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Horrores Humanos: Carl Tanzler, un amor de ultratumba

Horrores Humanos: Carl Tanzler, un amor de ultratumba

En una época donde el amor se manifiesta en diversas formas, pocos cuentos son tan perturbadores como el de Carl Tanzler y su inquebrantable obsesión por Helen Hoyos.

Hay amores que matan y otros que desafían la muerte misma. En el inquietante caso del Dr. Carl Tanzler, la palabra amor apenas roza la superficie de su perturbadora obsesión por la joven cubana María Elena «Helen» Hoyos.

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La obsesión de Carl Tanzler

Desde su infancia en Alemania, Carl Tanzler afirmaba haber sido visitado por visiones de una ancestro fallecida, la condesa Anna Constantia von Cosel. Esta figura espectral le reveló el rostro de su gran amor: una mujer exótica de cabellos negros. Este presagio se convirtió en una obsesión que lo acompañaría hasta su muerte.

Nacido en 1877, Tanzler emigró a Estados Unidos en 1926, estableciéndose en Zephyrhills, Florida. En 1927, consiguió trabajo como radiólogo en el U.S. Marine Hospital en Cayo Hueso, dejando a su esposa e hijas atrás. Fue allí donde conoció a María Elena Hoyos en 1930, una belleza local llevada al hospital por su madre debido a su delicado estado de salud.

¿Quién era Helen Hoyos?

María Elena, conocida como Helen, era hija de inmigrantes cubanos y había sido abandonada por su esposo tras un aborto. Desafortunadamente, fue diagnosticada con tuberculosis, una enfermedad devastadora en esa época. Tanzler, al reconocerla como la mujer de sus visiones, se obsesionó con salvarla y conquistarla, inundándola de regalos y atenciones. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano; Helen murió en 1931 a los 21 años.

Amor eterno

Devastado por su muerte, Tanzler pagó los gastos funerarios y construyó un mausoleo para Helen con el permiso de su familia. Durante dos años visitó su tumba diariamente hasta que decidió que no podía soportar estar separado de ella. En abril de 1933, robó el cuerpo de Helen del mausoleo y lo llevó a su casa.

Reconstruyendo a su amada

El estado del cadáver horrorizó a Tanzler. Armado con perfumes y desinfectantes, comenzó un macabro proceso de restauración: unió los huesos con alambre, llenó las cuencas oculares con ojos de vidrio y reemplazó la piel con tela empapada en yeso. Vestida con medias y joyas, Helen fue colocada en su cama para que Tanzler pudiera dormir junto a ella durante siete años.

El fin del romance

En 1940, Florinda, hermana de Helen, escuchó rumores sobre las actividades mórbidas de Tanzler y descubrió el cuerpo al confrontarlo. Las autoridades fueron notificadas y Tanzler fue arrestado bajo cargos de profanación y robo de cadáveres. Sin embargo, debido a la prescripción del delito, fue liberado.

Especulaciones macabras

Aunque no se reportó oficialmente en ese momento, investigaciones posteriores sugieren que Tanzler practicaba necrofilia con el cadáver de Hoyos. Se encontró evidencia que indicaba esta posibilidad durante una necropsia realizada después del descubrimiento del cuerpo.

Separado finalmente del cadáver de Helen, Tanzler creó una efigie tamaño natural usando una máscara mortuoria y vivió con ella hasta su muerte en 1952.

La historia de Carl Tanzler es un escalofriante recordatorio del poder destructivo de la obsesión humana cuando se cruza con el amor no correspondido y la locura.

Con información de Playbuzz

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