomaron medidas para calmar un incidente internacional potencialmente explosivo.
En septiembre, el presidente de EE.UU. James Buchanan envió al general Winfield Scott a negociar con el gobernador Douglas y resolver la creciente crisis. Esto era en el mejor interés de los Estados Unidos, dado que las tensiones regionales dentro del país iban en aumento, para luego culminar en la Guerra Civil. Scott había calmado dos crisis fronterizas entre los dos países en la década de 1830. Llegó a las Islas San Juan en octubre y comenzó las negociaciones con Douglas.
Como resultado de las negociaciones, ambas partes acordaron mantener la ocupación militar conjunta de la isla, hasta que se alcanzase una solución definitiva, reduciendo su presencia a una fuerza simbólica de no más de 100 hombres.
Durante los años de ocupación militar conjunta, las pequeñas unidades británicas y norteamericanas en la isla de San Juan mantuvieron una vida social conjunta muy amistosa, visitando los unos los campamentos de los otros para celebrar sus fiestas nacionales respectivas y disputando diversas competiciones deportivas. Los guardas del parque explican a los visitantes que la mayor amenaza para la paz en la isla durante estos años fue «la gran cantidad de alcohol disponible».
COn información de: tuhistory
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