En nuestros días, con algunas píldoras, un simple tratamiento a seguir y algunos días en la cama es suficiente para terminar con numerosas enfermedades. Otras pueden requerir de algunos tratamientos más complejos, una internación o quizás una intervención quirúrgica, así como más tiempo y paciencia. Finalmente, existen otras que aunque se traten con todos estos elementos, no siempre es suficiente, lo cual despierta gran curiosidad y muchas interrogantes en el ambiente médico. Hoy te presentamos una extraña enfermedad: El Síndrome de París.
El Síndrome de París es un trastorno psicológico transitorio encontrado en algunas personas que están de visita o vacaciones por la capital francesa París. Se caracteriza por una serie de síntomas psiquiátricos tales como una aguda desilusión,( alucinaciones, sentimientos de persecución, la percepción de ser victima de algún perjuicio, agresión, u hostilidad de los demás), desrealización, despersonalización, ansiedad y también psicosomática, manifestaciones tales como mareos, taquicardia, aumento de la sudoración y muchos otros mas síntomas. Algunos síndromes similares son el Síndrome de Jerusalén, y el Síndrome de Stendhal.
El profesor Hiroaki Ota, psiquiatra japonés residente en Francia, es reconocido como la primera persona en diagnosticar el síndrome. Sin embargo, una investigación posterior realizada en el hospital Hôtel-Dieu de París por el médico Youcef Mahmoudia indica que el síndrome de París es «una manifestación de la psicopatología relacionada con el viaje, en lugar de un síndrome del viajero». El teorizó que la emoción de visitar París causa taquicardia, lo que provoca vértigo y falta de aliento, que termina en alucinaciones de manera similar al Síndrome de Stendhal, descrito por la psicóloga italiana Graziella Magherini en su libro La sindrome di Stendhal.
Un par de docenas de turistas japoneses tienen que ser repatriados al año de la capital francesa, después de ser víctimas de tal síndrome. Cuando un ciudadano (en el mayor de los casos japonés) observa los fuertes contrastes entre sus perspectivas, y también ve la realidad parisina, sufre una crisis nerviosa , inicio de los demás síntomas del síndrome. Los educados turistas japoneses que llegan a la ciudad son incapaces de separar la visión idealizada de la ciudad creada a partir de películas como Amelie, de la realidad de una moderna y bulliciosa metrópolis y del fuerte carácter de los franceses.
La embajada japonesa tiene una línea telefónica disponible las 24 horas para los turistas que padezcan de este severo shock cultural y pueden ofrecerles tratamiento hospitalario de emergencia si es necesario.
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