Otto Adolf Eichmann nació en la ciudad austríaca de Solingen en el año 1906, hijo de una familia de clase media baja. Una nefasta coincidencia hizo que cursara en la misma secundaria que Hitler, aunque no terminó los estudios. De allí paso a una escuela técnica donde aprendió oficios relativos a la mecánica, profesión que desempeñaría, luego de terminar la capacitación.
En 1932 se afilia al partido nazi y a su guardia de elite (SS) por tiempo parcial. En 1933 durante la recesión económica mundial, se queda sin trabajo. Decide tomar rumbo hacia Alemania. En ese mismo año llega Hitler al poder. Eichmann se hace miembro a pleno derecho de las SS ascendiendo rápidamente, por lo que llega al cargo de Teniente Coronel en muy poco tiempo.
Eichmann se destacó como uno de los principales colaboradores de Himmleren las tareas de deportación y asesinato de centenares de miles de judíos en los campos de concentración de las zonas ocupadas de la Europa oriental.
Fue uno de los organizadores y promotores de la Conferencia de Wansee el 20 de enero de 1942, donde bajo el título de “Solución final” para “El problema judío” se decidió el exterminio sistemático de los once millones de judíos que habitaban en Europa.
Tras el hundimiento de Alemania, consiguió huir a América del Sur, al igual que tantos otros jerarcas nazis, para instalarse bajo falsa identidad en Argentina. Hay versiones que sostienen que Eichmann estuvo escondido en diferentes monasterios de Italia hasta 1950, cuando decide venir a la Argentina.
Primero viaja él y al comprobar que el lugar es totalmente seguro, dos años después, traslada a su familia. Es una paradoja de la historia argentina que el territorio que fuera el refugio de muchos judíos que habían sufrido la devastación en Europa, donde pudieron rehacer sus vidas y forjar una comunidad sólida y próspera; fuera también el escondite de muchos nazis.
A fines de la década del cuarenta se calcula que entraron ilegalmente al país aproximadamente entre cinco y veinte mil ex oficiales nazis, entre ellos, Eichmann, Joseph Méngüele y Eric Priebke. Captura La opinión pública no había oído de Eichmann por años.
En 1959 algunos periódicos israelíes habían publicado que estaba viviendo en Kuwait. Seis meses después Eichmann era secuestrado por el Servicio Secreto Israelí en Buenos Aires. Las primeras noticias que recibió el Mosad fue en el año 1957, cuando uno de los hijos de Eichmann, Nicolás, se relacionó sentimentalmente con una joven cuyo padre era judío.
A pesar de que Eichmann usaba en Argentina el nombre de Ricardo Klement y guardaba celosamente su identidad, su hijo, en un error que le costaría la vida al padre, no sólo usaba orgullosamente su apellido original sino que le comentó en ese momento a la que era su novia: “Hubiese sido bueno que los nazis hubiesen terminado su trabajo en Europa”.
El padre de la joven realizó la denuncia, que llegó a conocimiento del Ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Walter Eytan. Éste se comunicó con Isser Harel que puso en marcha la operación para constatar que Ricardo Klement era Adolf Eichmann, responsable de la muerte de millones de judíos en las condiciones más horrorosas que hubiese conocido la humanidad.
La identidad de Eichmann se constató el 21 de marzo de 1960, cuando se bajó del colectivo con un ramo de flores en sus manos y sus hijos especialmente preparados para la ocasión. Eran las bodas de plata de Eichmann y su esposa. Esa fue la prueba que corroboró su identidad poniendo en marcha la operación. David Ben-Gurion, el Primer Ministro de Israel comentó: “Es deber de la nación contar la historia de los crímenes contra los judíos y atrapar a los criminales responsables”. De hecho anunció que Adolf Eichmann debía ser capturado, mientras estuviese vivo”.
Eichmann en Buenos Aires había sido propietario de una lavandería. Luego comenzó a trabajar en “Mercedez Benz Argentina”. Cuando el operativo para apresar a Eichmann ya estaba en marcha, éste se muda inesperadamente de la casa en la calle Chacabuco a la casa de la calle Garibaldi, desconcertando al equipo de Isser Harel.
En un corto lapso la célula del Mosad ya tenía su nueva dirección. Nadie sabe con exactitud a qué se debió esta repentina mudanza, pero se supone que probablemente se hizo para mantener en resguardo su identidad. Los planes de captura debieron ser modificados raudamente pero nunca se dudó en continuar el operativo. Se eligieron los mejores espías, todos habían arriesgado sus vidas en países árabes , muchos eran sobrevivientes de campos de concentración.
El 11 de mayo de 1960 era secuestrado a pocas cuadras de su casa en la calle Garibaldi, en un operativo que incluyó a más de treinta agentes secretos. Este incidente causaría múltiples problemas diplomáticos entre Israel y Argentina. Israel secuestró al que en ese momento se consideraba un ciudadano argentino.
No se podía dar el lujo de pedir la extradición, por la conexiones filo nazis en el poder argentino que podrían precipitar la huida de Eichmann antes de que sea dada la extradición. Un juicio que haría historia “El juicio de Adolf Eichmann- el hombre que un tribunal israelí declaró culpable de haber cometido millones de asesinatos con el propósito de “borrar a todo un pueblo de la faz de la tierra”- se celebró bajo la cegadora luz de la publicidad de alcance mundial.
El carácter extraordinario del juicio y la tormenta de emociones que éste desató atrajeron a Israel a cientos de periodistas y reporteros de radio y televisión pertenecientes a gran número de países. Cada cual procuró captar a su modo la atmósfera cargada de dramatismo de la sala, el horror y la repugnancia de personas que revivían los más negros años de su vida.
El juicio en sí mismo fue seguido por cientos de millones de personas”. El objetivo del juicio no fue solamente apresar al criminal sino, como nos cuenta el mismo Isser Harel, recordarle a un mundo amnésico lo que había sucedido hacía sólo quince años. El tema de la masacre de inocentes víctimas no debía caer en el olvido.
Esto estaba presente en el equipo que lo capturó. Tenía que lograr que el mundo se entere de los horrores ocurridos en Europa, de conmoverlo a la reflexión de lo siniestro. Por otra parte Eichmann fue el primer criminal de guerra juzgado por un tribunal Israelí en Jerusalem, a diferencia del juicio de Nuremberg llevado a cabo en 1945, realizado por los aliados con muchos nazis ausentes.
El 15 de diciembre, tras un juicio de ocho meses, a los jueces de Adolf Eichmann les tomó trece minutos decidir la sentencia: Pena de muerte. El mundo entero comentó la noticia. Muchas personalidades públicas afirmaron que el juicio que tuvo Eichmann era mucho más justo en comparación con el destino que él había decidido para millones de inocentes.
El 31 de mayo a las 4:35 a.m. fue ejecutado en la prisión de Ramle. Su cuerpo fue cremado y sus cenizas echadas al Mar Rojo lejos de las aguas territoriales israelíes. Sus últimas palabras, momentos antes de ser ahorcado fue que siempre había obedecido a sus superiores y que por lo tanto no era culpable.
Fuente: Alejandro Urman | SD Blog
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