Los Juegos Olímpicos del régimen nazi
Los Juegos Olímpicos de 1936 fueron llevados a cabo en la ciudad de Berlín, Alemania. Este honor le fue concedido a la nación en 1931 con la finalidad de reinsertarla al panorama internacional, tras su derrota en la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, desde incluso antes de que comenzara la competencia, existió un atleta tan talentoso como extraordinario, quien se encontraba en el auge de su carrera como deportista.
¿Quién fue Jesse Owens?
James Cleveland Owens fue un campeón olímpico con cuatro medallas de oro en las disciplinas concernientes al atletismo, como las carreras de velocidad y el salto de longitud. El deportista originario de Alabama, Estados Unidos, ya contaba con una brillante carrera antes de competir en los Juegos Olímpicos de 1936, donde haría historia.
A pesar de su buen rendimiento en el equipo de atletismo en la Universidad de Ohio,nunca le fue otorgada una beca. Por el contrario, el hecho de ser un hombre afroamericano en los años de la segregación en Estados Unidos, le produjo un sinnúmero de complicaciones que iban más allá del ejercicio del deporte.
Owens no solo fue excluido de los beneficios universitarios, sino que, como a todos los afrodescendientes de la época, se veía obligado a almorzar en comedores distintos a los de los estudiantes blancos, así como ir a baños segregados e ingresar a su casa de estudios por puertas traseras.
Sin embargo, fue este mismo tratamiento lo que impulsó a Owens a participar en los Juegos Olímpicos de 1936, pues ya estaba considerablemente familiarizado con el racismo y el menosprecio de la sociedad que lo vio nacer.
A diferencia de otros deportistas judíos que decidieron abstenerse a presentarse en la competición; Owens había ganado ocho títulos para la Asociación Nacional Deportiva Universitaria, y, en 1935, a un año de los Juegos Olímpicos, Owens se había encargado de batir tres récords mundiales y de igualar otro. El atleta más que una celebridad internacional, era una leyenda viviente.
Jesse Owens, la leyenda que ridiculizó a Adolf Hitler
A pesar de que desde 1931 se había elegido a Berlín como la ciudad en la que se llevarían a cabo los Juegos Olímpicos, en los 5 años siguientes, Adolf Hitler no se vio particularmente interesado por el evento.
Todo eso cambió cuando su mano derecha, Joseph Goebbels, quien fungía como representante del Ministerio de Información y Propaganda, le participó que se trataba del momento ideal para llevar a cabo una planificación mediática con fines propagandísticos, con los cuales se pudiesen demostrar las teorías supremacistas que desde 1933 comenzaban a expandirse por el territorio alemán.
Incluso, se contó con la participación de la cineasta Leni Riefenstahl, quien ya había sido la encargada de realizar el proyecto de Triumph des Willens, el documental que corresponde a la fiel memoria historiográfica de la Alemania nazi, según la perspectiva de Adolf Hitler, tal y como quería ser recordado en la historia.
La primera medalla de oro de Jesse Owens se debió a los extraordinarios 10,3 segundos en los que recorrió 100 metros lisos.
La segunda, por su parte, venció en salto de longitud durante el cuarto día de la competencia. Tiempo después, el atleta comentó que la verdadera razón por la que consiguió ganar esta medalla en particular se debió al trato y a los consejos por parte de su rival, Luz Long.
Owens contó que su contrincante de 21 años de edad, al ver que se encontraba en dificultades para mejorar su salto de longitud, le dijo:
«Algo debe estar preocupándote, deberías haber calificado con los ojos cerrados» – Luz Long.
En el marco de los Juegos Olímpicos, Jesse Owens siempre había sobresalido, particularmente, en esta disciplina. Pero en esta oportunidad había fallado en los dos primeros intentos en la ronda clasificatoria.
«Lo que más recuerdo fue la amistad que tuve con Luz Long. Fue mi rival más fuerte, sin embargo, fue él quien me recomendó que ajustara mi actitud en la ronda de clasificación y, por lo tanto, me ayudó a ganar» – escribió Jesse Owens, sobre su amigo y rival.
A desconocimiento de los nazis que se encontraban detrás del evento, Luz no solo era un competidor rival para Owens, sino un fiel admirador en el campo de las disciplinas de atletismo. El respeto que Long le había concedido al atleta norteamericano fue suficiente para que este lograse su objetivo, dejándole tanto a Alemania como al mundo, una lección inolvidable sobre la pasión y el oficio.
La tercera medalla del atleta norteamericano le fue otorgada el quinto día de competencia, cuando arrasó en la carrera de 200 metros. Finalmente, su cuarto reconocimiento se debió al relevo 4 x 100 metros relevos.
A pesar de que Jesse Owens no tenía permitida la entrada a los dormitorios de la Villa Olímpica, e incluso en su honorífico regreso se le negó la entrada principal del Hotel Waldorf Astoria; la pasión y la disciplina le enseñó una lección a la humanidad.
Con información de: Revista GG | Entrepreneur | Marca | Getty Images |
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