A primera vista, los cuerpos de las tres víctimas sugerían no tener nada en común salvo su juventud: Chaney tenía 21 años, Schwerner 24 y Goodman 20. Uno era un joven negro de Mississippi; otro, un activista judío, y el último pertenecía a una familia de clase media-alta de Nueva York. Los tres fueron encontrados en un embalse embarrado en la Old Jolly Farm en el condado de Neshoba, Mississippi, un estado descrito por Martin Luther King, hijo, en su famoso discurso “tengo un sueño” como “consumido por la injusticia”.
Presentaban heridas de bala, y por el estado de los cuerpos se dedujo que el tiroteo se había producido varias semanas atrás. Sin embargo, lo que las tres víctimas compartían era su ferviente fe en el Movimiento Estadounidense por los Derechos Civiles de la década de 1960.
El 21 de junio de 1964 se habían estado preparando para la inauguración de una Escuela de la Libertad en una iglesia en la que habían explotado bombas incendiarias del Ku Klux Klan. Mientras conducían de vuelta a su oficina, fueron arrestados por el ayudante del sheriff Cecil Price, retenidos durante un rato, y luego puestos en libertad cuando oscureció.
Una turba de blancos los estaba esperando. A las 2 de la mañana, Buford Posey, un miembro local de la NAACP (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color), recibió una llamada de Edgar Ray Killen, el “capellán” del KKK además de predicador a tiempo parcial. “Nos hemos encargado de tus tres amigos esta noche –dijo Killen- y tú eres el siguiente”. Posey llamó al FBI.
James Jordan, un miembro del Klan, accedió a colaborar con el FBI. Convencidos de que ningún jurado de Mississippi iba a condenar a los responsables de los asesinatos, el FBI decidió presentar cargos por conspiración para privar a las tres víctimas de sus derechos civiles.
Entre los acusados estaban el ayudante del sheriff Price y el sheriff Lawrence Rainey, ambos miembros del Ku Kux Klan. EL 21 de octubre de 1967, Jordan y Price fueron declarados culpables y sentenciados a cuatro y seis años de prisión respectivamente. Rainey y Killen fuero absueltos.
Pasaron 38 años antes de que Edgar Killen fuera llevado a juicio.
En 2005 un jurado encontró a Edgar Ray Killen, ex líder del Ku Klux Klan (KKK), culpable de tres cargos de homicidio en el 41 aniversario del asesinato. Su pena oscila entre los 20 años de cárcel y la prisión de por vida. El ex líder del Ku Klux Klan, de 80 años de edad, escuchó el veredicto sentado en una silla de ruedas y con un aparato respiratorio.
Los 12 miembros del jurado -nueve blancos y tres negros- se habían reunido durante dos horas y media el lunes sin llegar a un acuerdo y reiniciaron sus deliberaciones ayer, llegando al veredicto de culpabilidad. Tras el cierre de los alegatos, el juez Marcus Gordon ordenó la deliberación del jurado. Dos horas y media después, funcionarios de la corte dijeron que el panel había informado al magistrado que estaban divididos seis contra seis.
Tras la reanudación de las deliberaciones ayer, según indicaron los funcionarios, la defensa de Killen instó a la absolución del pastor bautista en un alegato final. Killen fue hallado culpable de la autoría intelectual de los asesinatos de los judíos Michael Schwerner, de 24 años, Andy Goodman, de 20, y el negro James Chaney, de 21, tras haber sido absuelto en un juicio de 1967 cuando una mujer en el jurado dijo que no podía condenar a Killen por ser pastor.
El caso conmocionó a Estados Unidos e inspiró la película de 1988 «Arde Mississippi», protagonizado por Gene Hackman y Willem Dafoe. Dieciocho miembros del KKK, entre ellos Killen, fueron acusados en 1964. Siete fueron condenados por un jurado enteramente blanco y sentenciados en 1967 a prisión por plazos de tres a diez años.
Espera pronto una nueva entrega con otro de los @HorroresHumanos, que nunca deben ser olvidados, para así jamás ser repetidos.
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