A diferencia de otras civilizaciones mesoamericanas como los mayas y los mexicas, los incas no tenían un panteón mitológico con demasiadas deidades; sin embargo, sí adoraron a importantes dioses y es precisamente Inti el que tiene un legado aún vigente… ¡Conócelo!
Se considera que Viracocha, el dios creador de la civilización, era la deidad más importante entre sus divinidades, pero es Inti, el mismo sol, quien tenía un culto bastante notorio y quien además trascendía hasta la humanidad.
La leyenda generalmente lo describe como hijo de Viracocha, mientras era hermano y esposo de Mama Quilla, quien era la diosa representativa de la luna. Se dice que junto con ella engendró a dos hermanos, Mama Ocllo y Manco Cápac, siendo este último, según la leyenda, el primer emperador inca de la historia.
Al igual que sus padres, Manco Cápac y Mama Ocllo fueron un matrimonio, así que la tradición inca relataba que juntos fueron los primeros líderes de la antigua civilización inca, pues los hombres vivían como “salvajes” y la pareja fue creada con el fin de comandar.
Es debido a esta historia que se consideraba que los emperadores eran descendientes de Inti… es decir, del mismo sol.
Con el tiempo, la adoración a Inti superó la devoción previa que profesaban por Viracocha, y se recuerda específicamente al Sapa inca (emperador) Pachacútec por haber promovido la idolatría a él. Y no es de extrañar, pues fue Pachacútec, quien logró convertir a la civilización inca en un imponente imperio, probablemente mientras rezaba al dios sol.
Pero la presencia de Inti en la tierra no se limitaba al regente inca…
Los antiguos habitantes del actual Perú (y demás países del antiguo imperio) también contaban con un Willaq Umu, quien era el sumo sacerdote del sol y la persona más importante jerárquicamente hablando después del Sapa inca. Generalmente era el hermano del emperador, perpetuándose así el legado solar en la tierra.
Los incas (especialmente los que vivían en territorios altos) adoraban a Inti para que cuidara sus cosechas y además protegiera al emperador, por lo tanto no es de extrañar que cada provincia que se adhería al imperio fuese consagrada a él, y por supuesto, la nueva región debía designar a un sacerdote y una mama-cuna (sacerdotisa), para que mantuviera la adoración al sol. Asimismo, el rol de la mama-cuna era notoriamente importante, debido a que era la encargada de tejer vestimentas para las ceremonias, de preparar la chicha para estos rituales y también para los sacrificios en nombre de Inti.
Pero, si bien existían religiosos encargados de perpetuar la adoración a Inti, este dios también contaba con un grandioso santuario como centro de su culto, el Coricancha en Cusco, el templo más importante de la civilización inca. Lamentablemente el santuario fue destruido por los conquistadores españoles, algo similar a lo que ocurrió con un gran disco dorado en honor a Inti, el cual fue tomado por los colonos y permanece perdido desde entonces.
Definitivamente Inti fue el dios más importante para los habitantes nativos del occidente sudamericano, pero lo más curioso es que todavía podemos presenciar su adoración…
El legado de Inti en la actualidad
Durante el solsticio de invierno (sur) se realiza la festividad conocida como Inti Raymi, cuando los nativos sudamericanos llevaban a cabo celebraciones en su honor, lo cual también incluía sacrificios; no obstante, omitiendo esa última parte, el Inti Raymi es algo que continúa celebrándose entre las comunidades indígenas cientos de años después de la caída del imperio.
Pero sin lugar a dudas, lo más impresionante sobre el legado de Inti, es que su figura sigue siendo visible en los símbolos patrios de países sudamericanos.
Tanto en la bandera de Uruguay como en la de Argentina podemos observar lo que se conoce como el Sol de Mayo. Este símbolo fue utilizado por primera vez en la Revolución de Mayo de 1810, cuando los territorios del Virreinato del Río de la Plata comenzaron su proceso de independencia de España. ¿Qué tiene que ver con Inti? Pues, se piensa que la figura representada en este característico sol de múltiples rayos es nada más y nada menos que el dios Inti, presente en los símbolos más importantes de dos países cristianos de la actualidad. Incluso, también podemos ver a Inti brillar en una antigua bandera de Perú, y en los actuales escudos de Bolivia y Ecuador.
Aunque las deidades de la mitología inca no tengan el mismo nivel de fama que las mexicas, incuestionablemente, podemos considerar que Inti, el grandioso dios inca del sol, permanece relevante, mientras resplandece brillante en símbolos nacionales del mundo moderno.
Con información de Mitología Wiki / Wikipedia / Tour in Peru
Imagen portada: Shutterstock
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