La isla Hashima se encuentra a 20 kilómetros de Nagasaki, Japón. Durante un siglo fue uno de los motores principales de la economía y el lugar con mayor densidad de población del mundo; pero ahora es un sitio abandonado, conocido como “la isla fantasma”…
Auge de Hashima
En el siglo XIX, las minas de carbón representaban una gigantesca fortuna, ya que este mineral era la principal fuente de energía en la época. Para 1870 se descubrió una importante reserva de carbón en Hashima; la compañía Mitsubishi, que para aquel entonces era una compañía minera y naviera, decidió comprar el archipiélago y mudar trabajadores para sacarle provecho.
Las medidas de Hashima son de 480 metros de largo por 150 de ancho, pero a medida que el tiempo pasaba y la extracción de carbono era más productiva, más trabajadores llegaban a la isla para establecerse.
En tan poco espacio Mitsubishi construyó edificios para los trabajadores y sus familiares, incluso para el año 1917 se elaboró el que fue por mucho tiempo el edifico más alto de Japón. Para resistir el oleaje se levantaron murallas por todos los bordes de la isla, por lo que se le conoció como Gunkanjima, que significa “isla acorazada”.
En su pico de producción, 6 mil personas habitaron la isla, distribuidas en 150 edificios. La extracción del carbón y las edificaciones no dejaba espacio para áreas verdes; el césped era casi inexistente, todo estaba ocupado por el hormigón.
Con la prosperidad se construyó un hotel, una estación de policía, burdeles, casinos, escuelas, restaurantes, hospitales. No le hacía falta nada que obligara a sus habitantes a salir del lugar.
En Hashima se extraían más de 410.000 toneladas de carbón al año, además que esta mina estaba produciendo carbón en una época en la que Japón estuvo presente en conflictos bélicos importantes. Las guerras mundiales, las guerras con Corea y con China aumentaron la demanda de carbón hasta la década de 1960.
El petróleo y el abandono
El auge petrolero como principal fuente de energía en el mundo bajó considerablemente el precio de carbón; por otra parte, las minas ya no eran tan productivas como en sus primeros años. Poco a poco mantener a Hashima se le hacía cada vez menos rentable a Mitsubishi, por lo que la empresa fue moviendo empleados a otras regiones.
En 1974 Mitsubishi decide cerrar la mina, y prometió puestos de trabajos a los primeros empleados que se reubicaran. Un par de meses después del cierre, la isla estaba desolada.
La compañía donó la isla a la prefectura de Nagasaki en 2002. Actualmente, Nagasaki organiza viajes de turismo para mostrar la ciudad abandonada; en 2012, fue una localidad en las que se grabaron escenas para la película de James Bond: Skyfall.
La Unesco declaró a Hashima como Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 2015.
Con información de La Nación / El Confidencial / Foto: Shutterstock
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