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Horrores Humanos: Junko Furuta, un infierno de torturas y humillaciones que duró 44 días

El 18 de enero de 1971 nace en Tokio, Japón, Junko Furuta, una estudiante de 17 años que fue brutalmente asesinada por unos compañeros del colegio en noviembre de 1988. Te contamos la historia del crimen que superó todas las historias de terror de la pantalla grande y que quedó prácticamente impune, dejando en evidencia la poca dureza de la legislación japonesa…

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Junko Furuta era una estudiante de tercer año de secundaria de la escuela de Misato, en la prefectura de Saitama en Japón, y tenía 17 años de edad. Según las descripciones que dieron sus amigas más cercanas, Junko era una joven muy inteligente que destacaba en todas las asignaturas del colegio, dulce y, aunque era algo tímida, se llevaba muy bien con todas las personas que conocía; jamás había tenido novio ni ningún tipo de relación con alguien y no le gustaba salir de fiesta… 

Según relatan algunas fuentes, un compañero de clase llamado Miyano Hiroshi estaba obsesionado con ella debido a que por más que la cortejaba, Junko no le prestaba atención y él no estaba acostumbrado a eso. Todos “respetaban” –o más bien le temían- a Hiroshi debido a que no era un secreto para nadie que pertenecía a la Yakuza, una mafia japonesa que data del siglo XVII que es extremadamente peligrosa y que sus principales actividades delictivas son la extorsión, el tráfico de drogas, prostitución, apuestas ilegales, tráfico de armas y trata de seres humanos.

El inicio de la tragedia de Junko Furuta

El 25 de noviembre de 1988, mientras Junko se dirigía a su casa, fue abordada por Hiroshi y tres de sus amigos la secuestraron. Aún no se sabe si lo hicieron mediante intimidación o si la convencieron, afirmando, por ejemplo, que necesitaban su ayuda con algún trabajo o investigación del colegio, pero lo cierto es que en ese momento empezó el infierno de Junko Furuta que duró 44 días…

El grupo de secuestradores estuvo conformado por el ya mencionado Miyano Hiroshi, de 18 años de edad; Jo Kamisaku -apellido adoptado tras su salida de prisión-, de 17 años; Minato Nobuharu, de 16; y Watanabe Yasushi de 17 años. 

Los adolescentes llevaron a Junko a la casa de padres de Nobuharu y, con el fin de evitar una investigación policial, la obligaron a llamar a sus padres y fingir que había huido de casa, pero sosteniendo que se encontraba con un amigo y que estaba bien.

Aunque los padres de Minato Nobuharu quedaron muy extrañados al ver a Junko con los adolescentes, Hiroshi la amenazó para que se hiciera pasar por la novia de uno de los chicos. No obstante, ante la paranoia de los padres de Nobuharu abandonaron la excusa del noviazgo y los amedrentaron para que no llamaran a la policía. Como Hiroshi pertenecía a los yakuza, los amenazó con que podía matar a cualquiera que interviniera.

A partir de ese momento Junko Furuta vivió lo que posiblemente sea uno de los secuestros más terribles del siglo… Durante los siguientes 44 días sufrió torturas tan perturbadoras que van más allá de lo imaginable. 

El final de Junko Furuta

El 4 de enero de 1989 falleció la joven después de una serie de atrocidades que le habían hecho ese día y que no pudo resistir más. Los asesinos escondieron su cadáver en un bidón lleno de cemento, el cual fue abandonado en Kōtō, Tokio. Sin embargo, un año después la policía encontró el cuerpo y un informante infiltrado en la yakuza delató a los asesinos que a continuación fueron arrestados y puestos a disposición judicial…

Los adolescentes confesaron todos los crímenes cometidos y cada una de las torturas que le hicieron a Junko durante esos días. Según las declaraciones de los jóvenes en el juicio, mantuvieron a la joven desnuda y encerrada en una habitación durante los 44 días, donde los cuatro la violaron y vejaron de diversas maneras entre las que figuran la introducción de cuerpos extraños -incluyendo una barra de hierro en su vagina-, inserción de artefactos pirotécnicos en su recto y posteriormente prenderlos, lo que le ocasionó daños evidentemente graves.

Normalmente forzaban a Furuta a masturbarse delante de ellos, además de 100 amigos que invitaban constantemente a participar en las atrocidades; sufrió la amputación de un pezón con unos alicates, le dejaban caer pesas en el estómago y la quemaban constantemente con cigarrillos y mecheros (esto sirvió como castigo cuando una vez Junko intentó escaparse y llamar a la policía), la obligaban a beber su propia orina y la alimentaban con cucarachas…

Se tiene registro de un total de 24 tipos de tortura distintas (que serán enlistadas más adelante) las cuales están documentadas debido a que los 4 adolescentes grabaron y fotografiaron todo lo que le hacían a Junko para compartirlo con los otros miembros de la mafia…

Una de las cosas más terriblemente indignantes y tristes sobre este atroz suceso es que los 4 asesinos fueron enjuiciados y procesados como menores de edad, por lo que las condenas fueron ridículamente cortas para lo horrendo de sus actos; hoy todos se encuentran en libertad… La condena más alta fue de 17 años y las otras rondaron los 5 y los 7 años.

Este suceso tuvo una repercusión mediática bastante fuerte debido a que la prensa realizó una cobertura amarillista del hecho, enfocándose en la vida de Furuta y el infierno por el que pasó, con el fin de resaltar y denunciar la poca dureza de la legislación japonesa contra delincuentes juveniles.

Las torturas 

La situación llegó a tal punto que, según las declaraciones de uno de los acusados, Furuta demoraba más de una hora en arrastrarse por las escaleras para ir al baño, pero que eso no fue problema porque un día la obligaron a insertarse un bombillo en sus partes íntimas que estalló causando graves quemaduras en su interior y haciéndola perder totalmente el control de su esfínter.

También señalaron que «probablemente unas cien personas» sabían que Furuta estaba allí prisionera y que participaron en las violaciones y abusos perpetrados; de hecho, los médicos forenses determinaron que sufrió más de 500 violaciones por un número desconocido de personas (se calculan que más de 100)… Las torturas infligidas a Junko Furuta fueron las siguientes:

  • Tenerla desnuda la mayor parte del tiempo.
  • Violarla entre los cuatro todos los días.
  • Invitar a miembros de la mafia yakuza a violarla: se calcula que más de 100 hombres la violaron un total de 500 veces y, en una ocasión, 12 hombres en un mismo día.
  • Golpearla a cada momento, incluso con tubos y palos de golf.
  • Estrellarle la cara repetidamente contra el suelo de cemento.
  • Orinar sobre ella.
  • Fotografiar y grabar todo el tiempo las torturas.
  • Obligarla a masturbarse delante de sus captores o sus invitados antes de violarla, mientras estos tomaban cerveza.
  • Introducirle objetos en la vagina, incluyendo una botella, una barra de hierro y un bombillo.
  • Privarle del agua y la comida.
  • Hacerle comer cucarachas vivas y beber su propia orina.
  • Insertarle un aparato pirotécnico en el recto y encenderlo, causándole graves quemaduras.
  • Amputarle el pezón izquierdo con un alicate.
  • Atarla de pies y manos, acostarla boca arriba, y dejarle caer mancuernas en el estómago.
  • Hacerle perder el control de los esfínteres.
  • Castigarla cada vez que se orinaba.
  • Romperle todos los huesos de una mano a pisotones.
  • Inserción en su vagina de tijeras y pinzas para pollo asado, desgarrándosela.
  • Colgarla del techo y usarla como saco de boxeo.
  • Meterle varias horas en un congelador.
  • Quemarle los párpados con cera caliente.
  • Clavarle docenas de agujas de coser en los pechos.
  • Quemarle en la vagina con cigarrillos y en el clítoris con encendedores como forma de castigo en las oportunidades que intentó escaparse.
  • Insertarle una lamparita caliente en la vagina, que se rompió dentro, provocándole serias lesiones y así causando su muerte.

El día 44 del infierno que vivió Junko, los adolescentes la retaron a jugar una partida de Majhong (un juego de mesa de origen chino) para “burlarse” de que, después de todas estas atrocidades, ya ella no podía ser la joven brillante que era en el colegio… Sin embargo, Junko ganó la partida, lo que enfureció terriblemente a sus captores. Como represalia, los jóvenes la golpearon brutalmente y encendieron sus piernas y brazos en llamas. Su cuerpo resistió un rato, pero al cabo de unas horas no pudo soportarlo más y murió ese mismo día, el 4 de enero de 1989…

Con información de Wikipedia | El Pensante | Playbuzz

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